martes, 29 de noviembre de 2016

MRCOS ANA: POETA, COMUNISTA, TOLERANTE

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2016/11/29/poeta-comunista-tolerante/786678.html

En la noche del pasado jueves se apagó la vida, que no la palabra, de Fernando Macarro Castillo, el preso político del franquismo con más años de estancia entre rejas y que adoptó el pseudónimo de Marcos Ana, nombre que tomara de sus progenitores. Tuve la suerte de conocerlo personalmente en Archena, en abril de 2009, en el contexto de las II Jornadas de Memoria Histórica organizadas por el Ateneo de esa localidad. Presentaba su libro autobiográfico Decidme cómo es un árbol. Nos dedicó un ejemplar a mi compañera y a mí, calificándonos  como “compañeros de lucha y esperanza”, con el deseo, además,  de que su libro pudiera contribuir a la “lucha por la dignidad humana”. La emoción nos embargó cuando terminó de estampar su firma bajo aquella bella dedicatoria.

Marcos Ana, fotografiado en la cárcel de Ocaña, en que estuvo preso (Foto de Luis Magán/El País).

Marcos Ana fue hijo de aquella España en la que los niños y niñas abandonaban precozmente la escuela. Nacido en enero de 1920 en el seno de una familia humilde de jornaleros del campo en el pueblo salmantino de Arconada, pasó a vivir en Ventosa del río Almar, una pequeña localidad de esa misma provincia. Su padre, analfabeto, murió al estallar la guerra, alcanzado por una bomba. Su madre, que dominaba la lectura y escritura, murió de pena al no soportar el encarcelamiento de su hijo.

Marcos, el menor de la familia,  dejó la escuela a los doce años para colocarse como mozo en una tienda. A los dieciséis, ingresó en las Juventudes Socialistas, que luego se unificarían con las comunistas, dando lugar a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Al estallar la guerra, quiso ir voluntario al frente, pero no se lo permitieron por su edad, lo que le llevó a ser instructor en el Palacio de El Pardo de los jóvenes socialistas. Allí estuvo hasta la rendición del Madrid (‘traición’ del coronel Casado) en marzo de 1939. Detenido en Alicante, pasó por el Campo de los Almendros, donde, según nos dijo, el hambre de los presos hizo que desaparecieran las hojas de estos árboles, y por el terrible campo de concentración de Albatera. Estuvo preso en  Porlier, en Ocaña, en Burgos… cárceles en las que pasó veintitrés años de su vida, estando en dos ocasiones al borde del pelotón de fusilamiento.

Su estancia en prisión le permitió entrar en contacto con los clásicos: Quevedo, Cervantes… aunque la lectura de El Quijote les estaba prohibida. Ahí se forjó el poeta que conocimos, un hombre sencillo y bueno, generoso, que nunca olvidó a sus compañeros encarcelados y asesinados. En su alocución de Archena nos emocionó vivamente y nos alentó a luchar por la justicia, que no por la venganza. En su libro de Memorias afirma: “Yo quiero el triunfo de la democracia para acabar con el odio y el fratricidio, para que todos los españoles podamos vivir pacíficamente, coincidir o discrepar en la defensa de nuestras ideas sin tener que degollarnos los unos a los otros. La única venganza a la que yo aspiro es a la de ver triunfantes un día los nobles ideales por los que he luchado y por los que miles de demócratas y antifranquistas perdieron su vida o su libertad”. Marcos Ana aseguró que lo sucedido en esa España de la intolerancia, en la posguerra, no ha de olvidarse y debería constituir una asignatura obligatoria para ser transmitida a los jóvenes.

Confesaba no guardar rencor por el periodo de su vida transcurrido en cárceles franquistas. Nos dijo que el encierro obligado en una celda de reducidas dimensiones agudiza la percepción sensorial, hasta el extremo de que era capaz de reconocer los sonidos diferenciados de las pisadas de los carceleros, según vinieran a aportarle el sustento diario o en busca de algún preso destinado al pelotón de fusilamiento. Sin embargo, sometido él personalmente a esta extrema experiencia en dos ocasiones,  aseguró no haber experimentado el miedo; antes al contrario, ejerció de ‘pedagogo del optimismo’ ante sus propios compañeros.

Hombre agnóstico, nos contó que en una iglesia de Vallecas no le importó tener la imagen de Cristo al lado mientras relataba sus experiencias vividas, en la medida, dijo, que se sentía cercano e identificado con la figura de Cristo, aunque no con la Iglesia-institución ni con la religión. Hombre tolerante, pensaba que en la derecha encontramos buenas personas, como aquella concejala de Burgos que le ofreció, en una de sus charlas, un ramo de flores con siete rosas rojas, por los siete años transcurridos bajo la pena de muerte,  y dieciséis blancas, por los restantes años que estuvo en prisión.

Pero más que por mis palabras, la personalidad de Marcos Ana queda reflejada en sus textos. He aquí una muestra, un poema extraído de su libro Poemas de la prisión y la vida:

AUTOBIOGRAFÍA
Mi pecado es terrible; / quise llenar de estrellas / el corazón del hombre. / Por eso aquí entre rejas / en diecinueve inviernos / perdí mis primaveras. / Preso desde mi  infancia / y a muerte mi condena / mis ojos van secando / su luz contra las piedras. / Más no hay sombra de arcángel / vengador en mis venas./ España es sólo el grito / de mi dolor que sueña...


martes, 15 de noviembre de 2016

MEMORIA HISTÓRICA: ABRIENDO BRECHAS


http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2016/11/15/abriendo-brechas/782805.html

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca es una mala noticia. Se inscribe en un contexto de crisis de la democracia burguesa y un evidente retroceso de las libertades en todo el mundo, del que son clara expresión el auge de las tendencias xenófobas, homófobas y racistas, la ruptura del contrato social surgido tras la II Guerra Mundial y el apoyo ciudadano y electoral a partidos de corte conservador, cuando no claramente prefascistas. Salvando las distancias y las necesarias cautelas, la situación tiene connotaciones evidentes con la crisis de los años 30 del pasado siglo, que, recordemos, tuvo una salida progresista y democrática (el New Deal, de Franklin D. Roosevelt, la II República Española€), pero también autoritaria, con la cristalización de los fascismos en Europa.
En nuestro país, en opinión del historiador Paul Preston, la democracia no terminó de consolidarse nunca tras la muerte de Franco, pues el control que la dictadura franquista ejerció sobre instituciones como la Iglesia, la prensa y la Educación ha permitido la pervivencia de lo que denomina franquismo sociológico, que ha de interpretarse, sensu strictu, no como un régimen político, sino en sentido amplio, como un modo de gobernar, del que el abuso de poder, el Gobierno a favor de intereses partidistas, el recorte de las libertades ciudadanas, las reformas laborales y, sobre todo, el fenómeno de la corrupción son sus manifestaciones más destacadas.
En este contexto, las actuaciones del Estado (con un Gobierno del PP que, recordemos, no ha condenado el franquismo) tendentes a saldar una deuda con quienes sufrieron la represión de ese ominoso régimen han sufrido una paralización sangrante, con todo tipo de impedimentos para la actuación de la Justicia y sin consignación presupuestaria para el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica de diciembre de 2007. La llamada querella argentina es la única causa judicial en el mundo que investiga el franquismo, por crímenes de lesa humanidad y/o genocidio. Pero, a instancias de la Fiscalía del Estado, a Gerardo Iglesias, excoordinador general de Izquierda Unida, se le impidió declarar por las torturas recibidas en su etapa de trabajador minero en activo. La justificación fue que tanto la Ley de Amnistía de 1977 como la propia Transición sirvieron para sanar esas heridas.
Es, por tanto, la sociedad civil la que ha de actuar de altavoz para dignificar y no olvidar a las víctimas. El pasado día 3 la Asociación de Memoria Histórica de Murcia-Tenemos Memoria (MHMU) organizó en el Moneo una mesa redonda de debate sobre el destino de la antigua prisión provincial de Murcia, la llamada Cárcel Vieja, una vez decidido el Ayuntamiento de Murcia a convocar un concurso de anteproyectos para su rehabilitación. El acto contó con la presencia de Roque Ortiz, concejal de Fomento del ayuntamiento de Murcia, acompañado del decano del Colegio de Arquitectos, Rafael Pardo.
En la sala, concejales de los grupos de la oposición y en la mesa de debate, un panel de personas expertas muy representativo: Antonio Martínez Ovejero, doctor en Historia e investigador del franquismo en nuestra Región; Fuensanta Escudero, doctora en Historia y autora de libros sobre la propia cárcel y sobre la deportación de murcianos a los campos de exterminio nazi; Enrique de Andrés, arquitecto, urbanista y restaurador, y María Concepción Paredes, directora del Archivo Histórico de Asturias, inaugurado en 2010 y ubicado en la antigua Cárcel Modelo del Principado. Especialmente relevante fue la aportación de esta última, por cuanto el ejemplo de Asturias es algo muy a tener en cuenta para la remodelación del antiguo presidio murciano.
El convenio firmado a finales de este verano entre el Ayuntamiento y el Colegio de Arquitectos establece que es en la segunda donde se considera la ubicación de un espacio memorialista. La petición de MHMU es que ello se aborde la primera y, además, teniendo en cuenta la sugerencia del arquitecto Enrique de Andrés: una obra de tal envergadura ha de contar necesariamente con la participación de la sociedad civil. Por ello, MHMU considera que debe estar presente en el jurado que ha de decidir el proyecto ganador.
En estos tiempos convulsos, con unas democracias renqueantes, es saludable que el movimiento memorialista esté abriendo otras brechas importantes. Por ejemplo, en la eliminación de los callejeros franquistas. Los ejemplos recientes de Ayuntamientos próximos como Totana, Cartagena y Alicante son ilustrativos en este sentido. Como es aleccionador que el consistorio murciano haya decidido abrir una comisión de estudio (en la que participa MHMU) para abordar el cambio de denominación de decenas de calles franquistas que aún quedan en la ciudad y sus pedanías.
Además, las actuaciones de los Gobiernos de varias autonomías (Cataluña, Euskadi, Navarra, Baleares, Comunidad Valenciana y próximamente Andalucía), con leyes que tratan de suplir la inhibición del Estado, aun con sus luces y sombras (la exhumación de fosas comunes no siempre se ajusta a las recomendaciones de la ONU, pues mal hechas pueden borrar vestigios), se inscriben en ese deseo de seguir ahondando la brecha que conduzca a enterrar definitivamente el franquismo latente en nuestro país.

viernes, 4 de noviembre de 2016

LA ASOCIACIÓN DE MEMORIA HISTÓRICA DE MURCIA ORGANIZÓ UNA MESA REDONDA DE DEBATE SOBRE LA CÁRCEL VIEJA

La participación de la sociedad civil en el diseño del destino final del edificio, sujeto a remodelación,  fue una idea destacada por personas ponentes y público asistente


La participación de la sociedad civil y, consiguientemente, el diseño de políticas urbanística de abajo a arriba fue una de las conclusiones destacadas de la mesa redonda de anoche en el Moneo organizada por la Asociación de Memoria Histórica de Murcia. Con ella se pretendía aportar ideas a la propuesta municipal de rehabilitación de la antigua prisión provincial (Cárcel Vieja). El acto, con notable asistencia de público y que puso fin a las Jornadas de Memoria Histórica de este año 2016, contó con la asistencia de concejales de los grupos de oposición y, en representación del equipo de Gobierno municipal, con el concejal de Fomento, a quien acompañaba el decano de colegio de arquitectos.



En la mesa. de izquierda a derecha, se encontraban: María Jesús García, presidenta de la Asociación de Memoria Histórica y moderadora del acto; Enrique de Andrés, arquitecto, urbanista y restaurador; Antonio Martínez Ovjero, doctor en Historia e investigador del franquismo en nuestra Región; Fuensanta Escudero, doctora en Historia y autora de libros sobre la cárcel de Murcia y sobre deportados a Mauthausen, y María Concepción Paredes, directora del Archivo Histórico de Asturias, inaugurado en 2010 y ubicado en la antigua Cárcel Modelo del Principado.
En los próximas días aportaré una amplia reseña del acto, que procedí a grabar en su integridad.

martes, 1 de noviembre de 2016

REVÁLIDAS: ¿POR QUÉ? ¿PARA QUIÉNES?


http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2016/11/01/revalidas/779148.html

Junio de 1967. Días de bochorno en aquellas aulas de altos muros del único instituto entonces existente en Cartagena, el Isaac Peral. El mismo que en dos turnos de mañana y tarde acogiera durante el curso, respectivamente, a chicos y chicas por separado, como mandaban los cánones de aquella educación franquista elitista, segregadora y con sus correspondientes dosis de manipulación y adoctrinamiento ideológicos. Nos enfrentábamos a la reválida del bachiller elemental. En los pupitres, el lápiz, la goma de borrar, los útiles para resolver problemas de Geometría, los bolígrafos bic y el diccionario de latín, indispensable para la prueba en que la que se iba a evaluar nuestra capacidad para traducir aquellos textos de La Guerra de las Galias de Julio César, en los que lo fundamental era el dominio de la sintaxis latina, el ablativo absoluto, las conjugaciones verbales y las declinaciones, aunque el haber aprendido el contexto histórico y cultural de esa época histórica hubiera ocupado en las aulas un lugar irrelevante, por ausente.
Recuerdo el nivel de ansiedad y nerviosismo con el que afrontábamos esa reválida, con contenidos de los cuatro cursos de bachillerato. Como recuerdo que sólo la suerte determinó que, en el examen de Matemáticas, no nos exigieran resolver un ejercicio de la temida trigonometría, porque no la habíamos visto durante el curso. Aprobar la reválida era condición necesaria, e imprescindible, para continuar con los estudios. Por fortuna la superé y pude iniciar aquel bachiller superior que, tras otra reválida al acabar el sexto curso, daba paso al curso previo a la entrada en la Universidad, el 'Preu', al que, ¡cómo no! seguía otro examen de acceso a la misma: la llamada Prueba de Madurez. En ningún momento, por la situación económica familiar, pude disponer de ayuda externa, en forma de profesorado de apoyo o clases particulares. Antes al contrario, yo mismo impartía esas clases particulares en mi caso, de Lengua y Latín para obtener unas perras para mis gastos.Muchos y muchas (las menos) de mi generación sólo contábamos con nuestro esfuerzo personal y una restrictiva política de ayudas al estudio para seguir adelante.
Cuenten. Además de la necesidad de aprobar curso tras curso, habíamos de superar tres pruebas selectivas, tres 'zancadillas', si queríamos entrar en aquella universidad también elitista y segregadora. Cuando pisé las aulas de la Facultad de Letras, allá por el otoño de 1970, recuerdo que se decía que sólo un 5% de los hijos e hijas de la clase obrera nos enfrentábamos al reto de titular y superar las limitaciones de nuestra extracción social de origen.
Me van a perdonar que me haya deslizado en mi columna de hoy por estos vericuetos intimistas. Pero es que la situación actual me ha recordado a aquélla de mi infancia y adolescencia. Hoy, como ayer, el sistema educativo de estos últimos cinco años, con las políticas de privatizaciones y recortes, deja de ser igualitario cuando el futuro de quienes acceden a él depende de la capacidad económica de las familias y de la formación de éstas, lo que nos está abocando a una situación en que están agravándose peligrosamente las desigualdades en el alumnado. Porque, aunque Rajoy haya anunciado la suspensión temporal de la validez académica de las reválidas hasta que no se logre ese Pacto Educativo tantas veces anunciado y tan difícil de concretar, tengo para mí que, si no lo evitamos, la política educativa del futuro Gobierno no va a desviarse ni un ápice de lo que ha venido siendo una constante: su desprecio absoluto a una Educación pública, gratuita, universal y compensadora de desigualdades.
Sólo unas cifras para situar el problema en su contexto. Según datos de Eurostat, en los últimos cuatro años se han recortado 7.764 millones de euros en profesorado, aulas, apoyos o becas. El porcentaje del PIB destinado a Educación (un 4,3%) desciende y se aleja de la media europea (6,25%) y de los países de la OCDE (5,6%). Por si eso fuera poco, el próximo Gobierno del PP se ha comprometido con la Troika a situar el gasto educativo en 2017 en el 3,9%. Según Enrique J. Díez Gutiérrez, profesor de la Universidad de León, ello supone que España esté en el puesto 25, de 35 países de la OCDE, en gasto educativo, aunque un reciente informe de este organismo concluya, de forma tajante, que «una educación de calidad necesita una financiación sostenible». Pero España destina entre 1.335 y 2.670 euros menos por alumno y año que la media de la OCDE.
Es clara, pues, la intencionalidad del Gobierno con la política educativa que ha venido imponiendo y con esas reválidas momentáneamente aplazadas: expulsar del sistema de educativo a un buen número de estudiantes, en un contexto de una visión mercantilista de la Educación. La comunidad educativa es consciente de ello. De ahí que la movilización del pasado día 26 parece anunciar el reinicio de un nuevo ciclo reivindicativo, que puede extenderse a otros ámbitos y sectores, en una legislatura que se intuye 'caliente'.