¿GIRO A LA IZQUIERDA?

(Publicado en LA OPINIÓN. 15-07-2008)

Algunos medios de comunicación se han encargado de resaltar de inmediato el supuesto giro a la izquierda experimentado por el PSOE tras su XXXVII Congreso Federal. Pero si esto es así, en realidad este Gobierno ha estado practicando, en lo fundamental, políticas de derecha. Si en los inicios de la legislatura anterior Zapatero se aprestó a retirar las tropas de Irak y acentuó la puesta en marcha de algunas políticas sociales, lo cierto es que a cualquier observador sagaz no se le escapa el hecho de que, en lo fundamental, la actuación del Gobierno en estos últimos tiempos ha experimentado un giro al centro, espacio tenazmente disputado hoy por PP y PSOE.

Es sabido que, tras la caída del Muro de Berlín y el desmoronamiento de la URSS, las diferencias entre la derecha y la izquierda en Europa, una vez que ésta llega al gobierno, son sutiles. Y para los auténticos detentadores del poder, el capital financiero y transnacional, esas diferencias son toleradas y alentadas en la medida en que permitan el mantenimiento incólume de la práctica de sus negocios y de sus tasas de ganancia. España no iba a ser la excepción a esa norma europea, por lo que la apelación a la izquierda por el Gobierno no es sino una afirmación retórica destinada a contentar a sus bases y votantes. Vistas así las cosas, el XXXVII Congreso Federal del PSOE se ha encargado de seguir manteniendo esa supuesta adscripción del partido a las tesis izquierdistas. Pero las actuaciones del Ejecutivo socialista caminan en otra dirección.

Por empezar por un asunto de plena actualidad, los delegados asistentes a dicho Congreso aprobaron una Resolución de condena hacia la conocida directiva de retorno de la UE, contra los inmigrantes europeos. Pero dicho acto, sin duda testimonial, no oculta el vergonzoso hecho de que los europarlamentarios del PSOE se alinearon, con honrosas excepciones, con las fuerzas más reaccionarias de Europa para que tal resolución prosperase, además de que el Gobierno ha descartado una supuesta nueva regularización de inmigrantes y se sitúa junto a quienes piden la pura y dura expulsión de España de éstos. En ese sentido, la medida de hacer posible su voto en las elecciones municipales junto con la elección de una mujer dominicana para la secretaría de Inmigración son puras operaciones ‘cosméticas’. Otros acuerdos adoptados en ese Congreso, como iniciar el camino hacia una sociedad más laica en nuestro país, tropiezan, sin embargo, con la obstinada y perseverante política del Gobierno tendente a apaciguar y no incordiar en exceso a los sectores más ultramontanos de la Conferencia Episcopal Española. Lo mismo puede afirmarse respecto de la decisión de abordar la revisión de los supuestos legales que permiten la práctica del aborto en España, pues la especial beligerancia de la Iglesia en este tema va a hacer inviable, creo, el avance hacia el cuarto supuesto demandado por varias organizaciones sociales y políticas.

Para apreciar un verdadero giro del PSOE hacia la izquierda, el Gobierno habría de poner el acento en una necesaria reforma de la política fiscal, con medidas que hagan posible una tributación progresiva que alcance de lleno a las grandes fortunas. Debería poner en cuestión el actual modelo de desarrollo, que, con actuaciones como la inversión en obras públicas (está pendiente la puesta en práctica del Plan Especial de Infraestructuras de Transporte (PEIT) que prevé la construcción de más de 6.000 km. de nuevas autovías y otros tantos km. de líneas del AVE), va a suponer, junto con un nuevo ‘Plan Prever’ para la renovación del parque móvil, la imposibilidad de cumplir los requisitos del Protocolo de Kyoto. Habría de abordar, así mismo, una decidida actuación en materia de vivienda y empleo, sin olvidar, en política económica, que es urgente atajar la galopante inflación.

Pero este Gobierno lo fía todo a los ajustes del mercado. Y apelar a éste como elemento regulador ‘mágico’ de la economía es situarse en la derecha.

Diego Jiménez http:// www.desdemicornijal.blogspot.com