domingo, 30 de septiembre de 2007

PALESTINA, TRAS EL SILENCIO DEL MURO








Pedro Marset y Jordi Pedret nos pusieron al corriente de la situación por la que atraviesa el pueblo Palestino, en una Jornada de Solidaridad desarrollada en el Hemiciclo de Derecho de Murcia.

Diego Jiménez. Murcia, 30-9-2007.- El pasado viernes tuvo lugar el citado acto de solidaridad con la causa palestina que contó con la presencia en la mesa de Pedro Marset, ex europarlamentario por IU y presidente de la Asociación de Solidaridad con el Pueblo Palestino de Murcia, y Jordi Pedret, vicepresidente de ACSUR-Las Segovias y coordinador del Intergrupo Parlamentario para Palestina en el Congreso de los Diputados. La presentación y moderación del acto corrió a cargo de Isabel Cánovas, de ACSUR-Segovias en Murcia. En la sala se encontraban simpatizantes de la causa palestina, así como representantes de este pueblo que residen en la Región, y las paredes del Hemiciclo, lugar donde se desarrolló la conferencia, se encontraban adornadas con una exposición de dibujos de denuncia del artista palestino Al-Ali Naji, fallecido en Londres en 1987, y que son una muestra de denuncia y exigencia, al mismo tiempo, de Justicia para este pueblo reprimido y apátrida.
Proyecto de cooperación
En la presentación del acto, Isabel Cánovas dio a conocer el proyecto de ampliación y mejora del centro clínico de Beit Sahour, sito en Belén, en la Cisjordania ocupada, que cuenta con el respaldo de ACSUR-Las Segovias y la financiación de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, y que tiene como objetivos contribuir a construir alternativas de paz para la zona y fortalecer las organizaciones comunitarias y los derechos de ciudadanía de las mujeres palestinas, en especial.
Con la construcción de este hospital se prevé un aumento de 23.000 personas sobre las 65.000 atendidas en la actualidad en Beit Sahour, mientras que la población beneficiada con esta clínica será el total de esta población de Cisjordania y, además, los pueblos cercanos de Dar Salah, Shawawa, Zaiatara, Rashaida, Taimarán y Obadiah, es decir, un total de 180.000 habitantes. El proyecto se inició en marzo de 2007 y tiene previsto estar concluido en marzo de 2008.
Intervención de Pedro Marset
Tomó la palabra, a continuación, Pedro Marset, quien, como presidente de la Asociación de Solidaridad con Palestina y ex europarlamentario por IU, ha visitado la zona en varias ocasiones, detectando la destrucción que el Ejército israelí practica sobre hospitales e infraestructuras viarias y de suministro de energía eléctrica, entre otras, por lo que se preguntó si la ayuda solidaria no quedará “volatilizada” al llegar a su destino. Marset nos dijo que, en su condición de ex europarlamentario, giró en su día una visita a Washington, con una delegación del Parlamento Europeo, y pudo constatar en el Departamento de Estado cómo la política exterior de EE UU es dictada por Israel, Estado cuyo fundamentalismo religioso supera a otros conocidos, como el musulmán o el católico, a su parecer.
Acusó a Israel de ser responsable de la división del Pueblo Palestino, y abogó por que la Unión Europea pueda contrarrestar, con sus políticas, el indudable alineamiento de EE UU con la actuación israelí en la zona. Nos puso al corriente de un intento de resolución del Parlamento Europeo para la rescisión del Acuerdo Económico de cooperación entre la UE e Israel, en 2003, acuerdo que fue vetado por Inglaterra, Holanda y Alemania, en su opinión, por distintos motivos del pasado de esos países en relación con Israel: Inglaterra, por la ‘Declaración Balfour’ (1917), Holanda, por el ‘Diario de Ana Frank’, y Alemania, por su responsabilidad en el Holocausto.
“Está en nuestras manos aumentar la conciencia ciudadana sobre la causa palestina, la razón está de nuestra parte”, declaró Marset, quien propugnó, además, un posible boicot a la compra de productos de aquel país. Terminó con la siguiente alocución:”Nuestra defensa de la causa palestina no es étnica ni religiosa, sino una cuestión de defensa de los Derechos Humanos”.
Jordi Pedret critica duramente la construcción del Muro
El vicepresidente de ACSUR-Las Segovias y coordinador del Intergrupo Parlamentario para Palestina en el Congreso de los Diputados, Jordi Pedret, “cambió de registro”, según sus propias palabras, y centró su intervención en la vergonzosa erección del Muro que se construye en la Cisjordania, erección que vino precedida de la destrucción de, al menos, 500 núcleos de población en la zona fronteriza reconocida en 1967.
El Muro, con una altura de 8 metros y rematado por alambre espinoso, es denominado en Israel la “verja”, está construido en su integridad en territorio palestino ocupado, y se extiende a lo largo de 750 Km. Pedret descartó el carácter defensivo del mismo, en la medida, dijo que “es un recurso para la apropiación de acuíferos de la zona”. Con la construcción del Muro, Jerusalén ha quedado totalmente integrada en territorio israelí, y se les prohíbe a cerca de 200.000 palestinos el acceso a Cisjordania.
El Muro se extiende hacia el Sur, hacia Belén y Hebrón, entre otras poblaciones, a las cuales se les niega la “palestinidad”. Sin embargo, Pedret criticó con ironía que, en la nueva estación de procesamiento de viajeros de Belén, hay una pintada oficial con una paloma que invoca a la Paz. En esta población, un doble muro, edificado a ambos lados de una avenida, penetra desde la muralla exterior hacia el centro de la ciudad, rodeando la ‘Tumba de Raquel’, lugar venerado por las tres religiones monoteístas: judíos, musulmanes y cristianos.
Consecuencias varias
Destrucción del territorio y discontinuidad del mismo, además de la existencia de redes viarias separadas, para israelíes y palestinos, son las consecuencias más visibles de la construcción de este nuevo ‘Muro de la vergüenza’. Y el descenso de población palestina en la zona. Pedret ha constatado que sólo un 30% de estudiantes acude a las aulas de la Universidad de Ramala. “La gente muere en la carretera, por no poder acceder a los centros hospitalarios”, dijo. Además, los palestinos no pueden cultivar sus campos, pues el trabajo en los mismos se vincula a permisos que se conceden sólo a los propietarios de las parcelas, que, en virtud de las reglas de propiedad heredadas del pasado otomano, son en su mayoría mujeres, muchas de ellas, ancianas.
Obstáculos físicos
El Gobierno y Ejército israelíes han ubicado toda una serie de obstáculos físicos en la red viaria que atraviesa la Cisjordania ocupada, desde montículos de cemento armado en plena carretera, pasando por barreras de tierra y zanjas como las que rodean la ciudad de Jericó, a la que se accede sólo por dos puntos, vigilados por ‘check points’ israelíes. Esto ha conducido a la división de Cisjordania en hasta 62 territorios separados. Además, en los controles se produce el maltrato físico a la población palestina, por lo que estos check points, más que ejercer el control practican la humillación hacia este pueblo, razón por la que, en opinión de Jordi Pedret, urge hacer lo imposible para que no se consoliden estas prácticas humillantes.
Animado coloquio
Tras la charla de los ponentes, se dio un animado coloquio, en el que, entre otras cuestiones, se debatió largamente sobre las posibilidades de salida de la situación angustiosa por la que atraviesa Palestina. En concreto, se abordó la posibilidad de consolidación de un Estado binacional en la zona, propuesta que contaría con el apoyo de buena parte de las organizaciones políticas palestinas y que es defendida en el seno de Israel por pacifistas como Michel Warchswski. Ambos ponentes se mostraron escépticos sobre dicha posibilidad, y, en concreto, Marset dijo que es imposible un Estado binacional construido sobre la desigualdad lacerante entre ambos pueblos, además de que Israel se negaría a reintregrar a los cerca de 5 millones de palestinos de la diáspora, cifra que nos fue aportada por un ciudadano palestino asistente al acto.
Marset defendió, sin embargo, la necesidad de que se declare de inmediato, unilateralmente, el Estado Palestino, lo que obligaría a la UE y, sobre todo, a la ONU a "mover ficha".
En otro orden de cosas, y en relación con la solidaridad hacia la causa palestina, Pedret, utilizando el símil de una canción latinoamericana, abogó por que “gota a gota, organicemos el aguacero”.