martes, 19 de febrero de 2013

Gaspar Llamazares: “Asistimos al asalto del Estado social por conglomerados financieros que buscan a toda costa rentabilidad, en áreas como la Sanidad, las pensiones…”


Para el diputado de IU, que participó el pasado día 18 de febrero en los Debates del Moneo, la política de enajenación de lo público y la corrupción van íntimamente unidas.
 
Diego Jiménez/Murcia.- Una notable expectación (el salón de actos del edificio Moneo de Murcia se encontraba abarrotado) acompañó ayer, día 18 de febrero,  la comparecencia en Murcia de Gaspar Llamazares,  diputado de IU en el Congreso y excoordinador general de esta formación política. La charla, que se desarrolló en el contexto de los Debates del Moneo que organiza IU-Verdes del municipio de Murcia y que se centró en los ataques desde el Gobierno al sistema sanitario público, fue presentada por Pedro Marset, quien recordó la colaboración del entonces joven Llamazares en las propuestas para el diseño de la Ley General de Sanidad de 1977. En la mesa se encontraban, además, Paco Muñoz, coordinador de IU-Verdes del municipio de Murcia, y José Antonio Pujante, coordinador y diputado regional.
 
 
Intervención de Llamazares
Gaspar Llamazares arrancó su intervención con una reseña histórico-literaria centrada en la obra  Luces de Bohemia, de Valle Inclán para significar que este intelectual, como el resto de los integrantes de la Generación del 98, intentó aportar, con su análisis de la realidad, una solución a los males de España. Llamazares recordó también las tesis regeneracionistas, que se concretaron en la ‘Dictablanda’ de Primo de Rivera (1923-1930) y en el golpe de Estado que dio origen a la Guerra Civil Española. Con esos precedentes, desmintió la tesis de que la “cirugía de hierro”, es decir, medidas drásticas en política y economía sean, como entonces proponían los regeneracionistas (Joaquín Costa) la solución. Antes al contrario, postuló la conveniencia de un nuevo marco de más participación política y social para luchar contra una crisis que, a su parecer, no es sino “un golpe de Estado financiero  que distribuye la riqueza y el poder hacia arriba”.
Claves de la privatización sanitaria
En lo tocante a la privatización de la sanidad en sí, el eje de su intervención , aportó el dato de que inmensos conglomerados financieros, una vez hundido el negocio especulativo ligado a la construcción, ven en  la Sanidad, las pensiones y la dependencia campos en los que buscar rentabilidad inmediata.
Tras afirmar que “la enajenación de lo público y la corrupción van íntimamente unidas”, advirtió que el asalto por poderosos oligopolios al sistema sanitario tiene el inconveniente añadido de que éstos condicionan también la “acción política” del Gobierno.
Desmontó la tesis de la falta de eficiencia de la Sanidad en España, con datos. Así, afirmó que nuestro sistema sanitario se sitúa, en nivel de calidad, entre los diez primeros del mundo, aun gastando menos que los países ubicados entre los lugares 20 a 30. Aportó otros datos de la OCDE según los cuales “el incremento del gasto sanitario no va ligado al envejecimiento de la población sino al aumento de la renta ciudadana”, para enfatizar que lo que realmente se pretende es un modelo sanitario, como mínimo mixto. Demostró que una privatización del sistema va unida íntimamente a un descenso de la calidad de las prestaciones y a un incremento de la mortalidad general e infantil, como ha ocurrido en el Reino Unido.
Desmintió las afirmaciones interesadas que sitúan el gasto privado sanitario por debajo del público. A título de ejemplo, dijo que en Asturias construir un hospital cuesta 300 millones de euros, mientras que en Madrid se invierte seis veces más, pues dicha construcción, financiada por la Banca, es un negocio para ésta pero, evidentemente,  un perjuicio para los usuarios del sistema. La gestión privada, dijo, “multiplica por cuatro el coste de la gestión pública”, pero lo que se pretende con la privatización de la sanidad es generar beneficios que se sitúen entre el 10 y el 15% de la inversión. Los medios para conseguirlos son la reducción salarial (en el sector sanitario privado los sueldos son un 30% inferiores al sector público) y el deterioro de la prestación sanitaria.
Llamazares llamó la atención sobre las zonas (Cataluña, Valencia, Madrid…) y especialidades susceptibles de privatización, descartando a los enfermos crónicos, la medicina preventiva y demás, pues se tiende, con criterios de rentabilidad,  hacia la atención sanitaria de los enfermos agudos.
Recordó que el Real Decreto 15/2012, que lo trajo Luís de Guindos “bajo el brazo”, desde Alemania, estipula recortes drásticos en Sanidad y Educación, lo que demuestra que “estamos intervenidos por ese país”.
Arremetió contra el copago y el repago, una barrera económica a la atención sanitaria, en la medida en que se receta en función de la situación económica de los pacientes,  y denunció las pretensión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, de cuestionar, desnaturalizándola, la actual ley que permite la interrupción voluntaria del embarazo.
Respecto a los recortes, dijo que estarían garantizadas la Sanidad, la Educación y las prestaciones sociales sólo con  los 40.000 millones de la amnistía fiscal, cantidad que supone, además, sólo un tercio de todo el fraude fiscal existente.
Resistencia ciudadana
Ante tal estado de cosas, recalcó la importancia de las ‘mareas blancas’, en la medida en que están suponiendo un estrecha alianza entre usuarios y profesionales de la Sanidad  y los sindicatos. Además, afirmó, que el poder tiene miedo a la ciudadanía, por lo que postuló la necesidad de que la resistencia, para ser efectiva, ha de ser social y política, sin olvidar la colaboración del poder judicial, cada vez más dolido con las actuaciones de Ruiz Gallardón. “Necesitamos otra política; es un compromiso de IU, pero también ciudadano”, afirmó, para terminar recordando que “la rebeldía es el motor de la Historia”
 
 

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