jueves, 24 de julio de 2014

SUMANDO

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/07/24/sumando/576291.html

A nadie se le escapa el hecho de que en la Región de Murcia, tras los veinte años de Gobierno del PP, la caída neta de la renta familiar y de las pequeñas y medianas empresas, la destrucción de empleo y tejido industrial, la falta de expectativas de la juventud, la situación de pobreza extrema, en aumento, a que se ven abocadas muchas familias, el lacerante incremento, así mismo, de los índices de pobreza infantil, los recortes sociales y el abandono de las personas dependientes? coexisten con el secuestro que de la democracia ha venido ejerciendo este partido, que ha elevado a límites intolerables el ejercicio de la corrupción (política y económica) en su práctica de gobierno y que ha desvirtuado el ejercicio de los derechos civiles con actuaciones represivas, bien notorias, que rayan lo permisible en democracia. Actuaciones paradójicamente ejercidas por un delegado del Gobierno imputado también por delitos urbanísticos. La alternativa a este estado de cosas no puede ser más de lo mismo. Ni un PP, que arrastra tras sí este penoso lastre, ni un PSRM-PSOE que, pese a su lavado de imagen último, no logra desprenderse del estigma de su abrazo a las tesis neoliberales y que muestra una tibieza y una más que visible falta de ideas pueden ser la alternativa a este estado de cosas. 

Las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, del 25M, constituyeron un termómetro de los posibles cambios sociales y políticos que están por llegar. No sólo la irrupción de Podemos y el notable aumento del apoyo electoral de IU han supuesto un revulsivo que empuja en la dirección de esos cambios. En todo el país comienza a tomar cuerpo la idea de que hay que caminar en la consolidación de procesos ciudadanos unitarios que supongan una auténtica alternativa. Se empieza a hablar de la necesidad de un mayor protagonismo ciudadano en la política y de la de confeccionar las futuras listas electorales a partir de asambleas abiertas, de la limitación temporal y revocabilidad de los cargos electos, de la dación de cuentas de éstos ante la ciudadanía?

Por lo que toca a nuestra Región, a pocos meses de las elecciones municipales y autonómicas de 2015, parece evidente que, ante la situación de excepcionalidad que vivimos, es urgente un drástico cambio de rumbo. La sociedad civil murciana, aquejada de una anomia paralizante durante tanto tiempo, ha empezado a dar síntomas de que comienza a despertar. En efecto, la eclosión con fuerza de plataformas reivindicativas de todo tipo, junto con la participación activa de una parte del tejido social en las Marchas (de Mareas, por la Dignidad?) y otras movilizaciones de cierto calado, nos indican que algo se está moviendo. Además, los trabajos que, desde hace dos años, viene realizando en Murcia Convocatoria por el Cambio han tenido su concreción en un par de asambleas que, convocadas bajo el eslogan Ganemos la Región de Murcia, con seguridad, tras el casi obligado paréntesis estival, pueden dar mucho de sí. 

El clima proclive hacia la convergencia social y política que empieza a respirarse en esta Región viene avalado, además, por las posiciones favorables que empiezan a manifestar los actores políticos que están también por esa labor. Así, las decisiones aprobadas en el pasado Consejo Político Federal de IU exteriorizan la importancia que esa organización pretende dar a la confluencia con movimientos sociales y otras fuerzas políticas, lo que permitiría impulsar candidaturas unitarias ciudadanas concebidas para ganar alcaldías en las próximas elecciones municipales. Alberto Garzón, encargado de la secretaría de Proceso Constituyente, destacó que «no hay que tener miedo a la posibilidad de supeditar las siglas de la federación a un frente amplio de izquierdas», aun insistiendo en que la identidad del partido no se diluirá. En la misma dirección, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, cree que en las elecciones municipales de 2015 su formación no debe actuar como un partido convencional, sino tal vez «apoyar y empujar humildemente» procesos ciudadanos que vayan surgiendo, sin tener una 'obsesión fetichista' por colocar sus siglas en todas partes. 

Esa coincidencia de ambos líderes en este y otros temas fundamentales no esconde el hecho de que, por ahora, la posibilidad de confluencia real de estas dos fuerzas políticas (a las que habría que añadir otros actores como Equo y en nuestra Región, CLIAS) está muy verde. Pero, precisamente la situación de excepcionalidad que vive la Región exige de todos cuantos deseamos otro escenario político y social que, superando viejos esquemas, reticencias y prejuicios, con una actitud de generosidad prestemos atención al creciente clamor de la calle. Porque esta Región no puede permitirse otros veinte años más de políticas depredadoras del territorio, de anulación de las conquistas sociales, de impermeabilización institucional ante la ciudadanía, de aumento del desempleo y la economía sumergida, de soportar tantos y tantos casos de corrupción? 

Es la hora de cambios políticos y sociales. Es tiempo de conquistar las instituciones para que sirvan a la ciudadanía. Todo ello es posible sumando.

jueves, 10 de julio de 2014

REFUNDAR EUROPA

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/07/10/refundar-europa/572900.html

Tras mi artículo anterior, en el que abordé la desnaturalización del proyecto europeo, en mi columna de hoy me propongo trazar un resumen de cómo habría de ser una Europa realmente unida y que respondiera a las necesidades de sus ciudadanos y ciudadanas (*). Muchos queremos más Europa, pero no esta Europa autocomplaciente, sino un espacio común con más democracia y solidaridad en un marco federal.


Una Europa más democrática en la que sus instituciones respondan ante los ciudadanos y no ante sus Estados miembros. Y, para ello, las elecciones europeas deberían realizarse no en clave nacional, sino que los partidos deberían dotarse de estructuras plurinacionales y elaborar sus listas de ese modo, con un candidato único a la Comisión. Además, los tratados no deben ser impuestos a los países. A título de ejemplo, exigir a los Estados miembros un límite concreto a su déficit estructural está arrebatando a la ciudadanía el derecho de elegir una u otra política fiscal. Una Europa más democrática debe preservar, además, lo ya conseguido en el ámbito de los derechos civiles y políticos, tomando como referencia la Convención Europea de Derechos Humanos de 1950. Y en una Europa democrática no caben las hegemonías, por lo que volver a las imposiciones de una supremacía alemana de referencias bismarckianas no es aceptable.

Una Europa más solidaria habría de garantizar unos derechos sociales mínimos, con la mejora de la actual Carta de los Derechos Fundamentales de 2007. Además, las tendencias xenófobas y racistas junto al incremento de la desigualdad no deberían tener cabida en el espacio europeo. La ciudadanía europea reclama políticas de solidaridad entre territorios, algo que debería haberse puesto en práctica en la Eurozona en esta crisis. Para ello, el Parlamento Europeo debería tener más competencias para definir la política económica general y las medidas fiscales. 

Europa debe practicar también la solidaridad hacia el exterior, por su responsabilidad histórica en la aventura colonial que arrasó sistemas sociales y económicos de muchos países del mundo y, sobre todo, por coherencia con sus valores sociales y económicos que propugna: la ciudadanía europea no puede tolerar una Humanidad en la que proliferan la opresión, la miseria y la injusticia. Europa debe mirar solidariamente también hacia el futuro de las nuevas generaciones, legándoles un mundo más habitable. Ello entronca, pues, con la necesidad de avanzar hacia la autonomía energética, con una apuesta decidida por las energías renovables y por la preservación del medio ambiente.

Europa debe caminar hacia el federalismo, con aquellos países que estén dispuestos. Pero, para ello, es preciso aumentar el presupuesto de la Unión, con el aumento de ingresos procedentes de la imposición directa a los movimientos de capital (Tasa Tobin). La emisión de bonos garantizados por el Banco Central, además, facilitaría una financiación menos onerosa a los países más endeudados. En ese marco, el Banco Central Europeo, sometido a más control ciudadano y político, sería el encargado de la supervisión de los mayores bancos. Una Europa más federal debe caminar también hacia una armonización fiscal, en paralelo a la lucha contra el fraude y los paraísos fiscales.

Y en la vertiente política, el federalismo europeo debería potenciar la función del Parlamento, que sería la Cámara baja, mientras que el Consejo de Ministros se constituiría en la Cámara Alta. La Comisión, además, debería estar estrechamente controlada por el Parlamento. Por último, una Europa federal debería contar con una voz única en el ámbito internacional, por ejemplo en el Consejo de Seguridad de la ONU.

¿Qué pasos deberían darse para avanzar hacia esa Europa deseada? La ciudadanía debe percibir que Europa preserva sus derechos. En ese sentido, cuando, aunque tímidamente, son rectificadas por la Unión medidas que atentan contra el medio ambiente o la regulación abusiva de los desahucios, los ciudadanos y ciudadanas se ven protegidos.

La inacción ante la crisis ha reavivado el debate sobre la salida del euro, mientras que el desafecto entre quienes exigen que haya más solidaridad y quienes piden menos está poniendo en riesgo el proyecto europeo. Pese a ello, es posible aún la refundación de Europa. En primer lugar, compartiendo soberanía, para impedir que poderes exógenos se apropien de ella. La sociedad civil debería tender, además, puentes transnacionales, con relaciones mutuas entre asociaciones, partidos, sindicatos...

Por último, Europa debería poner el acento en políticas orientadas al crecimiento sostenible y la potenciación de nuevos yacimientos de empleo, al tiempo que debería desarrollar también un espacio laboral europeo en el que se diera la protección transnacional de los derechos laborales, sin olvidar la movilidad de la mano de obra en un marco de reconocimiento más ágil de las habilidades profesionales y la homologación de titulaciones en el espacio educativo común.

Como conclusión, es constatable el desacuerdo general sobre el rumbo que ha tomado el proyecto europeo: mal encarada la solución de la crisis; proliferación de populismos demagógicos; la hegemonía de ciertos Estados (con Alemania a la cabeza)...  Es preciso, pues, refundar una Europa abierta, comprometida con el desarrollo, el medio ambiente y la justicia.

(*) Ideas extraídas del texto de Alfons Calderón y Luis Sols, en Cuadernos de Cristianisme i Justicia, nº 188, Barcelona, 2014

jueves, 3 de julio de 2014

Convocatoria por el Cambio da un nuevo impulso al proceso de convergencia política y social

En la Asamblea celebrada el pasado miércoles, día 2 de julio, en Murcia, se acordó constituir un gran espacio de izquierdas que sea la alternativa en la Región y en sus municipios al colapso del modelo político heredado de la Transición. 


Diego Jiménez/Murcia. 2 de julio de 2014.- El local del 'Txoko Pepe Carvalho' se quedó pequeño -hasta el extremo de que algunas personas hubieron de permanecer de pie o sentarse en el suelo- ante la gran expectación que levantó la asamblea convocada el pasado miércoles, 2 de julio, por  Convocatoria por el Cambio, colectivo que viene impulsando, desde hace casi un par de años, la necesidad de constituir un tercer espacio político-social en la Región de Murcia.

 (Fotografía de David  Hernández).

Con la idea de consolidar la confluencia de las fuerzas sociales y políticas de la izquierda murciana como alternativa clara y contundente al bipartidismo imperante, al deterioro del sistema político heredado de la Transición y al ciclo ininterrumpido de veinte años de gobiernos del PP en la Región, personas representativas de los partidos IU, Equo, CLIAS, Republicanos... de movimientos sociales, como Vía Libre Cartagena, PAH, Marcha de Mareas... y otras, a título personal, decidieron en la citada Asamblea convertir Convocatoria por el Cambio en un movimiento más inclusivo y participativo, para lo que se acordó hacer un llamamiento a una gran Asamblea convocada por activistas, a mediados de julio, con la idea de retomar el proceso en septiembre.

Se pretende devolver el protagonismo a la ciudadanía y la subordinación de la política a los problemas de ésta. "La defensa de los servicios comunes y la democracia radical", según se expuso por alguna de las personas asistentes, serían el eje vertebrador de un proyecto ilusionante, pionero en el Estado español, pero que ha surgido con fuerza, si bien en el ámbito municipal, en Cataluña, con 'Guanyem Barcelona', y en Madrid, nucleado en torno a 'Municipalia'.

El impulso definitivo del proyecto unitario y de convergencia vendrá en el mes de septiembre, mes en el que se intentará extender el modelo barrio a barrio, pueblo a pueblo y comarca a comarca de la Región, tras la gran Asamblea que se pretende convocar a mediados de ese mes.