sábado, 5 de diciembre de 2009

RAMIRO ORJUELA, ACTIVISTA COLOMBIANO, CRITICÓ DURAMENTE EN MURCIA LA INSTALACIÓN DE LAS BASES NORTEAMERICANAS EN SU PAÍS.






La charla, dentro del ciclo “Los debates del Moneo”, abordó también la total ausencia de democracia y las graves violaciones de los derechos humanos en esa República andina.


Diego Jiménez/Murcia.- Organizada por el grupo municipal de IU+Los Verdes de Murcia, el pasado miércoles día 2 de diciembre, se celebró una charla más del ciclo “Los Debates del Moneo” que viene organizando en Murcia esa formación política. En esta ocasión, el tema a debate no fue otro que la grave situación política y social que atraviesa Colombia, país en el que EE UU se dispone a instalar hasta siete bases militares, lo que supone una amenaza directa para países como Brasil, Ecuador y Bolivia, inmersos en esperanzadores procesos de cambio político y social. El ponente fue Ramiro Orjuela, activista colombiano defensor de los derechos humanos, que se encuentra acogido, como exiliado político, en el Principado de Asturias.

Presentación de Pedro Marset

La presentación del acto corrió a cargo de Pedro Marset, ex eurodiputado del Parlamento Europeo, quien, en su breve disertación inicial, se refirió a la Doctrina Monroe (1823), como determinante de los procesos dictatoriales que han afectado a Latinoamérica. En ese sentido, afirmó que las bases militares que se pretende instalar en Colombia van a jugar un papel básico en la contrarrevolución. Se refirió, igualmente, al golpe de Estado contra Hugo Chávez, en 2002, al asesinato de Raúl Reyes en Ecuador (2008), al golpe de Estado de Micheletti, en Honduras, pensado para boicotear el ALBA (Alianza Bolivariana de las Américas), y a la presión ejercida contra los líderes de esta institución, procesos todos en los que es fácil ver la mano de EE UU.

Criticó, igualmente, el papel de la UE en la extensión de la doctrina neoliberal en América Latina, en el contexto de la comunión de intereses con la Organización Mundial de Comercio (OMC), por lo que exigió de Zapatero, que a partir de Enero va a presidir la UE, que ejerza un papel distinto en relación con Latinoamérica.
Marset se refirió, igualmente al nacimiento del PIE (Partido de la Izquierda Europea), lo que ha supuesto el fin de una anomalía en Europa, y anunció la Cumbre de la izquierda europea prevista para 2010, en paralelo a la que va a celebrar la UE con Latinoamérica en ese año. Defendió la necesidad de que, al igual que en América Latina, debe darse un resurgir de la izquierda revolucionaria en Europa y, por último, lamentó el escaso apoyo de la socialdemocracia europea a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Intervención de Ramiro Orjuela
Ramiro Orjuela expuso antes de iniciar su charla un video en el que se denuncia el furibundo ataque que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, dirige tanto a las FARC como a la prensa independiente, a la que acusa de complicidad con el terrorismo. Sus ataques llegan incluso a la propiaTV venezolana, Telesur, a la que Uribe llama TeleFARC.

Inició, posteriormente, su intervención afirmando que Colombia ha sido la “joya de la corona” de EE UU en los últimos dos siglos. Se refirió a su privilegiada posición geoestratégica y a sus riquezas naturales (es el tercer país del mundo en cuanto al recurso agua), como carbón y esmeraldas. Afirmó que Colombia es un país rico, pero con un pueblo desgraciado, y, en alusión a la subordinación de su país al gigante del Norte, advirtió que ya Simón Bolívar, en la Carta de Jamaica (1815) declaró que “EE UU parece destinado por la divina providencia para propagar la miseria a los pueblos de América en nombre de la Libertad”.

EE UU ya se apropió, en una fecha tan temprana como el año 1903, de la zona del Canal perteneciente a Colombia, consolidando la separación total en 1921, lo que supuso la conversión de Panamá en una colonia norteamericana. Afirmó que todos los gobiernos de EE UU han apoyado, y apoyan, a la oligarquía de su país, del cual criticó su subordinación a los intereses yanquis con la participación de tropas colombianas en la guerra de Corea y, desde 1977, tras los Acuerdos de Camp David, también en la península del Sinaí. La comunión de intereses entre la oligarquía colombiana y EE UU queda patente en que, en la Conferencia de Punta del Este de 1961, Colombia propuso la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Ramiro se refirió al nacimiento de las FARC como consecuencia del Pacto de gobierno de liberales y conservadores, que excluía del mismo a eventuales fuerzas de izquierda, lo que originó que 40 campesinos y sus familias se refugiaran en la zona de Marquetalia, para, según dijo, “generar una segunda Sierra Maestra”. Para aplastar a ese grupo campesino se diseñó la ‘Operación Marquetalia’, ataque militar en el que se usaron gases tóxicos (gas naranja, napalm… ) así como las mismas armas que EE UU utilizó en Vietnam, lo que no pudo impedir que ese grupo campesino rompiera el cerco de 16.000 soldados e iniciara la resistencia: habían nacido las FARC.
El ponente enfatizó : “En Colombia se violan sistemáticamente los derechos humanos desde el punto de vista constitucional”, pese a lo cual hoy sólo quedan las FARC y el ELN (Ejército de Liberación Nacional) como grupos armados de la resistencia.
Se refirió a los intentos de las FARC de participar en las instituciones. Así, en 1984, las conversaciones de paz con el presidente Belisario Betancour condujeron a que este grupo armado auspiciara el nacimiento de la ‘Unión Patriótica’, que llegó a tener un buen número de senadores y diputados, lo que no fue óbice para que el Gobierno aniquilara a este movimiento político, del cual quedan algunos supervivientes en Europa y España.

Ramiro afirmó, en relación con el gobierno de su país, que éste se adorna de un disfraz democrático pero las elecciones están financiadas por los narcotraficantes. Además, los candidatos opositores son amenazados, detenidos o asesinados. EE UU cierra los ojos ante la violación sistemática de los derechos humanos en Colombia.

Pero Francisco Santos, vicepresidente colombiano, dijo recientemente en Barcelona que la oposición no existía en su país, por lo que era un lugar estable para la inversión extranjera. Y alguien le espetó que si Colombia era tan segura para qué hacían falta las bases militares. Ramiro tiene claro que éstas se instalan para amenazar a los países vecinos y se muestra preocupado porque desde Europa no se percibe el auténtico rostro de Álvaro Uribe. Refirió el asesinato de 570 sindicalistas -por lo que sólo el 5% de la población se atreve a afiliarse a algún sindicato- y de unos 1.500 indígenas.

Criticó que las multinacionales han apoyado a las bandas paramilitares y al Ejército para la práctica de matanzas, los “peores crímenes de lesa humanidad del siglo XXI”, superiores a los del Ejército israelí en Palestina. Crímenes que se dan en todo el territorio colombiano y respaldados por el Gobierno, igualables, según Ramiro, a los de los campos de concentración nazi.
Dio cuenta, así mismo, de que en su país se practican atrocidades tales como el canibalismo o el alimentar a los animales con carne humana. Colombia está asesorada por el Mosad israelí.

El conflicto armado con las FARC se viene agudizando desde hace años, por lo que calcula que, hacia el final de éste, este grupo guerrillero habrá llevado a cabo no menos de 1.600 acciones, que habrán supuesto la muerte de, al menos, 4.000 soldados del Ejército regular, muertes que le duelen porque los soldados, al fin y al cabo, son “hijos del Pueblo”.
Terminó su intervención afirmando que “queremos una paz negociada, algo que no se va a dar con la presencia de las bases norteamericanas”, para pasar a expresar, con rotundidad: “Colombia no se entrega y no se rinde”.

Al final del acto, Ramiro entabló un coloquio con el público asistente.

1 comentario:

supersalvajuan dijo...

Nada ha cambiado. El Maldito Destino Manifiesto.