La pretensión del nuevo alcalde de Murcia de mostrarse cercano a los vecinos y vecinas del municipio y sus contactos con Pro-Soterramiento parecen haber abierto un rayo de esperanza y de cambio de estilo. Ojalá no sean una ‘cortina de humo’ y sí el síntoma de que algo puede estar cambiando en la Glorieta.
Recuerdo un viaje en tren que hice con mi madre a Barcelona, desde Cartagena, hace ya nada menos que unos cincuenta años, en aquellos trenes con vagones de madera, en locomotoras lentas y pesadas alimentadas con carbón, un viaje en el que el trayecto se alargó nada menos que veinticuatro horas. Desde entonces, aquellos trenes desvencijados, lentos y sucios se han transmutado en los modernos de alta velocidad. El AVE se ha convertido, en virtud de los intereses de muchos, en la panacea de la moderna movilidad. Como en el siglo XIX, cuando los gobiernos isabelinos entendieron que el ferrocarril era el instrumento idóneo para vertebrar el país, hoy la llegada del AVE a los distintos territorios de este solar ibérico parece ser el medio exclusivo para la interconexión entre los mismos. De manera que se nos ha intentado convencer de que, sin AVE, no hay progreso.
Particularmente, para mí, el progreso ferroviario tiene otros mimbres: las infraestructuras adecuadas para la integración del ferrocarril en los ámbitos urbanos; unas tarifas accesibles, al alcance de la mayoría; el respeto por el medio ambiente en la configuración del trazado ferroviario, y, sobre todo, el coste del tendido y mantenimiento de la red, que debe ser razonable y no constituirse en un motivo más favorecedor de intereses especulativos. Ninguna de estas características las cumple el AVE, un medio de transporte derrochador de recursos, elitista y que ha venido para instalarse definitivamente entre nosotros y enterrar definitivamente al ferrocarril convencional.
Cuando estas líneas vean la luz, el pleno extraordinario del Ayuntamiento de Murcia ya habrá debatido la moción conjunta con la que todos los grupos de la oposición exigen la paralización de las obras ya iniciadas (a lo que podría sumarse el PP) y al cumplimiento del Convenio suscrito en 2006 a tres bandas por el Ayuntamiento, la Comunidad Autónoma y el Ministerio de Fomento. Recordemos que, previos los estudios de impacto ambiental pertinentes, ese convenio preveía la llegada del AVE soterrado, desde Los Dolores a Nonduermas, y un plan especial para integrar la estación de El Carmen en la ciudad, configurando una estructura moderna, intermodal, de interconexión de varios medios de transporte. A que esta última reivindicación se haya venido manteniendo viva en estos años y, sobre todo, que haya obligado a los partidos políticos de la oposición a ´mojarse´ en el tema, y al nuevo equipo de Gobierno a abandonar la postura errática y de contemporizar con la situación del exalcalde Miguel Ángel Cámara, ha contribuido muy activamente la labor perseverante y tenaz de la Plataforma Pro-Soterramiento de Murcia.
Merece la pena recordar las posiciones sobre el particular de quienes han tenido responsabilidades de gestión en la ciudad y en la Región, respectivamente, para situarnos en el contexto actual. El exalcalde Miguel Ángel Cámara afirmaba el 19 de enero de 2014: «Ahora quieren trasladar la Feria a las vías y hacer un carrusel. Esto es un cachondeo». Y el expresidente regional, Ramón Luis Valcárcel, opinaba un día después: «No me pueden hacer tragar con un proyecto [el AVE semisoterrado] que puede ser definitivo».
Pero el proyecto que ambos exmandatarios rechazaban es el mismo, publicado hace unos días en el BOE, que Adif adjudicara el pasado 12 de mayo a la empresa Aldesa y que fue recurrido, sin éxito, por Soterramiento ante la Junta Electoral, por coincidir con la campaña de los últimos comicios locales y autonómicos. Los esfuerzos de Pro-Soterramiento han dado sus frutos. El fiscal de Medio Ambiente de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, ya advirtió el pasado mes de mayo que el nuevo proyecto previsto por Fomento precisaría de una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), para un AVE que iría parcialmente soterrado (unos 500 metros) antes de la llegada al barrio de El Carmen. Al día de hoy, Fomento sigue desoyendo las peticiones de la Fiscalía.
Por ello, de aprobarse esa moción conjunta, está claro que podría producirse un ´choque de trenes´ entre el consistorio capitalino y los Gobiernos central y regional, cuyo portavoz de Fomento, Francisco Bernabé, hace unos días tildó de equivocados los planteamiento de Pro-Soterramiento, afirmando que «los grupos políticos de la oposición adolecen de una tremenda desinformación, no saben lo que está pasando (sic)».
Lo que está pasando es que, durante estos últimos años, la mayoría aplastante del PP ha venido despreciando y desoyendo a los vecinos y vecinas que, cada martes en las vías, han ido constituyéndose en el altavoz de unas reivindicaciones tan legítimas como razonables. La pretensión del nuevo alcalde de Murcia de mostrarse cercano a los vecinos y vecinas del municipio y sus contactos con Pro-Soterramiento parecen haber abierto un rayo de esperanza y de cambio de estilo (en opinión del portavoz de esta plataforma vecinal, Joaquín Contreras). Ojalá no sean una ´cortina de humo´ y sí el síntoma de que algo puede estar cambiando en la Glorieta. Murcia, la séptima ciudad de España en población, se merece tener unas estructuras ferroviarias adecuadas al siglo XXI.
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