Eugenio Otero, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela y comisario de la exposición, afirmó en el acto de inauguración que "las Misiones Pedagógicas hicieron la mejor campaña de animación a la lectura que jamás se haya realizado en España".
Diego Jiménez/ Murcia.- Con una rueda de prensa matinal
y el acto de la tarde, quedó inaugurada en Murcia, el pasado lunes día 12 de
enero, la exposición sobre las Misiones Pedagógicas de la II República. Instalada
en Madrid gracias a la labor cultural que desarrolla el Patronato de la
Residencia de Estudiantes, la exposición, desde su inauguración en 2006, ha
recorrido varias localidades de España.
La presencia de esta muestra ha
sido posible en Murcia gracias a los esfuerzos de la Asociación de Pensionistas
y Jubilados de STERM-Intersindical, la Universidad de Murcia (UMU) y el Museo
de la propia Universidad, en cuya sede del antiguo Cuartel de Artillería se
haya instalada la exposición. Fue presentada en rueda de prensa matinal, en el
salón de actos del museo de la UMU. En el acto, presentado y moderado por José Antonio Gómez, vicerrector de
Comunicación y Cultura de la Universidad, estaban también presentes en la mesa,
Benigno Polo y Pepe Hernández Escámez (Intersindical), Pascual Martínez, de la Fundación CajaMurcia, y el director del
museo, José Miguel García Cano.
En la mesa, de derecha a izquierda: Benigno Polo, Pepe Hdez. Escámez, J. Antonio Gómez, Pascual Martínez y J. Miguel García Cano (Foto: Carlos Trenor). |
En la sala, se encontraban
también, entre otras personas, Eva
Santos y José Manuel López, de
la comisión de actos del centenario de la UMU que se conmemora este año. Al final
de la rueda de prensa intervino Eugenio
Otero, profesor de la Universidad de
Santiago de Compostela y comisario de la exposición, quien, como en la
intervención que tuvo en la jornada vespertina, recalcó que “las Misiones Pedagógicas hicieron la mejor
campaña de animación a la lectura que jamás se haya realizado en España”, al
tiempo que destacó el esfuerzo inversor del gobierno de la II República, con
una dotación presupuestaria anual de 800.000 pesetas para financiar la labor
del Patronato de las Misiones, labor que, aun con la reducción que se produjo
con el gobierno derechista de Lerroux
apoyado por la CEDA, se mantuvo hasta 1936.
Aprovechando el turno de
preguntas, Antonio Sánchez, una de las
personas de la Intersindical que han hecho posible la exposición, conminó al
vicerrector de Comunicación y Cultura de la UMU a que reclame que la primera
sede de la Universidad de Murcia, las antiguas escuelas graduadas del barrio de
El Carmen –que el Ayuntamiento de la capital está dispuesto a ceder a un cofradía
pasional de Semana Santa-, sigan siendo patrimonio público.
La
inauguración de la tarde
Con un salón de actos
completamente repleto, hasta el extremo de que hubo personas que hubieron de
seguir el acto de pie y otras que se quedaron sin poder acceder al local, se
procedió a la inauguración formal de la exposición, tras la que se sirvió un
vino español. En el acto, presentado por Antonio
Gómez, vicerrector de Comunicación y Cultura, tomaron la palabra varias
personas presentes en la mesa.
Aspecto que presentaba el salón de actos (Foto Carlos Trenor). |
Eva
Sánchez, de la comisión del centenario de la UMU, citó a María Zambrano y Jara Carrillo, como impulsores de la actividad cultural en Murcia,
destacando del último su apuesta por traer la Universidad a la capital de la
Región, en 1915.
Jesús
Martínez Corbalán, en representación de STERM-Intersindical,
destacó, en una emotiva alocución, su plena identificación con las Misiones
Pedagógicas y el espíritu que las inspiró, al tiempo que expresó su sentimiento
de proximidad con las personas que aparecen en la muestra y el orgullo por la
aportación a las Misiones de paisanos nuestros como Ramón Gaya, Carmen Conde, Antonio
Oliver y el, a su juicio, ‘casi paisano’ Miguel Hernández, pues, afirmó, “la sierra de Orihuela está a un
tiro de piedra de Murcia”. Por último, mostró su indignación y rabia por cómo
fue truncada esta experiencia educativa y cultural con el inicio de la
sublevación franquista.
En la mesa, de derecha a izquierda: Eva Sánchez, Eugenio Otero, Antonio Gómez, Jesús Martínez y Pedro Luis Moreno (Foto: Diego Jiménez) |
Por su parte, Pedro Luis Moreno, del Centro de
Estudios de la Memoria Educativa (CEME), calificó de alto el nivel de la muestra
que se exhibe gracias a la aportación de
Eugenio Otero, del cual citó su
libro Las Misiones Pedagógicas. Una
experiencia de educación popular” (1982), destacando, así mismo, la
estrecha vinculación del Patronato de las Misiones con personas e instituciones
de la Región, como la Universidad Popular de Cartagena y la Escuela de
Magisterio de Murcia
Intervención
de Eugenio Otero
El profesor Antonio Viñao presentó al ponente Eugenio Otero. En su breve
intervención, Viñao destacó el hilo de continuidad que se establece entre las
Misiones Pedagógicas y el impulso educativo y pedagógico desplegado por Giner
de los Ríos y sus compañeros, fundadores de la Institución Libre de Enseñanza
(ILE) en 1876. Esa labor fue continuada por Manuel Bartolomé Cossío, el alma mater de las Misiones Pedagógicas.
En su intervención, Eugenio Otero afirmó que, desde 1876,
coincidiendo con la etapa final del Sexenio democrático, hasta 1936, se producen
en España una serie de transformaciones educativas que nos sitúan “a la cabeza
de Europa”. Dijo, además, que el conjunto de fotografías exhibido en la
exposición nos “descubre” la España rural de los años 30 del pasado siglo. No
dudó en señalar a los maestros como los auténticos “artífices” del éxito de las
Misiones, pese a sus exiguos sueldos que oscilaban entre las 1.000 a 7.000
pesetas al año en zonas urbanas (matizó que sólo dos maestros, de Madrid y
Barcelona, alcanzaron esa última cifra), siendo menores las retribuciones de
los maestros rurales (de 125 ptas a 250 ptas/año). Muchos de esos maestros, que
hasta el año 1900 no pasaron a cobrar del Estado (antes eran pagados por los
ayuntamientos), aspiraban, pues, a salir del aislamiento de las aldeas. Por
ello, en el último cuarto del siglo XIX, Giner
de los Ríos propugnó “apoyar” al maestro rural, enviando a los pueblos y
aldeas algunas “misiones pedagógicas”. Estas ideas fueron recogidas por la
República, que, por decreto de 29 de mayo de 1931, crea las Misiones Pedagógicas,
con los objetivos de fomento
de la cultura popular, la orientación pedagógica de las escuelas y la educación
ciudadana.
Citó el “perfil” exigido a los “misioneros”, que habían de pasar previamente una entrevista con Cossío, y
que, tras ser seleccionados, deberían ser capaces de crear en sus actividades
un ambiente de cordialidad con los campesinos.
De la actuación del Patronato, Otero aportó algunos datos,
tales como: puesta en marcha, hasta 1937, de más de 5.500 bibliotecas populares
y dotación de más de 600 mil libros; junto a éstos, gramófonos, que reproducían
música popular, clásica o culta; exhibición de películas y documentales (como
el documental Estampas, preservado
por Cristóbal Simancas); los coros y
el Teatro del Pueblo, que, dirigido por Alejandro
Casona, actuó en más de 280 localidades; el Teatro de Guiñol, dirigido
por Rafael Dieste, que visitó
Malpica, en la Costa Da Morte (A Coruña) en compañía de Ramón Gaya, y el Museo del Pueblo, que recorrió unas 175
localidades de toda España.
Otero hizo alusión a que un 50% de estos jóvenes entusiastas que alentaban
estas actividades eran maestros, junto con algunos alumnos normalistas. Todos “descubren”
una España desconocida en las zonas urbanas. Por último, pasó a destacar
algunos nombres señalados: el propio Rafael
Dieste, Val del Omar, Antonio Serrao, Cristóbal Simancas, Ramón
Gaya…”, para terminar calificando a aquellos jóvenes que dieron vida a las
Misiones como pertenecientes a “una generación perdida y llena de luz”.
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