Las personas invitadas
denunciaron la inutilidad de la actual
Ley de Memoria Histórica y propugnaron acciones contra el olvido de las
víctimas de la barbarie franquista.
Diego
Jiménez/Murcia.- Si hubo algún detalle que pusiera en
evidencia la oportunidad de una jornada memorialista en Murcia, para denunciar
el olvido de la represión y la barbarie fascistas en nuestro país y en la
Región de Murcia en particular, fue el cálido aplauso que el numeroso público asistente
al Moneo tributó al veterano luchador socialista José Fuentes Yepes, que está próximo a cumplir el siglo de vida y
que se hallaba presente en la sala. El acto fue organizado el pasado martes,
día 16, por la Asociación para la Recuperación y Defensa de la Memoria
Histórica de Murcia (Tenemos-Memoria), y conducido con notable agilidad y
acierto por la vicepresidenta de este colectivo, María Jesús García Ruiz.
En la mesa se encontraban Josefa Martínez López, de la Asociación
de Memoria Histórica de Cartagena; Pedro
María Egea Bruno, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad
de Murcia; Floren Dimas, pionero en
la investigación memorialista en la Región de Murcia; Víctor
Peñalver, joven investigador de la represión franquista en el Noroeste
murciano (concretamente de los prisioneros que trabajaron en el embalse del
Cenajo), y Juan Enrique Serrano,
profesor asociado de Ciencias Políticas y doctorado por la Universidad París I
Panthéon-Sorbonne.
En la mesa, de izquierda a derecha, Juan Enrique Serrano, Víctor Peñalver, Pedro Mª Egea Bruno, María Jesús García (moderadora), Josefa Martínez y Floren Dimas. |
Turno
de intervenciones
Tomó la palabra en primer lugar Josefa Martínez, quien, tras afirmar que las
asociaciones memorialistas existen porque son necesarias, enfatizó que “hijos e hijas de
represaliados por el franquismo tienen aún hoy los labios sellados por el miedo
a la represión”, mientras que los nietos
y nietas de esas personas represaliadas “sienten vergüenza”. Las raíces de
muchas de esas personas han sido borradas por el franquismo, mientras que los
“verdugos de ayer tienen en sus descendientes a los cancerberos de la Historia”. Tras exponer los fines que persigue la
asociación memorialista cartagenera, dijo que este colectivo está conectando
con los centros de Secundaria para intentar introducir actividades
memorialistas en el currículo escolar. Terminó postulando la necesidad de la
coordinación de las asociaciones memorialistas de la Región.
El investigador Floren Dimas recalcó que existe una
“amnesia social” sobre la Memoria republicana, favorecida por un Estado que,
con todas sus herramientas, “silencia, oculta, tergiversa” el relato histórico
de la lucha por la democracia en el siglo XX. Tras recordar que en otros países
de Europa que sufrieron el fascismo y el nazismo “no hay leyes de Memoria
histórica, porque son innecesarias”, dijo que en España se han realizado “políticas anti-memoria”, con el afán de las instituciones de que ésta
quede recluida en el ámbito estrictamente familiar. Por ello advirtió que las
asociaciones memorialistas, si no cuentan con el apoyo institucional, “lo
tienen difícil” y deben de huir de reducir su actividad exclusivamente a esos
ámbitos familiares. Afirmó que “la impunidad en España está conectada con el
presente”, mientras que en países como Alemania y Francia están siendo juzgadas
por crímenes de lesa humanidad personas de más de 90 años.
Arremetió duramente contra las
dos leyes que mantienen en la impunidad a los autores de crímenes fascistas, la
de Amnistía, de 1977, y la Ley de Memoria Histórica de 2007, de Zapatero, a la que calificó de “ley de
beneficencia”, y que hoy se halla incluso sin consignación presupuestaria.
Ambos textos, en opinión de Floren Dimas, dejan sin efecto los principios de
Justicia Universal.
El catedrático Pedro María Egea centró su intervención
en las investigaciones que aún están por realizarse, como los 14.000 sumarios existentes
en el Archivo Naval de Cartagena. Sugirió que las asociaciones memorialistas
creen grupos de trabajo y de investigación, pues hay muchos temas pendientes:
cárceles, hambre, bombardeos, la represión sobre las mujeres, los conventos de
Murcia convertidos en campos de concentración y que albergaron a 4.000 presos…
Su afirmación de que “hay que borrar de las calles la sucia basura fascista” y
su propuesta de una “jornada popular de limpieza de estos símbolos fascistas”
provocaron aplausos del auditorio.
Egea Bruno denunció la
complicidad del obispado con el terror franquista así como la desaparición del
archivo del Gobierno Civil, por parte de la propia Universidad
franquista.
Terminó proponiendo una larga
lista de tareas a realizar por las asociaciones memorialistas: el papel
desempeñado por las Brigadas Internacionales en Murcia; los esclavos del
franquismo; las sentencias del TOP, que afectan a 176 murcianos; los niños
robados del franquismo; las persecuciones a colectivos como los gitanos, los
gays y los insumisos; recopilación de las fuentes orales… Informó de que las
universidades de Extremadura y Santiago ya están impulsando proyectos de
investigación sobre la memoria histórica.
Público asistente, en notable número, al acto |
Por su parte, Víctor Peñalver, que empezó afirmando
la utilidad del estudio de los expedientes de Responsabilidades Políticas, pues
son fuentes de primera mano para acercarse al conocimiento de la realidad
sociopolítica del momento, denunció las “estratagemas” que hay que utilizar
para abordar el estudio de estos temas sobre la Memoria. A título de ejemplo,
dijo que el estudio de la represión ejercida sobre los prisioneros políticos en
la construcción del Cenajo hubo de abordarla como un trabajo sobre las
infraestructuras hidráulicas de España. Se preguntó por qué sigue ahí la placa
conmemorativa de la inauguración por el dictador de esa presa en el año 1963.
Citó los lamentables comentarios en contra de las víctimas del franquismo vertidos por
algunos dirigentes del PP (como Rafael Hernando, actual portavoz), que
no merecieron en su día el revuelo mediático que ha acompañado el caso del
concejal madrileño Zapata. Para
terminar, propuso erigir un monolito en la capital de la Región a los 420
murcianos fallecidos en el Holocausto y dijo que “más que de Memoria Histórica
hemos de hablar de reivindicación de la Justicia”.
Juan
Enrique Serrano puso fin al turno de intervinientes de la Mesa.
Este joven politólogo afirmó que la “Ley de la Memoria Histórica es un recurso
político muy peligroso”, pensada para “apuntalar el régimen de 1978 y el bipartidismo”.
Serrano cree que se da una “convergencia real PP-PSOE” sobre estos temas, pero la
Ley les ofrece la oportunidad de desempeñar a cada partido un rol distinto,
diferenciándose ante el electorado.
Puso en duda de que en países
como Alemania y Francia, que sufrieron el nazismo, haya hoy atisbos de que
exista algo similar a la Memoria Histórica de aquí, y lanzó una afirmación
destinada a levantar la polémica en el auditorio: “No hay una sola Memoria, hay
varias”.
Enfatizó que el primer
objetivo, hoy, ha de ser derogar la Ley de Amnistía de 1977, tras lo que afirmó
que, para trabajar en este campo memorialista, “hay que ser astutos”, abordando
asuntos tales como la historia de la discriminación de género, Murcia y los
refugiados, homenajes a los militares republicanos que defendieron la legalidad,
los deportados de Mauthausen, la cárcel vieja…
Un momento del coloquio |
Terminadas las exposiciones, se
dio paso a un animado coloquio.
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