http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2013/09/24/pobreza-desigualdad/499982.HTML
“La ola de austeridad económica que ha azotado Europa
tras la gran recesión amenaza con dañar seria y permanentemente al tan preciado
modelo social del continente […] La austeridad sólo ha conseguido paralizar el
crecimiento de Europa […]. Y lo que es peor, contribuye al aumento de las
desigualdades que harán que esta situación de fragilidad económica perdure,
exacerbando innecesariamente el sufrimiento de las personas en situación de
desempleo y pobreza durante muchos años”.
Estas apreciaciones proceden de una persona nada sospechosa de ser de izquierdas.
Es la reflexión del conocido economista, Premio Nobel de Economía, Josep
Stiglitz, en el preámbulo al 174 Informe de Intermón-Oxfam titulado “La trampa de la austeridad” y que
con el subtítulo “El verdadero coste de la desigualdad en Europa” ha sido
presentado estos días. Expondré algunas interesantes pinceladas de ese
estudio.
Después de casi tres
años, las políticas de austeridad no sólo no han cumplido con sus objetivos,
sino que continúan cobrándose un elevado coste social. Dichas políticas se han
aplicado en toda Europa apoyándose en una fiscalidad regresiva y corta de miras
y han perjudicado especialmente a las personas más pobres y vulnerables. El paro
juvenil y de larga duración ha alcanzado un nivel sin precedentes en los países
europeos y toda una generación de jóvenes se enfrenta a años de desempleo. En
2011, unos 120 millones de personas en toda la Unión Europea vivían en la
pobreza. Según los cálculos de Oxfam, si las medidas de austeridad se
mantienen, esta cifra podría incrementarse entre 15 y 25 millones en 2025.
Existen claras
semejanzas entre la experiencia europea y las políticas de ajuste estructural
impuestas en América Latina, el Este Asiático y África subsahariana en las
décadas de 1980 y 1990. En esas zonas del planeta, los recortes o la
privatización de servicios básicos como la educación y la salud excluyeron a
las personas más pobres y perjudicaron especialmente a las mujeres. Entretanto,
los más ricos en cada sociedad vieron cómo su participación en el total de
ingresos aumentaba rápidamente. A pesar de la moraleja que podemos extraer de
esta historia, Europa sigue entregada a la austeridad, sin mostrar
consideración alguna por lo aprendido en el pasado.
Como recomendaciones para enmendar
esta deriva neoliberal, el Informe plantea, entre otras, las siguientes: 1. Invertir en las personas y en el crecimiento económico, dando prioridad a
programas que fomenten el gasto social y la creación de empleo. 2.
Invertir, así mismo, en los servicios públicos, garantizando una educación
pública, universal y de calidad para todas las personas. 3. Potenciar
una atención sanitaria, universal y de calidad. 4. Desarrollar programas
de protección social que permitan a las personas más vulnerables vivir con
dignidad y salir de la pobreza. 5. Fortalecer la democracia en el ámbito
laboral y en el institucional, con la garantía de una mayor transparencia y
rendición de cuentas en los procesos políticos. 6. Implantar sistemas
fiscales justos, con medidas que incluyan impuestos a la acumulación de riqueza
y una tasa sobre las transacciones financieras. Al tiempo, hacer frente a la
evasión fiscal, mejorando la transparencia y el intercambio de información
financiera y desarrollando nuevas leyes internacionales sobre fiscalidad que
incluyan los paraísos fiscales.
Éstas son las principales recomendaciones. Juzguen ustedes cuántas se
cumplen por nuestro Gobierno. La muerte de Amparo -una víctima más de
los desahucios-, acuciada al desalojo de su vivienda social por una deuda de
¡900 euros! contraída con la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid
(EMVS) es el caso más dramático. Pero hay más ejemplos de la deriva antisocial
de este Gobierno: el anuncio de la revisión de la cuantía de las pensiones
actuales, que va a conducir a una más que segura pérdida del poder adquisitivo
de las mismas; una reforma laboral que ha multiplicado exponencialmente las
cifras de paro; el anuncio de Sanidad de que, a partir del 1 de octubre, los
enfermos crónicos no residentes han de hacer frente al copago de hasta 42
medicamentos dispensados en farmacias hospitalarias, en una cuantía del 10% del
precio de los mismos y con un límite de 4,2 euros por fármaco; la paralización ‘de facto’ de la aplicación
de la ley de la dependencia; los ataques a la educación pública, con una
disminución de las plantillas docentes, en el curso 2012-13, de 19.253 personas
(datos del propio Ministerio de Educación y Ciencia) cuando en la privada y concertada aquéllas aumentaron en
casi un millar, dato al que se suma la subida de las tasas universitarias y la
disminución de las partidas destinadas a becas en un 80% en dos años…
En contra de las recomendaciones,
pues, de Intermón, la crisis económica es un pretexto que se ha venido
esgrimiendo para proceder al desmantelamiento de las conquistas sociales de los
últimos años. Quienes nos gobiernan parecen empeñados en conducirnos
irremisiblemente a una situación de más pobreza y desigualdad.
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