martes, 29 de julio de 2008

DE OPOSICIONES






(Artículo publicado en LA OPINIÓN de Murcia. 29-7-08)





Después de haber sufrido por dos veces la experiencia de someterme ante un tribunal, en 1977, con ocasión de mis oposiciones de Magisterio, y en 1993, para el acceso al Cuerpo de Secundaria, este mes de julio me ha correspondido actuar como vocal en un tribunal de Geografía e Historia. Suele ser una labor no grata, pues en las manos de cinco personas, dependiendo de su mayor o menor ecuanimidad, de su mayor o menor acierto a la hora de juzgar al aspirante, depende nada menos que el destino de éste o, lo que es lo mismo, el acceso a un puesto de trabajo. No obstante, personalmente puedo decir que he tenido la suerte de encontrarme rodeado de compañeros (y digo compañeros porque el azar ha determinado que en mi tribunal no se diera la paridad de sexos, es decir, no había ni una sola mujer) que han coincido conmigo en la tarea de hacerle ese ‘trago’ lo más llevadero posible a los chicos y chicas que han comparecido ante nosotros. Empezando por el presidente, que desde el primer momento, aquel 29 de junio en que los aspirantes esperaban el resultado del sorteo para el desarrollo del primer ejercicio escrito, tuvo la habilidad de eliminar en parte, con bromas y chascarrillos, los momentos de tensión que se adueñan de todo opositor. En definitiva, trato humano, reconocido por muchos de los opositores y opositoras, que nos agradecieron esos gestos de proximidad en un proceso, el concurso-oposición, tremendamente selectivo y difícil de superar.

Porque cuando, como en el caso de la especialidad de Geografía e Historia, aspiran más de 1.400 opositores a cien plazas docentes, no hay procedimiento, por bien diseñado que esté, que satisfaga a todas las partes. Además, en el caso del acceso a la función docente se da la peculiaridad de que la confección de listas de interinos e interinas (hoy cerradas en Murcia) va ligada directamente al proceso de oposición, lo que ha conducido a que los sindicatos de enseñanza, con excepciones, a la vista del enorme porcentaje de personal interino docente (un 20%) que había en el momento de las transferencias educativas, para garantizar su estabilidad en el trabajo, hayan dado el visto bueno a un sistema que premia hasta con un 40% el apartado de méritos personales (fase de concurso), mientras que la fase de oposición pura y dura tiene un peso sobre la calificación final de un 60%. En esta oposición las personas aspirantes han debido realizar un ejercicio escrito (fase A), con un valor de un 40% de la nota, pasando, sin que fuera requisito aprobar ese ejercicio escrito, a las fases B.1 y B.2, esto es, a la posterior defensa oral de la programación y de una unidad didáctica elegida entre tres bolas, por sorteo, a las que se le asignaba el 60% de la nota ponderada de la oposición. A pesar del fuerte peso de la experiencia laboral previa, los mejores opositores del turno libre han tenido la oportunidad de superar en puntuación al personal interino. Y como mal menor, los nuevos aspirantes sin plaza puedan integrarse en las listas de interinos e interinas, aunque siempre por detrás de los ya existentes. Pero, al entrar en el sistema, en los próximos años empezarán a baremar en el apartado de experiencia docente. Así están las cosas. La realidad es que el sistema educativo no puede absorber la enorme bolsa de gente que quiere llegar a la docencia, por lo que el método de acceso elegido, aun no siendo el mejor posible (muchos critican que los criterios de excelencia y capacidad científica se han sacrificado por una supuesta idoneidad pedagógica y por un apuesta clara por favorecer al personal interino), no hay que olvidar que contempla los aspectos constitucionales exigidos para un procedimiento selectivo, a saber, los principios de igualdad, mérito y capacidad.

En los próximos años se prevén muchas jubilaciones. Muchas personas jóvenes, pero bien preparadas, que no han tenido suerte en esta ocasión van a tenerla pronto. Para los aprobados y los que no han tenido suerte, feliz verano. Me despido, como un mal estudiante, hasta septiembre, en que retomaré el contacto con ustedes con mi columna.

Diego Jiménez desdemicornijal.blogspot.com

5 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Respecto a las oposiciones, hay que recordar lo que decía Borges sobre la democracia, que es "un abuso de la estadística". Lo lamentable es que se permita años y años permanecer a personas que no han aprobado (y algunas no quieren aprobar, para elegir los primeros de la lista de interinos) una oposición en su vida. Y mientras, personas con oposiciones aprobadas, deben esperar años para trabajar. Y si no que se dediquen a otra cosa. Lo suscribe un aprobado doblemente que de momento está en el paro hasta no sé cuando.

Roberto dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Roberto dijo...

Estimado compañero y amigo Diego,

Aunque suelo compartir la gran mayoría de tus postulados, debo decirte que discrepo frontalmente en éste, como comprobarías en la carta a la directora que se publicó junto a tu artículo. Tú y yo somos (con nuestros matices) personas de izquierdas, y por eso me llama poderosamente la atención que defiendas el cierre de listas, que distingue a ciudadanos "preferentes" de otros "no preferentes". Atribuyo esto a que debas suscribir el posicionamiento del STERM (que no difiere, por cierto, del de ANPE, CSIF, CCOO y SIDI, todos firmantes del acuerdo por el que se cerraron las listas). Creo que queda un poco confuso en tu artículo la diferencia que existe entre el método para obtener la nota global del concurso-oposición (el 60-40) y el método de confeccionar la lista de interinos. En Murcia, al contrario de comunidades como Madrid, no se barema nada para la lista de interinos, el método es más sencillo. Los nuevos detrás y punto. Aunque una persona con un 9,5 como una opositora a la que he preparado este año tenga que ir detrás de otra que ni tan siquiera ha opositado (se presentó por bolsa extraordinaria) por el mero hecho de haber trabajado una semana. Tal vez consideres que este método de acceso a la función docente (en calidad de interino) cumple con los requisitos legales de igualdad, mérito y capacidad, pero yo no lo tengo tan claro.
Para ilustrar un poco más esto, te voy a hablar de un par de casos con nombre y apellidos que ilustran lo dramático de este cierre:
- Uno es el de una chica de FOL que opositó en 2004, obteniendo una magnífica nota sin plaza. A pesar de quedar arriba de la lista "no preferente" no consiguió trabajar ni un solo día antes de las oposiciones de 2006 (mientras gente que sacó un uno en 2002 sí lo hacía). Así las cosas, a pesar de su nota saltó de las listas. Es curioso que no te mantengan un nueve mientras sí mantienen un cero a una persona que haya trabajado un día.
- Te voy a dar otro ejemplo muy bueno: una chica de filología hispánica se licencia en 2001 con premio extraordinario de licenciatura y mientras los compañeros más mediocres de su promoción opositan (sacando algunos ceros y unos) ella se pone a terminar su tesis que culmina "cum laude" 3 años después. Saca un nueve en la oposición de 2004 , y a pesar de su premio extraordinario, su doctorado y su nueve tiene que ver adjudicación tras adjudicación cómo aquellos compañeros del cero cogen trabajo mientras ella se queda en el dique seco. Sin trabajar, no se hacen puntos, y sin puntos, no hay nada que hacer en el concurso al año siguiente, porque un señor con un seis y diez puntos en el baremo supera a otro con un diez en la oposición y sin experiencia. Respecto a tu último argumento (ya tendréis más suerte, ya llegará vuestro momento) lo encuentro, con perdón, simplemente falaz: mientras el de arriba sigue sumando y ampliando distancias, el de abajo tan solo puede contemplar impotente.
Te invito Diego, como a tus compañeros de STERM (entre los que tengo muy buenos amigos) a que os desmarquéis de una vez de este injusto sistema, porque estáis machacando a una mayoría (entre la que se encuentran también interinos de las partes medias-bajas de las listas) para defender a una minoría en muchos casos acomodada, y esa mayoría acabará como yo obteniendo antes o después su plaza y no os podrá respaldar en las elecciones sindicales.

Un afectuoso saludo,

www.cuadernoskeynesianos.blogspot.com

Joaquín Navarro Gómez dijo...

Querido Diego soy tu compañero Joaquín Navarro, me gustaría saber si tu estas de acuerdo con que haya lista preferente de interinos, por que a mi modo de ver es privilegiar a un grupo de personas que, en bastantes casos, demuestra fracasar ante una oposición, a veces con notas bajas. Como es posible que un opositor que obtiene la mejor nota en su tribunal, no solo no obtenga plaza sino que queda por detras de al menos 50 personas que no alcanzan un tres en la pruebas de conocimiento de su asignatura. No lo entiendo, demuestran no conocer su asignatura y sin embargo van a dar clase el curso que viene... sólo por estar en una lista preferente que difiende sindicatos supuestamente de izquierda... Espero que en el fondo tu no estés de acuerdo con esto.
Un saludo.

Roberto dijo...

interino, na.

(De ínterin).

1. adj. Que sirve por algún tiempo supliendo la falta de otra persona o cosa.

2. adj. Dicho de una persona: Que ejerce un cargo o empleo por ausencia o falta de otro. U. t. c. s.

La cuestión es que la falta deja de existir cuando hay gente con un 10 que espera por detrás. En los sindicatos se suele confundir con demasiada frecuencia la figura del funcionario interino con la del funcionario de carrera.