martes, 5 de junio de 2018

AHORA SÍ, LA DEMOCRACIA



 http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2018/06/05/ahora-democracia/927965.html

Algún analista político ha comparado la situación que ha surgido de la votación parlamentaria del pasado viernes, y que ha supuesto la salida de Rajoy de La Moncloa, con el Pacto de San Sebastián, suscrito entre varias formaciones de izquierda, republicanos y fuerzas nacionalistas en agosto de 1930 y que condujo, meses después, a la proclamación de la Segunda República. Salvando las distancias histórico-temporales, es cierto que hay algunas similitudes. Hoy, como ayer, asistimos al fin de un Régimen, el de 1978, agotado, con una monarquía, como la de Alfonso XIII, cómplice de silencio ante la corrupción, y con unas derechas radicalizadas junto a la emersión de fascismos (hoy nacionalismos excluyentes) en Europa. Hoy, como ayer, parece que estamos asistiendo al principio del fin de un ciclo. 

Por eso, el resultado de la moción de censura era el esperado y el deseado. Con algunas dudas respecto de la posición que iba a adoptar un PNV que, días atrás, se había apresurado a dar un balón de oxígeno a Rajoy aprobando los presupuestos, lo cierto es que el hecho de que fuerzas tan dispares y distantes ideológicamente como Bildu y ERC hayan coincidido con la derecha nacionalista moderada (PdeCat y PNV) y con el PSOE y Unidos Podemos en el diagnóstico de la situación y hayan apoyado esa moción de censura indica claramente que los 180 votos favorables exteriorizan el malestar de una gran parte del arco parlamentario ante la grave situación sociopolítica que atraviesa el país
.
Especialmente emotivo fue para mí el abrazo de Pablo Iglesias al nuevo presidente del Gobierno al final de la votación. El grito de 'Sí se Puede' de las y los diputados de Unidos Podemos, dirigido, creo, tanto a las y los diputados socialistas como hacia las y los votantes de izquierda, exteriorizó el ansia de cambio, que, como en octubre de 1982, hay en nuestro país. El ejemplo del vecino Portugal, donde un Gobierno de la izquierda ha logrado revertir la caída en picado, es algo a tener en cuenta por las fuerzas de izquierda que han desalojado a Rajoy de La Moncloa.

Se abre, pues, un nuevo periodo ilusionante, pero también incierto. El apoyo 'instrumental' de muchas formaciones políticas a Pedro Sánchez no oculta el hecho de la dificultad de transitar por un Parlamento muy fragmentado, con una amplísima mayoría del PP en el Senado. En otro orden de cosas, el apoyo de ERC, Bildu, y PdeCAt podemos considerarlo un voto prestado. No ayuda nada a 'desenfangar' el lodazal de la política de Rajoy respecto a los territorios históricos el reciente apoyo de Pedro Sánchez al artículo 155, lo que convierte al diálogo ofrecido a Cataluña y Euskadi en una empresa complicada. Si Pedro Sánchez es capaz, o no, de librarse de la tutela de ciertas baronías territoriales del PSOE para abordar con valentía una solución negociada a una nueva articulación territorial del Estado es algo que está por ver. Y ello contando, además, con que la oposición de Ciudadanos y del PP va a ser feroz. La clara apuesta de Ciudadanos por ser la alternativa de Gobierno, para lo que ha explotado sin rubor alguno el anticatalanismo más irracional, y la última intervención de Rafael Hernando en el debate previo a la votación del viernes, en un tono agrio, chulesco y a la vez desafiante, indican que Pedro Sánchez no lo va a tener fácil. Por eso cobra tanta importancia (y es algo que debe valorar la dirección y el grupo parlamentario del PSOE) el concurso de los diputados y diputadas de Unidos Podemos y Compromís, que habría de ir en paralelo al abandono de los recelos expresados hasta ahora por parte de Pedro Sánchez a las reivindicaciones nacionalistas.

Otra dificultad no menor es la derivada de la necesidad de gestionar unos presupuestos heredados (para lograr el apoyo del PNV y la abstención de Coalición Canaria) que van a suponer un dogal para la aplicación de políticas progresistas. El nuevo Gobierno de izquierdas se verá obligado, pues, para cumplir con sus promesas, a recurrir a la vía de los créditos extraordinarios.

Pero las dificultades se superan con la unidad de la izquierda y de las fuerzas progresistas, con políticas concretas. Y el viernes se dio un gran paso para recuperar las políticas sociales, para relanzar proposiciones de ley hoy atascadas, para poner en marcha leyes paralizadas como la de la Memoria Histórica y la Dependencia, para derogar otras nefastas, como la reforma laboral y la Ley Mordaza, para sanear las instituciones, para profundizar en la separación de poderes, para consolidar una RTVE democrática, etc.

Como no me gusta hacer política ficción, aterricemos ahora en lo inmediato. En nuestra Región. El efecto más visible de la derrota del PP va a ser la inminente salida de la delegación del Gobierno de uno de los delegados más nefastos y funestos de los últimos tiempos, Paco Bernabé, lo que, sin duda, será un alivio para las reivindicaciones de las vecinos y vecinas de las vías. Otro efecto inmediato será el posible impulso por el nuevo ministro de Fomento (esperemos que así sea) a un acuerdo sobre el agua en la Región y a las inversiones en infraestructuras (variante de Camarillas, llegada del AVE, potenciación del ferrocarril convencional?), largamente dilatadas y pospuestas con artimañas y engaños. La mejora de la financiación autonómica, que repercutiría, a su vez, en la de la Sanidad y la Educación y en políticas sociales, es también una posibilidad que se abre en nuestra Región ante la apertura de este nuevo ciclo político.

A un año de las elecciones locales y autonómicas, el pacto de izquierdas alcanzado en el Parlamento es un ejemplo a seguir para el éxito de las confluencias también en nuestra Región. El Parlamento habló el viernes. Ha vuelto la democracia.

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