lunes, 30 de mayo de 2011

EDUARDO GALEANO, EN LA ACAMPADA DE LA PLAZA DE CATALUÑA

"Hay otro mundo en la barriga de este mundo"





sábado, 21 de mayo de 2011

ALGUNAS PREGUNTAS TRAS EL SEÍSMO DE LORCA

Diego Jiménez

Redacto estas líneas aún fuertemente consternado ante la tragedia que ha afectado a Lorca, en una Región conmocionada por el suceso y que ha decretado tres días de luto oficial. Vayan por delante mis sinceros sentimientos de pesar para las familias lorquinas desgarradas por el dolor y para tantos amigos y amigas que tengo en esa población y, al mismo tiempo, el reconocimiento público hacia los miembros y fuerzas de la Seguridad del Estado, Protección Civil, Cruz Roja, Unidad Militar de Emergencias (UME), personal sanitario y personas voluntarias que se han volcado en colmar de atenciones a una población necesitada de ellas.


Cualquier hecho trágico, sobre todo cuando se nos muestra próximo y es el resultado de la actuación de los elementos incontrolables de la Naturaleza, nos hace reflexionar sobre la pequeñez e indefensión del ser humano. Por esa razón, las catástrofes naturales, impredecibles, tienen la virtud de despertar en nosotros los sentimientos ocultos de la solidaridad, el altruismo, la entrega, la generosidad… sentimientos que no afloran cotidianamente, pero que, cuando aparecen, nos hace reconciliarnos con nosotros mismos.

Pero, a renglón seguido, tras los primeros momentos de consternación y de las ejemplares muestras de solidaridad, es llegado también el momento de que alguien empiece a responder a ciertos interrogantes que, con seguridad, pasados unos días de este luctuoso suceso, creo que empezarán a suscitarse en el plano del debate público. Y el primero tiene que ver con lo que otros países también proclives a registrar movimientos sísmicos tienen largo tiempo asumido: la autoprotección ciudadana. ¿Cómo es posible que en nuestra Región, en la que, según el mapa de peligrosidad sísmica del Instituto Geográfico Nacional, los niveles de riesgo se sitúan entre VII y VIII –es decir, los máximos-, nadie haya abordado la necesidad de poner en marcha programas de educación cívica destinados a saber defenderse ante tales catástrofes? Otro interrogante, sobre todo tras conocer de los arquitectos que la normativa antisísmica se viene aplicando a los edificios con una antigüedad máxima de veinte años, es ¿a quién o quiénes hay que pedir cuentas, pues, por el colapso total de un edificio que apenas tenía diez años? Expertos geólogos han reconocido que un terremoto de magnitud 5,1 no es suficiente para producir los daños registrados en los inmuebles de Lorca, por lo que los defectos estructurales de muchos de esos inmuebles están en el origen de esos derrumbamientos. Por lo que me surge este otro interrogante: ¿A quién o quiénes compete, pues, no sólo la aplicación de la normativa antisísmica en las nuevas edificaciones sino la revisión de los edificios más antiguos, de 20, 30, 40 años, y más, de antigüedad? ¿Cómo es posible que Tráfico exija que los vehículos se sometan a revisiones periódicas en las ITV, que éstas sean obligatoriamente anuales para los vehículos de más de diez años, y que los edificios antiguos no estén sujetos a inspecciones periódicas y gratuitas con cierta periodicidad también?

El debate queda abierto. Pero ahora es el momento de volcar nuestra solidaridad hacia las víctimas y demostrar que esta Región sabe estar a la altura de las circunstancias para aportar calor, estímulo y ayuda a esos ciudadanos y ciudadanas de Lorca que, en todo momento, han dado muestras de una solidaridad, serenidad y civismo que han irradiado al resto de los territorios de nuestro país.

jueves, 12 de mayo de 2011

In memoriam: RAMÓN FERNÁNDEZ DURÁN

Ramón Fernández Durán, referente del ecologismo

(EL PAÍS, jueves 12 de mayo de 2011)


A Ramón Fernández Durán, miembro de Ecologistas en Acción, la muerte no le cogió por sorpresa anteayer por la mañana.

En el mes de marzo, el intelectual y militante del ecologismo social desde hace más de treinta años, había hecho pública una carta de despedida. En ella, reivindicaba el derecho a una muerte digna y hacía un repaso de su trayectoria vital: “Me da algo de pena desaparecer en estos momentos en que la Historia parece que se acelera, pues se ha puesto otra vez en marcha irresistible después de que nos alertaran en los noventa sobre el Fin de la Historia.

Y esta nueva activación de la Historia viene también determinada cada vez más por la Crisis Energética, Ecológica y Climática que amenaza al Planeta y a las sociedades humanas. Sobre todo la primera, a corto plazo, pues el principio del fin de los combustibles fósiles, a punto de empezar, va a suponer una ruptura histórica total. En los últimos 60-70 años, el sistema urbano-agro-industrial mundial ha consumido grosso modo la mitad de los combustibles fósiles que disponía el Planeta. Y eso ya no puede continuar más tiempo, pues estamos a punto de iniciar el declive energético fósil.

Ramón Fernández Durán (Sevilla, 1947), de formación ingeniero de caminos y Premio Nacional de Urbanismo, iniciaba su activismo político en la lucha antifranquista desde los entornos autónomos del Madrid de los años setenta. Dejó su plaza de funcionario e inició un nuevo viaje hacia la creación intelectual y la militancia político- social. Ramón abandonó la construcción de puentes de hormigón para hacerse ingeniero de puentes políticos, más difíciles y frágiles. Participó en los setenta en organizaciones barriales. En los ochenta, impulsó activamente el movimiento contra la OTAN. En los noventa, promovió las movilizaciones “Desenmascaremos el 92” y “50 años bastan. Las otras voces del planeta”, contra el Banco Mundial y el FMI, así como el Movimiento contra la Europa de Maastricht y la Globalización Económica, acontecimientos que abrieron camino al movimiento antiglobalización. Fue clave en la fundación de Ecologistas en Acción en 1998. De su mano hemos entendido la economía financiera, el papel de los combustibles fósiles en el capitalismo y las graves repercusiones socioambientalesde la Unión Europea.

Referente indiscutible de los movimientos sociales, ha publicado, entre otros, libros como La explosión del desorden, La metrópoli como espacio de la crisis global(1993), El tsunami urbanizador español y mundial (2006), El crepúsculo de la era trágica del petróleo(2008) o La quiebra del capitalismo global: 2000-2030 (2011).

Quienes conocieron a Ramón en manifestaciones, asambleas, Universidades y foros siempre han destacado su faceta excepcionalmente humana, su disposición a aprender de los demás, su humildad, su humor y, sobre todo, su coherencia radical entre sus ideas y su forma de estar en el mundo. Cotidianamente nos ha enseñado con su trabajo, sus afectos, su saber vivir, cómo conjugar su gran capacidad intelectual con esas otras tareas, tan invisibles como importantes, como llevar las pancartas o no marcharse de una fiesta sin fregar los cacharros.

Para él vivir era celebrar la vida con la vida: con su compañera Ana Hernando, militante feminista; con esa familia que se quiere mucho; y con esa otra familia incompleta, diversa, inconforme, rebelde e imperfecta de la que forma parte, los movimientos sociales.

Con su coherencia vital y su ejemplo nos deja una enseñanza: “atreverse a imaginar el futuro para poder influir sobre él”. Eso haremos, compañero.

Tom Kucharz y María González Reyes firman este texto en nombre de Ecologistas en Acción.

miércoles, 4 de mayo de 2011

INDIGNADOS CON LA BANCA

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2011/05/04/indignados-banca/320637.html
Desde mi picoesquina



"Los contenedores de los supermercados reciben cada noche la visita de muchas personas en busca de esos alimentos caducados que la mayoría descartamos…"


DIEGO JIMÉNEZ

Una rebelión incipiente, pero perseverante y tenaz, está empezando a extenderse como una mancha de aceite por la geografía española. En la Región de Murcia, pero también en Galicia, Madrid, Andalucía, Valencia y Cataluña, están empezando a proliferar las plataformas de afectados por las hipotecas.

Como ya expuse recientemente, todo empezó cuando, en plena fiebre del ´ladrillo´, los bancos, para inflar sus cuentas de resultados, no tuvieron inconveniente en ofrecer préstamos hipotecarios sobrevalorando el valor de los inmuebles y alargando los plazos de amortización de esos préstamos. Muchas familias españolas e inmigrantes suscribieron, ilusionadas, esos préstamos para acceder a una vivienda, el sueño de toda una vida. Pero la burbuja inmobiliaria estalló. Llegó la crisis. Y, con ella, comenzaron las dificultades para muchas de esas familias, imposibilitadas de hacer frente al pago de las cuotas de esos empréstitos. El fantasma del desahucio empezó a planear, amenazante, sobre muchas de ellas. Hoy es una cruel realidad: en la Región, cerca de 8.000 están pendientes de la visita de los agentes judiciales que tienen como misión hacer efectivos dichos desahucios. El Gobierno y los grupos parlamentarios que le apoyan se han venido negando sistemáticamente a arbitrar soluciones. Los jueces, compelidos a aplicar una injusta Ley Hipotecaria, no tienen en cuenta las situaciones familiares: si hay niños menores, si hay ancianos, si todos los miembros de la familia están en paro… Pero tras la figura jurídica del desahucio se esconden muchos casos dramáticos. Me consta que, tras ver sus enseres en la puerta de la casa, muchas familias han de dormir en el coche varios días. Otras reconocen que mezclan la leche con agua para poder darles algo de alimento a sus hijos. Los contenedores de los supermercados reciben cada noche la visita de muchas personas en busca de esos alimentos caducados que la mayoría descartamos…

La situación tiene unos claros culpables: además del Gobierno y el Parlamento, cegados ante estas situaciones dramáticas que van en aumento, está la voracidad e insensibilidad de la Banca. Atenta a aumentar sus cuentas de resultados en época de ´vacas gordas´, pero incapaz de percibir el daño que su cerrazón está ocasionando a miles de personas. Pero, en esta sociedad aparentemente anestesiada, parece extenderse gradualmente la recomendación de ese lúcido anciano francés, Stéphane Hessel, que pregona la necesidad de responder a la injusticia. Su libro Indignaos, con seguridad, es el manual de cabecera de un grupo de gentes altruistas que están potenciando las Plataformas de Afectados por la Hipoteca.

En nuestra Región, una de las pioneras en comenzar la lucha, sus miembros, muy activos en la pedanía de El Palmar y en el municipio de Molina de Segura, han protagonizado actuaciones contra los desahucios, a la búsqueda de fórmulas menos traumáticas (la renegociación de la deuda con los bancos, el alquiler con opción a compra, la dación en pago…), no sólo en esos lugares, sino en otros municipios como Alhama de Murcia, las Torres de Cotillas… En pocos meses, han paralizado, al menos temporalmente, la ejecución de once expedientes de desahucio. Y no paran ahí. Personas entusiastas, perseverantes y, sobre todo, solidarias y de gran humanidad. Paca, María Jesús, Coy, Joaquín, Paco, Miguel, Juan, Cristóbal…, integrantes de esa Plataforma, han estado estos últimos meses, tras la pancarta, a las puertas de las viviendas que iban a ser desalojadas, defendiendo el derecho de sus moradores a seguir disfrutando de un techo donde vivir, prosperar y soñar. Me dicen que son muchas más las familias afectadas. Pero que el pudor de reconocerlo públicamente les hace no adherirse, por ahora, a esta plataforma reivindicativa. Postura comprensible. Pero pienso que el pudor y la vergüenza deberían sentirlos quienes son los responsables directos de extender la desazón, la inseguridad y la angustia entre tantas personas.

Por ello, porque es de justicia reconocerlo así, sirvan, pues, estas breves líneas para mostrar mi público reconocimiento a las personas que luchan en el seno de las plataformas de afectados por la hipoteca, porque, aun sin ser víctimas directas, no están dudando en volcar sus esfuerzos en la calle, mostrando su desinteresada solidaridad con quienes menos tienen.

lunes, 2 de mayo de 2011

INAZARES (MORATALLA) EN ABRIL









Inazares es una pedanía situada en las tierras altas de Moratalla (Murcia), aldea limítrofe con cuatro provincias próximas: Almería y Granada por el Sureste-Sur, y Jaén y Albacete por el Noroeste y Norte, respectivamente. Dista de la capital de la Región (Murcia) unos 115 km., y tiene un clima mediterráneo-continentalizado, con una pluviometría ligeramente superior a la media regional y con inviernos fríos (en los que son frecuentes las nevadas) y veranos secos, pero no excesivamente calurosos. Las lluvias, como en todas las zonas de clima mediterráneo, se concentran en primavera y otoño.


Nota.- A la hora de filmar el vídeo (muy artesanal, realizado con una cámara digital, de ahí su escasa calidad) se han deslizado dos erratas: Inazares se encuentra, realmente, a 1.345 metros de altitud, y no a 1.430 como se dice en el vídeo, y el Pico de Los Odres se eleva a 1.880 metros de altitud, algunos metros más de los que se afirma al grabar el vídeo.