martes, 19 de marzo de 2019

UNA EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI




Hay una lógica preocupación entre familias y colectivos docentes y sindicales que no han cesado de luchar durante estos años por revertir la situación, defendiendo una Escuela pública de calidad con un modelo educativo que propicie la inclusión social


 https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2019/03/19/educacion-siglo-xxi/1006018.html

Cualquier persona que, con un mínimo de objetividad, analice la realidad de la Sanidad y la Educación en Murcia tras más de dos décadas de Gobierno monocolor del PP en la Región observará el deterioro de estos servicios esenciales para la comunidad por las políticas de recortes. Hoy voy a hablarles de Educación.

Un estudio, nada sospechoso de parcialidad, de la Fundación BBVA y del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) refleja que el sistema educativo de la Región de Murcia, con 340.000 alumnos/as y con 28.000 profesoras/es en 800 centros parte de unas condiciones de entorno y recursos muy poco favorables que afectan a su desarrollo. Sin pretender abrumar con datos, unos pocos indicadores nos resultan imprescindibles para entender esa conclusión.



El gasto en Educación por habitante entre la población menor de 25 años se sitúa en la Región en 4.347 euros (media estatal, 5.180 euros); el porcentaje de alumnado que cursa la educación postobligatoria supone un 69,5% (media estatal, 76,8%); y la escolarización de la población infantil hasta los dos años es del 17,5%, frente al 33,6% de media del Estado.

Pero quizá sea en el incremento de los conciertos educativos, tras incluir en los mismos a los niveles no obligatorios, donde más nítidamente se perciban las políticas neoliberales que el PP ha venido aplicando en Educación. El estudio arriba citado concluye que un 17% del gasto educativo en educación no universitaria ha ido destinado a esos conciertos con la enseñanza privada. A su vez, el Portal de la Transparencia de la Región de Murcia, que publica una exhaustiva información sobre la cuantía de los módulos de esos conciertos, eleva a más de 232 millones de euros en el año 2016 la cantidad destinada a financiar los mismos. Y ello en un contexto de progresiva disminución del gasto total en Educación. La Fundación BBVA y el IVIE cifran en 1.339,9 millones de euros el presupuesto educativo regional en ese año (cuando en 2010 era de 1.476,7 millones). Y si excluimos los gastos financieros, ese presupuesto asciende a sólo 1.077,5 millones de euros.

Y ello, recordemos, en un contexto de incremento gradual de las partidas destinadas a los conciertos educativos. Con cifras del propio ministerio de Educación, Cultura y Deportes, y tomando como base 100 el año 2004, el incremento de esas partidas en la Región ha pasado del 108% en 2005 a no bajar del 140% de incremento entre los años 2009 y 2014.

Ante esta realidad educativa, hay una lógica preocupación entre familias y colectivos docentes y sindicales que no han cesado de luchar durante estos años por revertir la situación, defendiendo una Escuela pública de calidad con un modelo educativo que propicie la inclusión social, la lucha contra las desigualdades, el respeto a la Naturaleza y valores de convivencia democrática.

Entre esos colectivos citados, hay un grupo de personas que, desde hace cinco años, se han empeñado en hacer de la lucha por la Escuela Pública su norte de actuación, tras la fructífera etapa de su paso por las aulas. Integran la comisión organizadora de las Jornadas Una Educación para el siglo XXI. Miradas desde las Ciencias y las Artes, que este año han alcanzado su quinta edición. Esa comisión está compuesta por personas mayoritariamente jubiladas de las asociaciones sindicales progresistas de esta Región que cuentan con la colaboración de instituciones privadas, de Ayuntamientos, de las universidades públicas, de la consejería de Educación, etc., y viene desarrollando, desde hace cinco años, una serie de actividades que en este curso se han extendido desde el 17 de enero hasta el 19 de marzo.

Convencidas de que hay que luchar por extender «un modelo educativo que favorezca la atención a la diversidad y que eduque en la formación de personas críticas, cultas y solidarias», estas personas entusiastas han ofrecido en estas V Jornadas educativas todo un abanico de actividades que se han extendido por un total de dieciséis municipios de la Región.

La conferencia inaugural del profesor Antonio Viñao fue seguida por otras que abordaron aspectos como la Educación en Murcia y su realidad socioeducativa, la evaluación, qué Historia enseñar en el siglo XXI, el cambio climático, la educación medioambiental, el feminismo, la educación afectivo-sexual, etc. El catedrático Paco Jarauta cerró el pasado viernes ese ciclo de conferencias.

También se han desarrollado talleres y otras actividades en Las Norias de Abarán y en el Museo de la Ciencia y el Agua, mientras que en Molina de Segura las jornadas de diversidad han debatido sobre alternativas para el alumnado con necesidades educativas especiales.

Las artes plásticas no podían estar ausentes de estas jornadas. Un ciclo denominado Narrativas de la imagen nos ofreció en la Filmoteca Regional las proyecciones de Amanece que no es poco y Tiempo después, de José Luis Cuerda. Y cuando estas líneas vean la luz, estaremos a punto de poner el cierre de las jornadas el martes 19 por lo noche con un concierto de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, dirigida por Virginia Martínez, que interpretará piezas para piano y orquesta de Mozart y Beethoven en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia.

En suma, como vienen diciendo año tras año las autoridades civiles y académicas, invitadas al acto de inauguración de las jornadas, sorprende la vitalidad y el empuje de este grupo de personas jubiladas que, con la puesta en marcha de estas actividades en defensa de la Escuela Pública (un ejemplo para el resto de comunidades autónomas del resto del Estado), demuestran que el fin del ciclo docente no es sino un paréntesis. Es loable el empeño que ponen para que, año tras año, el debate sobre la necesidad de luchar por una educación de calidad ocupe un lugar destacado en la agenda política y social de esta Región.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Tibieza de Pedro Sánchez ante la Memoria Histórica

 https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2019/03/06/tibieza-pedro-sanchez-memoria-historica/1002287.html

 Sigue pendiente ese homenaje institucional por el Estado español a la diáspora republicana en el exterior


Hace unos días fallecía en París Ramiro Santisteban, uno de los últimos republicanos españoles supervivientes del campo de exterminio de Mauthausen. En junio del pasado año nos dejaba nuestro paisano Paco Griéguez, también superviviente de ese campo del horror. Ni ellos ni sus miles de compañeros en campos nazis han merecido un homenaje institucional por parte del Estado español, homenaje que, como en el caso de nuestra Comunidad Autónoma de Murcia, afortunadamente sí han hecho más de una decena de Ayuntamientos. Los actos simbólicos de reconocimiento por el Estado a esas víctimas (más de 5.000 republicanos españoles, sobre 7.000 encerrados en Mauthausen, murieron en aquel campo de la muerte o en su subcampo de Gusen), así como a otras del exilio republicano, han sido en el exterior. Veamos.

En 2010, en el 65 aniversario de la liberación por los aliados del campo de Mauthausen, ocurrida el 5 de mayo de 1945, la entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, acudió allí. En su alocución dijo que «sólo el silencio engendra el olvido, y el olvido de quienes tanto dieron es la peor, la más insoportable de las mentiras». Pero hemos de recordar que el primer monolito republicano se colocó en ese lugar en 1962 y que la asociación de víctimas españolas, la Amical de Mauthausen, no fue reconocida por el Estado español hasta 1978.

El 28 de abril de 2015, en el 70 aniversario de la liberación, el Congreso instó al Gobierno, mediante una proposición no de ley aprobada por unanimidad, a honrar a los españoles prisioneros en esos campos. El 10 de mayo, el entonces ministro de Exteriores del Gobierno del PP, José Manuel García Margallo, acudió a Mauthausen y destacó la importancia de «honrar y renovar un deber universal de memoria ante la barbarie». En la foto de la agencia Efe, una bandera republicana desplegada tras el ministro recordaba la condición republicana de aquellos héroes, condición que, por supuesto, García Margallo omitió.

Unos mes después, el 3 de junio de 2015, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en presencia de Felipe VI y Letizia, inauguró, junto al ayuntamiento de París, el jardín de los combatientes de la Nueve, en homenaje a los hombres de esa compañía casi totalmente española (146 de los 160 soldados que la componían eran españoles o de origen hispano) que, al mando del general Leclerc, liberaron París el 24 de agosto de 1944.

El pasado día 24 de febrero, en el 80 aniversario del éxodo republicano, Pedro Sánchez pidió perdón al exilio español ante las tumbas de Manuel Azaña y Antonio Machado en las localidades francesas de Montauban y Collioure, respectivamente, y acudió también a la playa de Argelès-sur-Mer, en donde una placa recuerda que ese fue uno de los improvisados campos de refugiados españoles que huían de la represión franquista tras la caída de Cataluña a finales de enero de 1939. En todos esos actos, la bandera republicana estuvo ausente. Tibia e irreverente actitud de las autoridades españolas si se tiene en cuenta que, ante la negativa del gobierno de Vichy a que se enterrara a Manuel Azaña con la bandera republicana, el embajador de México, Rodríguez Taboada, informó a ese Gobierno que muy gustosamente la tumba del estadista español la cubriría la bandera de su país.

Las citas de arriba demuestran que los homenajes a los héroes republicanos españoles que dieron su vida por la libertad, la democracia y la justicia se dan en el exterior, pero que, tras más de cuarenta años de democracia, están ausentes en nuestro país. En julio de 2017, en mi breve periplo francés, visité la localidad de Argelès-sur-Mer, en donde se está llevando a cabo un encomiable trabajo de recuperación de la memoria republicana. Se ha creado la asociación 'Fils et filles de républicains espagnols et enfants de léxode' (Hijos e hijas de republicanos españoles y niños del éxodo) y se ha abierto el Centro de Interpretación y Documentación sobre el exilio y la retirada (CIDER), con vídeos e información lamentablemente sólo en francés. Ese Memorial recuerda que en 1939 había más de 264.000 republicanos españoles en los campos de concentración de los Pirineos Orientales.
Y en la bella localidad de Toulouse, ciudad en la que el 10% de la población es de origen español, además de rastrear la huella de los cátaros, nos es dado acercarnos a multitud de datos e información sobre el exilio republicano español.

Sigue pendiente, pues, ese homenaje institucional por el Estado español a la diáspora republicana en el exterior. Y en el interior. Unos datos para recordar el alcance del genocidio franquista tras la Guerra de España (me niego a denominarla 'civil', en línea con las últimas tendencias historiográficas): unas 500.000 personas exiliadas tras la guerra; más de 115.000 víctimas enterradas en fosas comunes, de las que más de 2.000 están aún por exhumar, pese a los reiterados requerimientos de la ONU al Estado español; unas 50.000 personas fusiladas, en su mayor parte en supuestos procesos sin garantías jurídicas; casi medio millón de presos convertidos en trabajadores forzosos en los casi doscientos campos de trabajo que funcionaron en el país; atroces represalias sobre las mujeres republicanas; expropiación de bienes a familias republicanas por el franquismo; más de 30.000 bebés robados durante la guerra y la posguerra, etc.

Con estos precedentes, habrá que 'agradecer' el gesto de Pedro Sánchez de acudir a honrar la memoria de esos ilustres republicanos, como también su perseverancia en lograr exhumar de Cuelgamuros la momia del dictador. Pero estos tibios gestos, estos actos simbólicos, no ocultan que la mayoría que lograra para la moción de censura en el Congreso hubiera debido aprovecharla, para, con carácter legal, condenar el franquismo como un régimen genocida que fue, anular todas las causas penales, ilegalizar las distintas fundaciones franquistas y derogar la Ley de Amnistía de 1977.