“La mayoría de los hombres que
componían La Nueve tenían menos de veinte años cuando, en 1936, cogieron las
armas por primera vez para defender la República española. Ninguno sabia
entonces que quienes sobrevivieran ya nos las abandonarían hasta ocho años
después, y que en la noche del 24 de agosto de 1944 serían los primeros en
liberar París con la compañía de la Segunda División Blindada del general Leclerc”. Este es el resumen que figura en la contraportada del libro
de la periodista e investigadora Evelyn
Mesquida,
autora de La Nueve, y que fue presentado el pasado martes, día 18 de noviembre, en el Txoko ‘Pepe Carvalho’ de la capital. Con este acto, hacía su presentación pública la Asociación para la Recuperación y Defensa de la Memoria Histórica de Murcia (MHMU-Tenemos Memoria).
autora de La Nueve, y que fue presentado el pasado martes, día 18 de noviembre, en el Txoko ‘Pepe Carvalho’ de la capital. Con este acto, hacía su presentación pública la Asociación para la Recuperación y Defensa de la Memoria Histórica de Murcia (MHMU-Tenemos Memoria).
En enero de 1939, tras la
caída de Barcelona en manos franquistas –a la que seguiría la de Gerona- más de 500.000
personas cruzaron los Pirineos. En esos días, el corresponsal en España del New
York Times escribía: “Todas las carreteras secundarias, todos los campos, todas
las colinas son un inmenso hormiguero, donde miles y miles de desventurados
caminan hacia la frontera. En territorio
francés, los recién llegados fueron separados de familias, amigos y compañeros,
y encerrados al aire libre en numerosos campos cercados por barreras de alambre
de espino. Hambre, sed, frío, humillación,
brutalidad… fueron las primeras experiencias francesas vividas por una gran
mayoría de republicanos”. Fermín
Pujol, futuro soldado de La Nueve, lo contaba
así: “Al entrar nos desarmaban. Nos quitaban todo: anillos, chaquetas,
carteras, fotografías… Y nos enviaban a una playa al aire libre sin ninguna
protección, rodeada de alambradas y vigilada por militares armados. La sarna y
los piojos fueron enseguida nuestros compañeros. Si alguien se escapaba, la
tropa colonial senegalesa tiraba a matar".
En vísperas de la II Guerra
Mundial, miles y miles de esos refugiados españoles fueron incorporados obligatoriamente a la
industria de guerra francesa, a los batallones de trabajo de voluntarios
extranjeros o a la Legión. Integrados en numerosas unidades militares, los
republicanos españoles continuaron la lucha al lado de los franceses y de las
fuerzas aliadas, en distintos escenarios de Europa y África. Cuando en 1942 se
formó en Marruecos la II División Acorazada del general Leclerc, los españoles constituyeron una parte importante de las
tropas. El coronel Josep Putz jugó un importante papel en ese
reclutamiento de españoles. Héroe de la I Guerra Mundial, Putz fue con quien
los españoles se integraron en el III Batallón de Marcha del Chad, de la II
División Blindada, llamado también el Batallón español, que incluía las
compañías Nueve, Diez y Once.
De las tres,
sólo la Nueve tenía totalmente el estatuto de unidad española. Ciento cuarenta
y seis de los ciento sesenta soldados que la componían, eran españoles o de
origen hispano. El idioma hablado era el español. La gran mayoría de sus
oficiales era española. Las órdenes se daban en español. Sus hombres portaban,
junto a la insignia de la Francia libre, la bandera republicana. Sus tanquetas
de combate lucían también nombres de conocidas batallas de la guerra española. Con
las tropas de Leclerc, La Nueve se preparó en África y en Inglaterra,
desembarcó en Normandía y liberó París. Tras
la liberación de la capital, La Nueve continuó los combates, los más duros
combates para liberar Alsacia y su capital, Estrasburgo. Y consiguieron llegar
hasta el ‘nido de águilas’, el mismo búnker de Hitler en Berschtesgaden.
Sólo dieciséis de ellos pudieron
celebrar la victoria. Los otros se habían quedado en el camino, muchos
gravemente heridos.
El
reconocimiento que la alcaldesa de esa capital, Anne Hidalgo, tuvo con
los hombres de La Nueve, homenajeados este pasado verano con ocasión del 70 aniversario
de la liberación de la capital, no tiene
su correspondencia aquí, en su país. Tendríamos que buscar un lugar para colocar
esa gesta en los libros de texto. Pero no. Somos así de dados al olvido.
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