lunes, 17 de marzo de 2014

El pasado lunes día 17 se expuso en Murcia “La Transición de la Dictadura a la Monarquía”, tercera charla de las Jornadas de Memoria Histórica.

Corrió a cargo de Pedro María Egea Bruno, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Murcia, en un Salón de Grados de la Facultad de Derecho que, como viene siendo habitual, se hallaba abarrotado de público.
                                                                                       
Diego Jiménez/Murcia.- En su exposición, muy bien documentada y con un soporte audiovisual que ‘enganchó’ desde el primer momento al auditorio, Egea Bruno comenzó afirmando que la monarquía supuso la continuidad del franquismo sin traumas, de manera que, como en el testamento de Franco, todo quedara “atado y bien atado”. Pasó revistas a los hechos más destacados de esa Transición, como los cambios económicos, el nacimiento del movimiento vecinal, la nueva estructura de clases sociales y, en paralelo, el auge de los grupos de la extrema izquierda, sin olvidar las referencias a los cambios en la Iglesia y en el Ejército. Analizó las etapas de los últimos momentos del régimen, con los gobiernos de Carrero Blanco y Arias Navarro, para destacar que, tras la caída del régimen de los coroneles en Grecia y el fin de la dictadura salazarista en Portugal, el franquismo era la única dictadura que se mantenía en el continente. 

Los iniciales cambios políticos del tardofranquismo vinieron de la mano de la Junta Democrática y del renacido PSOE. Pero es tras la muerte del dictador, el 20 de noviembre de 1975, cuando se inicia la transición a la monarquía, con la oposición de la izquierda social y política, que propugna la ruptura democrática y la lucha por las libertades y la amnistía. El régimen se resiste, con hechos tan lamentables como los sucesos de Vitoria y Montejurra, pero en abril de 1976 el nacimiento de la Platajunta supone la consolidación de una “ruptura pactada”, gracias, entre otras cosas, a las renuncias del PCE. Con el gobierno de Adolfo Suárez asistimos al proyecto de reforma política, presentada en las Cortes en noviembre de 1976 y votada en referéndum el 15 de diciembre.

El Congreso del PSOE, celebrado en España en diciembre de 1976 sin estar legalizado dicho partido, la posterior legalización del PCE en abril de 1977 y las elecciones legislativas de junio de ese año se producen en un contexto de la desaparición de la izquierda rupturista. Así, los grupos del franquismo residual aceptan la Transición a cambio de la amnistía. Otros retos del nuevo régimen son el diseño de las autonomías y la redacción de la Constitución.

Egea Bruno concluyó su intervención con una exhaustiva exposición sobre el desgaste del gobierno de Suárez, acosado por múltiples frentes, y con una referencia a la reunión de Lérida de finales de 1980, un precedente inmediato del golpe de Tejero de febrero de 1981, sobre el que se ha tendido un pacto de silencio que ha contribuido al fortalecimiento de la monarquía.

                

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