domingo, 13 de diciembre de 2009

Para Carlos Martínez (ATTAC), frente al cambio climático la principal batalla a librar es una lucha cultural.



El presidente de ATTAC-España participó con una charla en la Cumbre de Acción contra el Cambio Climático celebrada en Murcia.

Diego Jiménez/Murcia.-
Durante la pasada semana, del 10 al 13 de este mes, la coordinadora Murcia no se Vende (MnsV) de Murcia ha venido organizando una serie de actos alternativos a la Cumbre que, sobre el Cambio Climático, se celebra en Copenhague, que, bajo la denominación “Cumbre de Acción contra el Cambio Climático”, han tratado de concienciar a la población sobre este grave problema medioambiental que amenaza la supervivencia de la Humanidad y a multitud de especies vegetales y animales en todo el planeta.
Enmarcada en la Semana Global por los Derechos Humanos, coincidiendo con la celebración del 61 aniversario de la proclamación de éstos, durante toda la semana se han celebrado dos mesas redondas, una manifestación, proyecciones de cine y actividades lúdicas.

En las líneas que siguen, pasamos a detallar el contenido de la conferencia que, con el título “Especulación financiera y cambio climático”, impartió Carlos Martínez, presidente de ATTAC-España, el pasado viernes, día 11, en Murcia, en el salón de actos del Colegio Mayor “Azarbe”.

Una charla lúcida y seguida con gran expectación

La intervención de Carlos Martínez fue presentada por Paco Morote, miembro del Foro Social y de MnsV, quien, entre otras cosas, comenzó su breve alocución dirigida al auditorio diciendo que había que felicitarse por el éxito del movimiento ciudadano de Murcia al lograr paralizar el expolio que se pretendía hacer con los restos del arrabal musulmán descubiertos en la excavación del jardín de San Esteban, lugar en que el Ayuntamiento estaba empeñado en construir un aparcamiento.
Carlos Martínez inició su disertación situando el problema del cambio climático como resultante de la propia crisis del capitalismo, para reivindicar a continuación el derecho básico a la vida, denunciando la amenaza que el propio cambio climático supone para la concreción de ese derecho, en la medida en que también peligra la propia soberanía alimentaria de los distintos pueblos que habitan en el planeta.

Hambrunas, sequías, desastres naturales (tornados, inundaciones, huracanes…) se ceban sobre los pueblos más pobres, lo que está originando un fenómeno nuevo, al que calificó de “inmigraciones climáticas”. En este sentido, afirmó que las pateras y los cayucos son la expresión de la desertificación acelerada que amenaza a amplias zonas del Sahel africano.

Pasó revista, a continuación, a las distintas fases del capitalismo más reciente, comenzando por el conservadurismo de la era Tatcher-Reagan, que supuso una laminación de los derechos laborales, la consiguiente privatización de bienes y servicios, la desregulación financiera y la crisis de la izquierda, de la que hizo un amplio análisis.

Así, afirmó que la derrota de la socialdemocracia en los años ’90 del pasado siglo hizo que ésta adoptara la “tercera vía”, renunciando, de facto, al Estado del Bienestar y a la intervención estatal en la economía, lo que, sumado al hundimiento de la URSS, condujo a una mayor ofensiva del capitalismo. Del modelo anterior (comunista) sólo subsiste Cuba, pues estados que lo eran (Vietnam, China) han entrado en la dinámica de la puesta en marcha de un capitalismo mixto. En ese contexto, sólo resiste el ALBA (la Alianza Bolivariana para las Américas), que trata de impulsar el “socialismo del siglo XXI”.

Las resistencias

Frente al actual modelo neoliberal, Carlos Martínez expuso los frentes de resistencia que, su juicio, se le oponen. Así, citó a las grandes ONG ambientalistas y ecológicas (Greenpeace), frente en el que podría ubicarse, en España, a Ecologistas en Acción; al “ecologismo sistémico” (Al Gore), y a los grandes movimientos sociales en defensa del medio ambiente, con especial mención a las luchas indigenistas por el derecho a la tierra de América Latina.

Afirmó que crece una conciencia colectiva frente al cambio climático, al que se oponen enemigos tales como el desarrollismo capitalista, el productivismo (en el que están cayendo también países de economía emergente como China y Brasil), el consumismo y un desarrollismo popularmente aceptado. Por ello, cree que nuestra principal batalla a librar es la de la lucha cultural.

Y, en referencia al ecologismo, que podemos considerar ya una ciencia, afirmó que se abre paso un ecologismo alternativo, el ecosocialismo, que contiene un nuevo paradigma económico, el “socialismo del siglo XXI”.

Las alternativas

Carlos Martínez expuso, para finalizar, las distintas alternativas que vienen presentándose ante el cambio climático. Y citando al denominado “desarrollo sostenible”, lo calificó de mistificación reformista, un “cuento chino”, pues, por poner un ejemplo, se elaboran informes de sostenibilidad para construir un campo de golf, infraestructura nada sostenible.

Se refirió, así mismo, al socialismo del siglo XXI, aportación latinoamericana, resaltando que las constituciones de Ecuador y Bolivia contienen el término “vivir bien”, opuesto al “bien vivir” occidental. Resaltó, igualmente, que la supervivencia del planeta pasa por volver a los parámetros de producción y consumo vigentes en 1975.

Otras alternativas de las que habló fueron la teoría del decrecimiento (Serge Latouche), un nuevo concepto del PIB (introduciendo en el mismo elementos como el nivel educativo de cada país y el grado de desarrollo de los servicios sociales) y, por último, la deuda ambiental, reclamación estelar de los países empobrecidos en la actual Cumbre de Copenhague, pues Kioto introdujo la tesis de la mercantilización del aire, elemento, que, según él, está sujeto también a la privatización, como el agua, la sanidad, etc.

A este respecto, dijo, sin embargo, que el mundo está cambiando mucho. Al unipolarismo de EE UU y a su dominio imperial pasado, se oponen ahora otras realidades emergentes que están cuestionando esa anterior hegemonía, como lo demuestra el hecho del órdago que, en Copenhague, ha lanzado a EE UU el “Grupo de los 77+China, los países pobres.

Se refirió, por último, a la implantación de la Renta Básica de ciudadanía como una necesidad, para garantizar a cada ser humano un mínimo de subsistencia, terminando su intervención con afirmaciones tales como la de que “el miedo está convirtiendo a Europa en un bastión de la derecha” y la de que el auténtico ideólogo del ALBA es Rafa Correa, presidente de Ecuador.

Tras la charla, siguió un animado coloquio con el público asistente.

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