miércoles, 16 de noviembre de 2011

REINVENTAR LA DEMOCRACIA

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2011/11/16/reinventar-democracia/364517.html



"Esta supuesta democracia formal está herida de muerte. Destacados analistas vienen repitiéndonos que, a partir de la crisis económica actual, estamos asistiendo a la dictadura de los mercados"


DIEGO JIMÉNEZ

En esta ocasión me propuse no ver el debate del pasado día 7 programado por la Academia de Televisión, que ¿enfrentaba? a Rubalcaba y Rajoy. Y así lo hice. Si, como se ha publicado, fueron doce millones de personas quienes asistieron al mismo, y si tenemos en cuenta que en este país vivimos unos 46 millones de habitantes, tengo a gala formar parte de los 34 millones de personas restantes que no se sentaron frente al televisor ese día.

Remiso, siempre, a cualquier intento de manipulación, me adherí inconscientemente a una consigna que circula por la red: «Apaga el televisor, enciende tu mente». Pues, en efecto, la ´caja tonta´ es hoy —al margen de la cadena que se sintonice— uno de los instrumentos privilegiados de manipulación colectiva. Particularmente sangrantes son los reiterados mensajes de autobombo de la llamada televisión pública, que aprovecha los telediarios para recordarnos que son la cadena ´fetén´, la escogida por los telespectadores para informarse. ¿Información o telemanipulación?

Aun así, es difícil sustraerse al poderoso montaje mediático de un debate de estas características, de tal manera que, aun sin haber visto el supuesto duelo Rubalcaba-Rajoy, al final uno termina por saber, con pelos y señales, el contenido de lo que se escenificó en el plató del Palacio de Congresos en la noche del pasado día 7. Y lo que allí se representó fue todo menos un debate. A cualquier observador sagaz no se le escapa que todo aquello fue una farsa. Tomo la acepción número 5 de este vocablo, tal como lo define el diccionario de la RAE, que dice: «Enredo, trama o tramoya para aparentar o engañar». La tramoya elegida por los diseñadores de tal farsa remitía, inevitablemente, a la parafernalia de los Oscar de Hollywood. Sólo faltó la alfombra roja. Pero el montaje estelar incluyó la recepción de los actores por parte de un engolado y encorsetado moderador, Manuel Campo, que se esforzó por aparecer como el anfitrión necesario para dar credibilidad (y sigo con la definición arriba citada) al enredo con el que se pretendía engañar a la audiencia. Todo estaba pactado. Desde el contenido del debate hasta los tiempos disponibles por cada contendiente. Y eso sin contar con la pléyade de asesores convenientemente desplazados hasta el lugar para dar la apariencia de que se iba a debatir, con profundidad, lo que supuestamente interesaba al espectador. Y no fue así.

Aspectos tales como la deriva belicista de la política exterior del Gobierno saliente, la corrupción política, la débil aplicación de la Ley de la Dependencia, el drama de muchas familias afectadas por el paro y los desahucios (por la negativa de los partidos mayoritarios a legislar la dación en pago)… me consta que estuvieron ausentes del debate.

Pero, al margen de estos aspectos formales, lo que ha suscitado el mayor número de críticas ha sido la constatación de que, como ocurriera tras la muerte de Alfonso XII en 1885 (Pacto de El Pardo suscrito entre Cánovas y Sagasta), el supuesto ´debate a dos´ del pasado día 7 escenifica la consolidación de un bipartidismo sangrante, opuesto a todo principio de racionalidad democrática, y anticonstitucional, en la medida en que el artículo 20.3 de nuestra Carta Magna garantiza el «acceso a los medios de comunicación de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo social», cosa que no se ha tenido en cuenta al programar dicha farsa.

Y no quisiera terminar estas breves reflexiones sin aludir a algo que me parece fundamental. Esta supuesta democracia formal está herida de muerte. Destacados analistas vienen repitiéndonos que, a partir de la crisis económica actual, estamos asistiendo a la dictadura de los mercados. En efecto ¿cómo, si no, podemos interpretar la salida forzada del Gobierno griego de su titular, Giorgios Papandreu, así como de Silvio Berlusconi, en Italia? Cayo Lara, en uno de sus mítines, habló de los mercados como un «Saturno que devora a sus hijos y viola a la democracia en su cuna, Grecia».

Estos aspectos, de hondo calado, estuvieron ausentes del debate. Por eso la ciudadanía ha de esforzarse por reinventar la democracia. Mientras tanto, voten opciones políticas que, de verdad, sintonicen con los deseos de auténtico cambio social.

2 comentarios:

Joaquín N. dijo...

De acuerdo en tu comentario. Yo tampoco vi el debate, me negué a ello. A ver si entre UPyD e IU cambiamos la ley electoral y conseguís la representación real que damos los votantes. Un saludo.

Diego J. dijo...

Que así sea, Joaquín. Un saludo