lunes, 20 de noviembre de 2023

UNA DERECHA MONTARAZ Y UN PRESIDENTE AUSENTE

https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2023/11/14/derecha-montaraz-presidente-ausente-94581547.html Los acontecimientos se precipitan. Ya se conoce la fecha posible para la investidura de Pedro Sánchez, una vez alcanzados los apoyos parlamentarios necesarios. También, cuando estas líneas vean la luz, se habrán producido manifestaciones en toda España en contra de la misma. Y ello con un alto grado de beligerancia de la derecha y, sobre todo, de grupos de la extrema derecha, que, en la recta final de las negociaciones para la investidura, han agitado la calle con concentraciones frente a las sedes del PSOE. En días previos, el ‘Partido Judicial’, en expresión del diputado Enrique Santiago, se pronunciaba contra la amnistía; el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón emitía un auto para investigar a Puigdemont y Marta Rovira por terrorismo; Aznar arengaba a todos los patriotas para que actuaran en defensa de la Constitución, y Abascal exhortaba a la desobediencia a las Fuerzas de Orden Público. Por si ello no bastara, hoy hemos sabido que una asociación de la Guardia Civil (APROG) ha entrado en liza «dispuesta a derramar hasta la última gota de sangre en defensa de la soberanía e independencia de España y de su ordenamiento constitucional». Confieso que la labor obstruccionista a la investidura de las derechas y, sobre todo, las manifestaciones de los grupos de extrema derecha, alentados por Vox, me preocupan. Por la permanente desestabilización de la vida pública; por las banderas con el aguilucho franquista; por los eslóganes y consignas nazis y golpistas; por las duras acusaciones contra el presidente del Gobierno en funciones; por el odio que exhiben… Por supuesto que la derecha tiene todo el derecho a oponerse a la ley de amnistía. Pero las manifestaciones de estos días suponen el epílogo de toda una labor desestabilizadora, que se inició con el conocido mantra de ‘Gobierno ilegítimo’ hasta desembocar en los insultos y amenazas actuales al Jefe del Ejecutivo. Quien siembra vientos, cosecha tempestades. Por eso hay cierto grado de hipocresía cuando desde la derecha se apela a manifestarse con orden y, por consiguiente, a condenar los desórdenes, cuando bien es cierto que sus continuados exabruptos han dado alas a los cachorros neonazis que están ocupando las calles de Madrid y otras ciudades de España. En el fondo, la derecha está convencida de que la agitación constituye el único medio de llegar al poder, pues cree que el Ejecutivo es de su propiedad, como se ha apropiado de la bandera. No me tilden de exagerado. Los alegatos de Feijóo, Aznar, Ayuso y Abascal me recuerdan a las amenazas vertidas contra la II República, en la víspera del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, por Gil Robles, que llegó a calificar al Frente Popular de ilegítimo (¿les suena esto de algo?), y por Calvo Sotelo, líder del monárquico Bloque Nacional. La derecha de entonces arremetía contra el desorden público, y la de hoy enarbola la ‘ruptura de la unidad de España’ para ‘tirarse al monte’. Pero los ‘actores’ se asemejan. He hecho esta referencia histórica porque, repito, me preocupa, y mucho, la deriva antidemocrática de la derecha española, que hunde sus raíces en el convulso siglo XIX, centuria en la que la democracia liberal de signo europeísta no terminó nunca de consolidarse, por lo que esa derecha llegó al siglo XX con evidentes tics autoritarios. Hoy asienta gran parte de su poder en las baronías territoriales que le aportan el oxígeno electoral necesario, como antes, en el siglo XIX, lo hiciera la extensa red de caciques a su servicio. Y uno de esos barones territoriales, apegado a las consignas más reaccionarias y peón de brega del PP, siempre dispuesto a aparecer en el primer plano de la política nacional, junto a Feijóo y Díaz Ayuso, por la que parece sentir una especial predilección, es el presidente murciano. Un presidente que ha objetado de sus deberes con la ciudadanía de Murcia, para ser una de las ‘palancas’ que contribuyan al derribo del futuro Gobierno progresista de Sánchez Su dedicación a los altos vuelos de la política estatal nos ha dejado un Gobierno regional con presencia de la extrema derecha y con dos consejeros de Vox que se disponen a estrechar más el dogal al Gobierno, lo que repercutirá en el empeoramiento de los problemas estructurales de la Región. Además, miente, como su jefe de filas, cuando se muestra beligerante con la quita de la Deuda catalana, pues obvia interesadamente que la eliminación de los 2.000 millones de la Deuda murciana va a suponer un alivio en las cuentas regionales, habida cuenta de que, de los 12.000 millones de esa Deuda, unos 10.000 proceden de los préstamos del FLA (Fondo de Liquidez Autonómica). Y miente cuando se queja de la infrafinanciación por parte del Estado de la Comunidad Autónoma de Murcia (CARM), pues es sabido que el déficit de la CARM es consecuencia de su política fiscal regresiva, que ha perdonado cerca de 1.500 millones de euros a las rentas más altas en la anterior legislatura. Por citar solo otros problemas, recordemos que las cuentas del Sistema Murciano de Salud (SMS) registran un agujero de 2.000 millones de euros, según datos del Tribunal de Cuentas de 2020; la Región soporta más de un 30% de pobreza infantil y un preocupante paro juvenil, con difíciles condiciones de acceso a la vivienda de ese colectivo; se produce un trasvase de fondos públicos a la Enseñanza privada, mientras se registra un 17% de tasa de abandono escolar temprano, y casi el 87% de municipios de la Región (sobre 45) se sitúan en 2021 entre el 25% de las poblaciones españolas con menor renta. Esta es la Arcadia feliz murciana. Señor López Miras, ¡atienda a su Región y olvide su promoción política personal!