domingo, 14 de julio de 2019

TRÁFICO RODADO Y CALIDAD DEL AIRE

https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2019/07/09/trafico-rodado-calidad-aire/1036608.html


Una de las primeras medidas de José Luis Martínez-Almeida, el nuevo alcalde de Madrid, ha supuesto dejar sin efecto el plan Madrid Centro puesto en marcha por el equipo de gobierno de la exalcaldesa Manuela Carmena para reducir los preocupantes niveles de contaminación atmosférica del aire en la capital, provocados, principalmente, por el tráfico rodado. La ideología neoliberal de las derechas, obsesionadas en articular sus decisiones políticas en torno al máximo de libertad individual (según para qué cosas), está detrás de esta absurda medida.

Es sabido que la contaminación del aire que respiramos en las ciudades es hoy una de las principales causas del agravamiento de enfermedades crónicas y del incremento de la mortalidad en capas sensibles de la población. Por ello, el aumento de la concienciación ciudadana y la constatación general de que el actual modelo de desarrollo urbano, también en lo referido al tráfico motorizado, es insostenible están, sin duda, detrás del Informe sobre Ciudades (del Programa Cambio Global España 2020/50), presentado a finales de 2009 y que propugna un proceso de diálogo entre todas las partes implicadas sobre la posibilidad de un pacto de las ciudades españolas ante el cambio global.

En lo referido a la movilidad, el informe proponía la apuesta a fondo por nuevos criterios de reordenación urbana y por otros modos de transporte, incluida la limitación del uso del vehículo particular y la progresiva electrificación de los servicios motorizados, con lo que se lograría reconducir los actuales patrones de insostenibilidad (contaminación, emisiones de gases de efecto invernadero, ruido, ocupación de suelo, etc.). La adopción de medidas de control del tráfico urbano, promoción del transporte público e incorporación de vehículos híbridos y eléctricos en las ciudades, unido a la generalización del uso de las energías renovables en edificios, la correcta planificación de las áreas industriales y una mayor concienciación entre la población, permitirían alcanzar en 2020 (visión muy optimista, como podremos comprobar) los objetivos marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de concentraciones de dióxido de nitrógeno y partículas, para garantizar que la calidad del aire en las grandes ciudades no implique un riesgo para la salud de las personas.

Las previsiones de ese informe quedan evidenciadas por la tozuda realidad. El pasado mes de mayo, LA OPINIÓN recogía la presentación, por parte de Ecologistas en Acción, a la vista de la inacción institucional en un tema tan preocupante para la salud general de la ciudadanía, de una serie de propuestas sobre contaminación atmosférica en la Región de Murcia durante la reunión de la comisión de seguimiento del Plan de Mejora de la Calidad del Aire 2016-2018. Con la constatación de que no se habían alcanzado los resultados deseados respecto a los niveles de ozono registrados, se proponía la necesidad de elaborar e implantar un Plan de Mejora de los niveles específicos de ozono en nuestra Comunidad autónoma. Recordemos que la fuente principal del ozono (O3) troposférico es, precisamente, el tráfico motorizado y que el calor del estío favorece su incremento.

Para la organización ecologista, dicho plan debe contemplar como objetivo de calidad el valor diario planteado por la OMS, que redujo el límite de 120 microgramos/metro cúbico a 100, arbitrando, además, medidas concretas para la reducción de los contaminantes precursores de ozono, especialmente los compuestos orgánicos volátiles (COVs) y los óxidos de nitrógeno (NOx) a partir de las principales fuentes: la actividad industrial de Cartagena-Valle de Escombreras y el tráfico rodado de Murcia-ciudad y grandes vías de comunicación. Así mismo, demandan que la información pública sobre los valores de ozono sea en tiempo real y no, como hasta ahora, varios días después.

Ecologistas en Acción denunciaba, a su vez, que en Cartagena sólo se medían las partículas PM2,5 (las más peligrosas para la salud pues, por su tamaño, pueden penetrar en los alveolos pulmonares desde los que pasan al flujo sanguíneo) en la estación de Mompeán. Esta organización ambiental planteaba una mayor coordinación entre Administraciones para evitar que se produzcan superaciones de partículas PM10, producidas por el tráfico rodado, las actividades industriales y las quemas agrícolas, ante las que habría que activar el protocolo anticontaminación y adoptar medidas preventivas. Se necesita también, recuerdan, una información pública en tiempo real sobre otros contaminantes como los metales pesados, el benzopireno, etc. Respecto al municipio de Murcia y su extensa área metropolitana, que, recordemos, acoge a casi la mitad de la población regional, Ecologistas proponía también una mejora de la red de vigilancia y el necesario control del tráfico rodado en el municipio.

Volviendo al principio de este artículo, el esfuerzo realizado por Manuela Carmena en el ayuntamiento de Madrid contrasta con la inacción del señor Ballesta, alcalde de Murcia, en relación con la 'pacificación' de ese tráfico rodado. Parece un insulto a la ciudadanía recomendar, sólo recomendar, dejar el coche cuando nos alertan de altos episodios de contaminación. Pareciera que la consigna de la alcaldía es la de 'todos al centro', como si esta ciudad de tipo medio pudiera acoger a cuantos vehículos quieran entrar en ella.

El asfixiante incremento del tráfico motorizado en esta capital (que podemos comprobar quienes, como el que les escribe, vivimos en arterias de entrada a menudo congestionadas) tiene mucho que ver con la configuración urbana de un municipio de servicios que tiene un notable número de habitantes en pedanías que han de acceder a diario al centro. Pero no podemos olvidar un diseño de ciudad en el que se ha privilegiado el uso del coche para llegar a cualquier sitio y a centros comerciales por vías altamente congestionadas, llenas de rotondas en las que nadie sabe circular (dense una vuelta, cualquier tarde, por Juan de Borbón y lo comprobarán); centros comerciales que alguien, de manera interesada, irracional e irresponsable, ubicó en la periferia urbana.

Estas situaciones, unidas a un pésimo servicio de transporte público urbano, la ausencia de campañas institucionales para fomentar el caminar o el uso de la bicicleta para desplazamiento cortos y medios y, cómo no, la potenciación del uso del coche privado por las grandes empresas del automóvil y, por qué no decirlo, por nuestro Ayuntamiento, ávido de ingresos por vía impositiva y otras tasas, explican la situación actual.

La mala calidad del aire urbano, en gran medida, viene dada por un desbocado tráfico al que, en la ciudad de Murcia, el alcalde y su equipo de gobierno (como sus colegas de Madrid) no parecen interesados en regular.

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