martes, 29 de septiembre de 2015

Interrogantes sobre el AVE

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2015/09/29/interrogantes-ave/680443.html



La historiografía actual, a ciento sesenta años transcurridos desde la aprobación de la Ley de Ferrocarriles de 1855 -que dio impulso a la conexión ferroviaria entre las distintas zonas de España y que fue financiada por la Desamortización de Pascual Madoz-, sigue discutiendo sobre los motivos que impulsaron un trazado de tipo radial (¿un modo de potenciar la capitalidad de Madrid? ¿la solución más idónea para articular el territorio y reforzar el poder del Estado?) y, sobre todo, por qué se decidió desdeñar el ancho de vía europeo. En ese sentido, unos lo achacan a la especial orografía del país, que exigía unas locomotoras más potentes y, por consiguiente, más anchas; otros, por el contrario, aluden a motivos de seguridad respecto del exterior (sobre todo, Francia).

Si, pese a los años transcurridos, este debate no está cerrado, imagínense qué ocurrirá en el futuro con el actual en torno al AVE que, al día de hoy, sigue enfrentando a quienes ven en la alta velocidad la panacea para la solución de la desigualdad de los territorios y a quienes, por el contrario, ven en la potenciación del ferrocarril convencional la forma en que esto sería más efectivo. El AVE parece que se constituye en un bálsamo encubridor de ciertas carencias y complejos de inferioridad. Y no sólo en Murcia. Hace unos días veíamos en La Sexta a Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, reivindicar ese ferrocarril para su comunidad. En lo que a nuestra Región se refiere, las mismas fuerzas políticas que, en el Ayuntamiento de la capital,  mostraban hace unos días su predisposición a no permitir la llegada de este ferrocarril en superficie a la estación de El Carmen, por lo que exigían la paralización de las obras en curso, han dado un extraño viraje. Desdeñando la validez del informe en contra de los servicios jurídicos del propio Ayuntamiento, y abandonando su aparente postura de firmeza para el cumplimiento en su totalidad del convenio de 2006, tanto Ciudadanos como PSRM-PSOE escenificaron, ante unas ‘pajareras’ repletas de vecinos y vecinas de la Plataforma Pro Soterramiento, lo que, no sin cierta razón, se calificó de traición. Porque, como dice el dicho popular, “los árboles nos impiden ver el bosque”. Y esos árboles del argot popular se traducen, en el tema que nos ocupa, en una serie de interrogantes que no escapan a la consideración de cualquier observador, a saber.

1. ¿Qué validez sigue teniendo el proyecto adjudicado por Adif a la empresa Aldesa el pasado 12 de mayo? ¿Están de acuerdo Adif y Fomento con las modificaciones aportadas?   2. El puente proyectado en la senda de los Garres era manifiestamente ilegal, pero ahora ¿cómo se va a compensar a las personas expropiadas en esa zona?  3. ¿Se han olvidado los firmantes de que la obra precisa una nueva declaración de impacto ambiental, exigida en su día por José Luis Díaz Manzanera, fiscal de Medio Ambiente?  4. ¿Y qué decir de los informes contrarios de los servicios jurídicos del propio Ayuntamiento de Murcia? 5. ¿Se va a considerar en el nuevo proyecto, cuyas obras se dice finalizarían en 2020, la variante del Reguerón y la conexión ferroviaria con Andalucía?   6. O por el contrario, ¿hay una renuncia expresa a reivindicar el corredor mediterráneo?  7. ¿Se renuncia así mismo a la conexión ferroviaria con Chinchilla, aparcando ‘sine die’ las obras de la variante de Camarillas?  8. En ese sentido, ¿alguien ha pensado en los vecinos y vecinas del  Noroeste, Altiplano y Vega Media, que tienen todo el derecho del mundo a estar conectados por ferrocarril con Madrid?  9. Con el acuerdo adoptado, ¿qué queda de aquella afirmación inicial del alcalde Ballesta de mostrarse cercano a los vecinos y vecinas? La decisión del último pleno, ¿fue la escenificación de una ruptura?  10. ¿Y qué tiene que decir, ante la misma, Rafael González Tovar, portavoz parlamentario del PSOE, que hace unos días afirmaba que el acuerdo inicial suscrito entre el PP y Ciudadanos era ‘coyuntural’ y sin garantías de que se fuera a cumplir? ¿Qué ha cambiado para que el grupo municipal socialista se haya adherido a ese acuerdo?


Al margen de estos interrogantes, que por supuesto no agotan la totalidad de las reticencias y dudas que un proyecto, improvisado y sin garantías, suscita, también es preocupante que en una Región que ha dilapidado tantos recursos públicos en obras faraónicas e innecesarias y que ha visto pasar de largo obras largamente prometidas y siempre incumplidas (Parque Tecnológico, la Paramunt…) se presente ahora la llegada de una infraestructura  ferroviaria  elitista y cara como necesaria para el interés general. La pasada escenificación reivindicativa del empresariado y otros agentes sociales, una pequeña parte de la sociedad murciana, tuvo como fin reforzar ese supuesto interés general. Lo peor es que uno de los partidos de la oposición ha caído en ese juego.  Al día de hoy, no sabemos qué se está urdiendo entre bastidores y quiénes pondrán el cazo para recoger algunas de las migajas. Retomando lo que decía al principio de mi artículo, pasados unos años quizá la Historia nos aporte las claves de lo que se escondía detrás de tanta vehemencia reivindicativa en torno al AVE. 

sábado, 26 de septiembre de 2015

Catalunya Sí que es Pot, un modelo


http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2015/09/26/catalunya-pot--modelo/679823.html

La relación de las clases dirigentes de Cataluña con el resto de España ha sido una historia de permanente desencuentro. En mi columna de La Opinión de finales de 2009 intenté una breve aproximación al fenómeno del independentismo catalán enraizándolo en ciertos hechos históricos (el Corpus de Sangre de 1640, el bombardeo de Barcelona por el duque de Berwick en septiembre de 1714, el protagonizado por el regente Espartero en 1842?) que, en la medida en que perviven en la memoria colectiva, es indudable que pueden haber contribuido a ahondar el sentimiento de agravio de Cataluña respecto de Madrid. Pero esos hechos históricos, por sí solos, no justificarían el apoyo de ciertos sectores sociales a la independencia de Cataluña. Para entender el impulso soberanista actual, del que Artur Mas y sus socios de Esquerra aparecen mediáticamente como sus cabezas visibles, hay que sondear otras causas.

Es innegable que en Cataluña existe un claro sentimiento antimonárquico, que se traduce en un hastío del régimen impuesto por la Transición, hoy en cuestión por la pervivencia de un largo bipartidismo y, sobre todo, por los escandalosos casos de corrupción. Corrupción que también está muy presente en Cataluña. Eso explicaría el impulso soberanista de Artur Mas, junto con la necesidad de ocultar su nefasta gestión: tasa de paro en torno al 21%; una deuda que supera los 67.000 millones de euros, pese a la creación de nuevos impuestos y al aumento del tramo autonómico del IRPF de Cataluña; un brutal recorte de los servicios sociales y de plantillas, con una pérdida de empleos en Sanidad de más de 3.000 personas desde 2010, y en Educación de 4.125 personas desde ese mismo año...

Pero el independentismo ha sido alimentado también por causas exógenas. A título de ejemplo, las distintas sentencias del Tribunal Constitucional (TC) bloqueando o anulando las disposiciones dictadas por el Parlament de Cataluña. Para Gerardo Pisarello, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, la sentencia del TC de 25 de marzo de 2014, declarando inconstitucional el apartado de la declaración soberanista catalana que aludía expresamente al carácter de sujeto político y soberano del pueblo de Cataluña, supuso la renuncia a «ensayar una concepción más actualizada de la soberanía», permitiendo dar cabida a nociones como la de la soberanía compartida. Con respecto a la separación categórica del derecho de autodeterminación del derecho a decidir, el TC reconocía la constitucionalidad de este último, pero remitiéndolo a una reforma de la Constitución que en ningún punto de esa sentencia se establecía que había de ser previa a cualquier consulta. Una cuestión ésta no baladí, pues ya conocemos las enormes resistencias del ejecutivo central a emprender reformas constitucionales.

En este contexto, las elecciones catalanas de mañana vienen rodeadas de un evidente clima de crispación, alimentado estos últimos días con la nada disimulada injerencia en la campaña electoral de la UE, empresarios, la Banca, el presidente Obama... lo que, junto con la intensa campaña mediática indudablemente orquestada desde el Gobierno central, está dando alas a los sectores independentistas.

Empero, además del frente soberanista y del que podríamos denominar 'españolista', en las elecciones catalanas del 27S entran en liza otros actores. En el ámbito de la izquierda, conocida la evidente postura proclive a la independencia de la CUP (Candidatura de Unidad Popular), liderada por Antonio Baños, hay que fijar nuestra atención en la candidatura Catalunya Sí que es Pot (CSQEP) encabezada por el dirigente vecinal Lluís Rabell, por lo que supone de apuesta por un cambio trascendente sin poner el acento prioritariamente en el independentismo, y por lo que tiene de continuidad con las listas municipalistas de confluencia ciudadana que, el pasado mes de mayo, se alzaron con el poder en no pocos Ayuntamientos importantes (Madrid, Barcelona, Zaragoza, A Coruña, Santiago de Compostela...).

CSQEP, en la que se integran Podemos, EUiA (Izquierda Unida), Iniciativa (ICV) y Equo, mantiene sin haber cerrado del todo ese debate una posición confederal, pero propugnando claramente el respeto hacia los otros pueblos de la península y evitando enfrentamientos estériles y, en muchos casos, inventados, para, dicen, «ocultar la explotación común de clase y la desposesión de la mayoría». Compatibilizando los principios de la autodeterminación y el internacionalismo, CSQEP defiende una soberanía popular capaz de articular respuestas contra quienes realmente, por encima de los Estados, deciden sobre las vidas de la gente: FMI, UE, Banco Central Europeo...

Así pues, en una Cataluña aparentemente polarizada entre posiciones nítidamente independentistas y no independentistas, CSQEP emerge como una tercera vía, un ejemplo a seguir y, por qué no, a extender a otros territorios del Estado, con la vista puesta en las próximas elecciones legislativas de diciembre. He citado arriba los precedentes, exitosos, de las últimas elecciones locales. Junto con aquellas candidaturas municipales, cuya continuidad se da hoy con la fórmula Ahora en Común, este espacio de confluencia en Cataluña es uno de los modelos a seguir.

viernes, 18 de septiembre de 2015

20 de septiembre: Día Internacional del Librepensamiento

https://laicismo.org/2015/20-de-septiembre-dia-internacional-del-librepensamiento/133511



20 de septiembre. Día Internacional del Librepensamiento

dia librepensamiento 2015
El proyecto laicista, emancipador de los seres humanos de toda forma de opresión ideológica, se une a la celebración de millones de librepensadores de todo el mundo, que el próximo día 20 de septiembre celebrarán, como un homenaje a los hombres y mujeres combatientes de la libertad y de la fraternidad entre los seres humanos y los pueblos.
Esta fecha conmemora la toma de Roma, en 1870 por las fuerzas de la unificación de Italia, lo que significó la caída definitiva del poder temporal del papado y de sus regímenes políticos de “derecho divino”. Significó, también, un triunfo para las fuerzas democráticas, republicanas y laicas del mundo.
Aprovechamos la ocasión para exigir la anulación de todos los Concordatos firmados entre los Estados y el papado de Roma y acuerdos específicos con otras confesiones religiosas, por atentar  derechos y libertades cívicas en todo el mundo e ir en contra de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de principios fundamentales de muchas Constituciones, entre ellas la española.
De ahí que también exijamos la anulación de los Acuerdos del Estado español con la Santa Sede de 1979, del Concordato de 1953 y de la eliminación de cualquier tipo de privilegio hacia las religiones.
Desde Europa Laica animamos a la ciudadanía y a los poderes públicos a celebrar el Día Mundial del Librepensamiento, en un momento de retroceso de las libertades individuales, de graves recortes sociales y del debilitamiento de las democracias.
Pablo Laguna representará a Europa Laica en el V Congreso de laAsociación Internacional del Librepensamiento (AILP) que se celebrará en Montevideo los días 18 a 20 de septiembre y Luis García representará aEuropa Laica en una Jornada Internacional de la Libre Pensée, a celebrar en Toulouse (Francia) coincidiendo con esta fecha.
Asimismo recordamos que el día 9 de diciembre de cada año se celebra el Día Internacional del Laicismo y la Libertad de Conciencia, en conmemoración de la aprobación de la Ley francesa de separación Iglesia-Estado (1905) y de la aprobación de la Constitución laicista y republicana española de 1931.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

PORQUE SON PERSONAS, NO NÚMEROS

Artículo publicado en la edición impresa de La Opinión de Murcia, con fecha 8 de septiembre de 2015.



A punto de acabar el verano astronómico, que no el meteorológico, lo mejor que puede pasar es que termine pronto, pues ha sido un auténtico infierno,  y  no sólo en lo tocante a la meteorología: accidentes de tráfico fieles a una cruel estadística; la inacabable violencia machista; la incesante plaga de incendios forestales, mayoritariamente inducidos y que, desgraciadamente, ya forman parte del paisaje veraniego, como los miles de ‘guiris’ tostándose al sol en nuestras costas; los muertos corneados por toros, que no vaquillas (ya saben, el negocio es el negocio, y si disminuye la demanda de corridas, hay que echar a los astados a las calles de toda España), en virtud de esa estulticia nacional que asimila los términos tortura animal a fiesta… Por si faltaba poco, ha estallado con toda su crudeza la tragedia de los refugiados, hecho que ha llevado a muchas personas, entre las que me incluyo, a avergonzarse de su pertenencia a la supuestamente avanzada civilización occidental. ¿Civilización? ¿Qué civilización?

Con frecuencia, nos enorgullecemos de que nuestras raíces se hunden en la cultura grecorromana, sin olvidar las aportaciones del cristianismo y el  Islam, el humanismo renacentista y la Ilustración. Pero también, para hablar con precisión, hemos de recordar que este solar europeo que pisamos se ha construido a partir de la conquista y la rapiña. La ocupación por los europeos de amplios territorios en Asia, África y América en siglos pasados no se hizo precisamente de forma pacífica. Las Cruzadas, la presencia europea en el lejano Oriente, la conquista americana y el imperialismo colonial son sólo algunos hitos de este proceso ‘adornado’ con guerras: los exploradores del continente africano o los colonos americanos precedían a unos ejércitos de ocupación que, las más de las veces, acabaron con todo vestigio de culturas autóctonas. Es conocido el impacto del imperialismo colonial en los pueblos que lo soportaron. Como lo es el reparto de los restos del Imperio Otomano entre Francia e Inglaterra, reparto que, como el caso anterior, condujo a trazar unas fronteras artificiales que no se ajustaban a las tradiciones culturales de los pueblos que conformaron esas nuevas naciones. 

Sin olvidar las dos guerras mundiales del siglo XX, que tuvieron en el espacio europeo el principal escenario, más recientemente nadie puede negar que la intervención occidental de una manera abierta o solapada, en conflictos tales como el de los Balcanes, Eritrea, Somalia, Afganistán, Iraq, Egipto, Libia, Siria, incluso Ucrania… ha llevado a la desestabilización de esos países.  Países de los que, desde hace ya varios meses, pero sobre todo de Siria, están saliendo miles de  personas atenazadas por el miedo, la desesperanza y la incertidumbre.
 Como muchas personas, siento vergüenza, náuseas, impotencia…¿Cómo entender las palabras del presidente de Hungría, Victor Orban, afirmando, sin ruborizarse, que la inmigración ilegal constituye una amenaza para Hungría y toda Europa, y que ésta puede constituirse en una amenaza para la civilización occidental?

¿Civilización?  ¿Qué civilización? La imagen de una sola persona yaciendo en una playa sin poder alcanzar el ‘paraíso’ soñado debería haber bastado para sacudir muchas conciencias anestesiadas en esta Europa fortaleza diseñada en sus tratados constituyentes.  Tenemos capacidad (económica y tecnológica) para haber puesto en marcha medidas urgentes para evitar tanta tragedia, pero no ha se hecho nada. Porque el tremendo drama humano que podemos percibir hoy en las fronteras de Serbia, Hungría, Austria… ya venía anunciándose en los casos no menos dramáticos de quienes han ido dejando sus vidas en las playas mediterráneas.


La especie humana es capaz de practicar las acciones más abominables (la violencia, las guerras…), pero también las más sublimes  (la música, la literatura, el arte…). Estos días, en ausencia de actuaciones humanitarias inaplazables, muchos ciudadanos de la Unión Europea, pero también de otros países con menos recursos (Líbano, Turquía…), sí están ofreciendo otra de las facetas más nobles que nos caracteriza como especie: la empatía, a la que van asociadas la piedad, la compasión y la solidaridad. Por eso la noticia de que muchos ayuntamientos de este país -siguiendo la estela de la alcaldesa de Barcelona  Ada Colau- han empezado a trabajar para crear una red de ciudades refugio  me ha reconciliado en parte con la especie humana.  Cuando el mayor temor de la aparentemente hospitalaria Angela Merkel es que la inmigración masiva pueda poner en cuestión las estipulaciones del Tratado de Schengen, hay que decir con rotundidad que la desesperación, el hambre, el miedo y la incertidumbre  no saben de fronteras nacionales, que son un puro artificio. En los 28 Estados miembros de la UE vivimos más de 500 millones de personas. Eso supone que hay millones de hogares. Sólo con que una parte acogiera a una persona refugiada, el problema actual no sería tal. Por eso es tan importante que se extienda la iniciativa que, partiendo de Barcelona, han asumido ya muchos municipios de España, y a la que han pedido su adhesión en Murcia y Cartagena, respectivamente, Cambiemos Murcia, Ahora Murcia y Cartagena Sí Se Puede. Porque estamos hablando de personas, no de números.