A los defensores a ultranza de esa infraestructura hay que recordarles que el Trasvase puede tener los días contados, no sólo por las diferencias políticas entre las cuencas cedente y receptora, sino por la propia climatología. Según datos de la web www.embalses.net, con fecha 31-08-2021 el agua almacenada en la Cuenca del Tajo suponía el 41,63% de su capacidad total, cuando en la misma semana, en la media de diez años, era del 50,98%. Y los pantanos cedentes, Entrepeñas y Buendía, estaban al 21% y al 32,7%, respectivamente. El agua es cada vez más escasa. Pero ello no es obstáculo alguno para la voracidad de las multinacionales agroexportadoras que han destrozado el Campo de Cartagena; el negocio ha de seguir. Por ello, se están trasladando al Noroeste murciano, ‘pinchando’ en el acuífero tradicional.

     Roturación de un campo para cultivos intensivos en la Cañada de Tarragoya (Caravaca de la Cruz)

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CLAMAN CONTRA EL INCREMENTO DE REGADÍOS Y LA GANADERÍA INDUSTRIAL. «El avance imparable de las transformaciones a nuevos regadíos intensivos hortofrutícolas y de la ganadería intensiva e industrial son dos sectores que de modo implacable están acabando con nuestro medio rural, contaminando y sobreexplotando los acuíferos, el suelo y el aire». Esta contundente y nítida denuncia ya era difundida por el Consejo de Defensa del Noroeste (CDN) en junio de 2020, cuyo portavoz, Alfonso Sánchez, afirma que esta comarca lleva el mismo camino que otras zonas de la Región.

Más de 3.000 hectáreas (Ha) se han ido transformando a regadío intensivo en el Noroeste murciano, de modo irregular o ilegal, con la total pasividad o permisividad de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y de la Consejería de Agricultura de la Comunidad Autónoma de Murcia, afectando seriamente a las fuentes y manantiales tradicionales. En 2018 ya cursaron una denuncia ante la Fiscalía, pero sin ningún resultado: aquélla se limitó a recabar informes de la CHS y del guarda mayor de la Vega Alta. Según el portavoz del CDN, sólo en la zona de Caravaca de la Cruz, y en el periodo 2014-2018, la CHS abrió 71 expedientes sancionadores con relación a 332 ha transformadas ilegalmente en regadío. Pero, con fecha 31 de agosto de 2020, ningún expediente estaba resuelto ni, por supuesto, se había procedido a la suspensión de esos regadíos ilegales. Según Alfonso Sánchez, la Fiscalía sólo detecta ‘irregularidades administrativas’. Para constatar la veracidad de esta denuncia, sólo hay que darse una vuelta por parajes próximos a zonas protegidas como las fincas Las Oicas, Derramadores, Roblecillo (Archivel), la Venta Cavila, la Cañada de Tarragoya, entre el nacimiento del Quípar y la Almudema, y muchos otros lugares, otrora de secano, para constatar la existencia de extensas zonas roturadas y/o cultivadas con hortalizas, con varias cosechas al año. 

PREOCUPANTE CONTAMINACIÓN POR NITRATOS. Este imparable incremento del perímetro regable, con la transformación incluso de los regadíos tradicionales a regadíos intensivos ha supuesto, como en el Campo de Cartagena, una modificación al alza de los niveles de nitratos en el subsuelo y en la masa de agua subterránea (MAS), además de una visible disminución del caudal de las fuentes y manantiales tradicionales, como ha podido detectarse en las Fuentes del Marqués (Caravaca de la Cruz) y en Las Tosquillas (Barranda). 

Alfonso Sánchez nos informa de que, con fecha de agosto de este año, y con mediciones realizadas por sus propios medios en el río Argos y en dos acequias que dependen del mismo, así como en la represa de Benablón, se han observado concentraciones de nitratos que superan el valor límite de calidad de 50 miligramos/litro de agua (50 mg/l). Tomando como datos comparativos los aportados por la CHS en octubre de 2015, respecto de los de agosto de este año, se ve que hay claramente siete fuentes afectadas, así como los cauces de los ríos Quípar y Argos, sobre todo desde el Estrecho de la Encarnación, en el primer caso, y desde la represa de Benablón, en el segundo. 

Llama la atención sobre la situación de la MAS de Caravaca, sobre todo destacando el grave estado del Acuífero de Sima (comprende aproximadamente el área de Cavila, Benablón, la Encarnación, Pinilla, hasta por encima de la Almudema, incluyendo una parte de Cañada de Tarragoya), tanto en calidad (nitratos por encima de 50mg/l), como en cantidad (agónicos caudales de sus fuentes), situación detectable entre otras, en Fuente Guarinos (Barranda), en la Fuente de Navares y la Fuente del Piojo de Benablón, en la que alerta de que debería hacerse un análisis completo de esta fuente, pues se ha observado que mucha gente bebe o se ha llevado agua de ella. 

Muy preocupante, sin duda, es la situación de la MAS del Río Quípar. Con datos de la CHS, en 2018, la fuente del Cabezo del Madroñal, en el Bajo Quípar, registraba 295 mg/l en 2018, pasando a 190 mg/l en agosto de 2021, con mediciones de Greenpeace; y la Fuente del Pozo Aristero, en esa misma zona del río, superaba los 159 mg/l en 2019. 

La contaminación de acuíferos ha determinado que el propio Ministerio para la Transición Ecológica haya venido incrementando el número de análisis de la MAS en la Cuenca del Segura: 3.021 (2017), 21.960 (2018) y 48.432 (2.019).

LAS GRANJAS DE PORCINO, OTRA AGRESIÓN MEDIOAMBIENTAL. Por si la situación de la proliferación de regadíos ilegales no fuera suficiente, el CDN y vecinos y vecinas de Caravaca ven con gran preocupación la instalación en el municipio de macrogranjas de ganadería intensiva, por los evidentes daños medioambientales (malos olores, gran consumo de agua, contaminación de acuíferos por nitratos, etc.) que estas instalaciones producen.

Según la información disponible, el debate se inició cuando se conoció entre los vecinos de Archivel un proyecto consistente en la ampliación, en La Oicas de Arriba, de una granja de 9.000 a 15.000 plazas de lechones, y en El Hornico, otra de casi 2.000 cabezas de ganado. El primero está en fase de estudio y el segundo en el de alegaciones, sin que, hasta ahora, el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz se haya pronunciado al respecto. 

Así mismo, el CDN tiene conocimiento de la tramitación ante el Ayuntamiento de Caravaca de solicitud de licencia para la explotación de 2.000 cabezas de ganado porcino de cebo en el paraje Loma de Banderas, cerca de La Mata (Caravaca de la Cruz).

Pedro Costa Morata, presidente del CDN, afirma que «puesto que la cepa H1N1 de la gripe porcina anda suelta por el mundo desde 2009, el Ayuntamiento deberá exigir a los productores de cerdos una póliza de seguro que cubra los daños epidémicos que puedan tener lugar». Por su parte, José L. Álvarez-Castellanos, coordinador regional de IU-Verdes, afirma que la clave de esta proliferación de granjas está en el incremento exponencial de la exportación de carne porcina sobre todo a China. La Región de Murcia, con dos millones de cabezas y 1.500 explotaciones ganaderas, destina un 40% de su producción a la exportación.

Este modelo se está trasladando a otras zonas del Sureste. En este sentido, Francisco Martínez, caravaqueño vecino de Bugéjar (Altiplano granadino), viene denunciando el daño al ecosistema de ese núcleo de población tras la instalación de una macrogranja de cerdos de una conocida firma cárnica murciana, lo que se ha traducido en que la fuente de ese lugar se haya secado. 

Como puede verse, el insostenible modelo agrícola-ganadero del Campo de Cartagena se está trasladando hacia el Noroeste de la Región y otras comarcas del Sureste.