martes, 30 de noviembre de 2010

Sin rumbo ni horizonte

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2010/11/30/rumbo-horizonte/286842.html


 
La situación es no sólo seria, sino muy grave. No hace falta ser una persona experta en Economía para concluir que el déficit público está ligado a un descenso de la recaudación fiscal.

DIEGO JIMÉNEZ

Cuando la crisis económica está castigando severísimamente a esta Región, hace unos días, la ministra de Economía, Elena Salgado, incluyó a Murcia, junto a Castilla-La Mancha, entre las comunidades imposibilitadas de emitir deuda pública —en nuestro caso, por un importe de quinientos millones de euros— para financiar el déficit de sus cuentas. La noticia coincide con los severos recortes en los presupuestos regionales en áreas como la Sanidad, Educación, Cultura, prestaciones sociales, inversiones… Nadie nos dice que atravesamos una crisis más seria de lo que se está dispuesto a admitir.

La situación es no sólo seria, sino muy grave. No hace falta ser una persona experta en Economía para concluir que el déficit público está ligado a un descenso de la recaudación fiscal. El déficit, en nuestra Región, tiene una causas claras: un 25% de la población está rozando los límites de la pobreza (que, en el ámbito infantil se acerca al 34%); el paro afecta al 24% de la población activa y al 40% de la juventud; 5.000 familias están afectadas de desahucio por impago de sus hipotecas, mientras que un 56% de ellas reconoce no poder tomarse ni siquiera una semana de vacaciones al año… Esto es sólo un resumen precipitado de la situación social, a la que podríamos sumar la nefasta gestión del Gobierno regional de nuestro patrimonio ambiental y cultural, las inversiones en obras faraónicas inviables, las fuertes sumas destinadas al mantenimiento de una televisión regional pública de dudosa utilidad y rentabilidad, la corrupción omnipresente, el inexistente control de la economía sumergida y del fraude fiscal… Ante tal estado de cosas, sólo la desconfianza de la ciudadanía hacia los políticos que nos (des)gobiernan, la apatía general y la instrumentalización que, desde el poder político y mediático, se está ejerciendo explicarían esta ´paz social´, esta inexistente respuesta ciudadana (con excepciones) ante tal estado de cosas.

Ya está bien de que el Gobierno regional se escude en el ´victimismo´ (los males vienen de Madrid) para justificar su permanente inacción, que ha conseguido que la Región de Murcia no levante cabeza. Porque, cuando se ha gobernado durante quince años ininterrumpidamente, es claro que gran parte de la responsabilidad es achacable a aquél, sin desdeñar la que cabe atribuir a la política de Estado. En esta Región tenemos un sistema de financiación autonómico, que, si exceptuamos el de las Comunidades históricas, es igual para el resto de autonomías, con la cesión de impuestos estatales, cuya gestión y recaudación pasa a las autonomías, y otros que han sido transferidos parcialmente a éstas (100% de la recaudación del Impuesto sobre la electricidad (aún no redactado),, el 58% del impuesto especial de fabricación, el 50% del IVA y el 50% del IRPF).

Si, pese al notable paquete de medidas impositivas puestas a disposición de las comunidades autónomas, la Región de Murcia presenta este déficit, nos es lícito pensar que ello se debe a una mala gestión de los dineros de todos. Las prioridades del Gobierno regional no han sido siempre coincidentes con las necesidades sociales reales. Es tiempo, pues, de exigir responsabilidades. La solución, desde luego, no está en gastar menos aplicando más recortes, totalmente antisociales, sino en recaudar más. Y el aumento de recaudación debiera darse a partir de un incremento de la actividad económica y del consumo, atajando el fraude fiscal, luchando contra la economía sumergida, impulsando nuevos yacimientos de empleo (por ejemplo, en el campo de los servicios sociales), apostando decididamente por la inversión en Educación (con la mejora de la formación profesional), la sociedad del conocimiento y la Cultura, incrementando las inversiones en I+D+i, etc. Pero las recomendaciones de las organizaciones sociales y políticas y los informes del CES, que vienen incidiendo en estos aspectos, caen en saco roto. Aquí, durante los últimos años, obnubilados por el fuerte crecimiento económico ligado al ´ciclo del ladrillo´, nadie se preocupó de preparar un nuevo modelo económico basado en la necesaria diversificación industrial, la potenciación de una agricultura competitiva, un turismo sostenible y de calidad y la superación de nuestro ancestral atraso en políticas educativas y culturales. Y así nos va.

Si seguimos por la ´senda´ actual, ésta nos conducirá inexorablemente a consolidar una Región sin rumbo y, lo que es peor, sin un horizonte nítido.

viernes, 26 de noviembre de 2010

CARTA DEL PRESIDENTE DE DE ATTAC-ESPAÑA AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

En su misiva, Carlos Martínez lamenta que Zapatero solo escuche a los responsables de la crisis



Carta abierta al Presidente del Gobierno de España
Sr. D. José Luis Rodríguez Zapatero
Presidente del Gobierno
Señor Presidente:

Me dirijo a usted en mi condición de Presidente de ATTAC España, una asociación que seguramente conocerá y que se preocupa por formar a la ciudadanía, por analizar la situación social y económica y por combatir pacífica y democráticamente el “terrorismo financiero” -en expresión de su compañero de Partido y presidente de la Junta de Andalucía, José Griñán- que, en nuestra opinión y como creemos que usted sabe mejor que nadie, viene extorsionando a los pueblos desde hace tiempo. Una asociación que pronosticó acertadamente hace ya diez años el desencadenamiento de la actual crisis y sus efectos y a la que, por cierto, pertenecen también militantes y simpatizantes del Partido Socialista Obrero Español.
En esta ocasión me dirijo a usted en nombre de ATTAC España para manifestarle la desolación e indignación que produce el hecho de que, una vez más, para plantear y tratar de resolver los gravísimos problemas que tiene la economía española recurra usted solo a una parte de la sociedad española: en este caso a los grandes bancos y empresas que en tan gran medida han sido, precisamente, las que han provocado los problemas que padecemos.

Le manifiesto nuestra indignación porque creemos que usted, como Presidente del Gobierno de todos los españoles, debería tener presente la opinión y los deseos no solo de los grandes poderes empresariales y financieros sino también de los que vienen sufriendo las consecuencias de su avaricia y de su irresponsabilidad.

Y le manifiesto igualmente nuestra desolación al comprobar una vez más que recurre usted a quienes menos éxito han tenido a la hora de analizar el origen de la crisis y a quienes se han equivocado constantemente en sus pronósticos y proyecciones, sin que se haya usted dignado (o al menos, sin que ello haya trascendido públicamente) tomar nunca en cuenta la opinión de las personas y estudiosos que desde posiciones de izquierda están mostrándose con mucha más capacidad de descubrir y analizar la realidad de los hechos.

Lamento tener que decirle que de esa manera es usted mismo quien alimenta las posiciones ideológicas y políticas que lo vienen combatiendo con un ímpetu denodado y la mayoría de as veces incluso injusto y quien se incapacita para disponer de claves que permitieran abordar los problemas económicos de España desde otros puntos de vista. Y, al mismo tiempo, quien desarma a las clases trabajadoras pues éstas quedan confundidas cuando alguien en quien confiaron simplemente se limita a ejecutar lo que le piden los grandes poderes financieros.

Lejos de limitarnos a denunciar esa actitud tan poco efectiva y tan escorada a favor de estos últimos, deseamos contribuir a hacer explícitos otros puntos de vista que los grandes medios y las derechas se empecinan en ocultar y por lo que le animo a conocer las propuestas de otras organizaciones de la sociedad civil (ATTAC entre ellas) y los análisis que realizamos de la crisis que, una vez que han ido sucediendo los hechos, se han mostrado como mucho más acertados que los que vienen realizando desde posiciones neoliberales, y que le pueden ofrecer alternativas mucho más eficaces y menos onerosas para las clases trabajadoras y para la pequeña y mediana empresa de este país que es la que, como usted sabe, crea y mantiene a más del 90% del empleo.

En la confianza de que una organización como la nuestra, que cuenta con miles de afiliados en toda España, pueda tener la misma capacidad de ser oída que los grandes banqueros y empresarios, le saluda atentamente.

Carlos Martínez García
Presidente de ATTAC España

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Una mesa redonda analiza en Murcia la trayectoria histórica y la situación jurídica del Sahara Occidental









El acto, organizado por la Asociación juvenil AEIOU, contó con la participación de Teresa Vicente, profesora de la UMU, y Francisco Matías, presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui.


Diego Jiménez/Murcia.- Con un Hemiciclo de la Facultad de Letras de Murcia, del Campus de la Merced, abarrotado de público, mayoritariamente juvenil, tuvo lugar, en la tarde del pasado lunes día 22 de noviembre, una charla explicativa sobre la trayectoria histórica y la actual situación jurídica de los territorios ocupados del Sahara Occidental. El acto, organizado por la Asociación de Estudiantes de Izquierdas por Otra Universidad (AEIOU), con el apoyo de la UJCE-Murcia, contó con la intervención de Teresa Vicente, profesora titular de Teoría del Derecho de la Universidad de Murcia, y de Francisco Matías, presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui.

Exposiciones de los ponentes

Abrió el turno de intervenciones Teresa Vicente, quien, en una primera exposición, comenzó aclarando que el marco jurídico de los Derechos Humanos es de carácter internacional, para, a continuación, esbozar los cuatro ejes en que se sitúa la actual problemática del Sahara, a saber: el derecho de autodeterminación del Pueblo Saharaui, amparado en la Carta de la ONU, diferentes Resoluciones del Consejo de Seguridad relativas a la descolonización, así como los dictados de la Asamblea General; el Manifiesto del Comité Internacional de los Derechos Humanos; la exigencia, por parte del propio Pueblo Saharaui, de las debidas garantías de derechos sociales, económicos y ecológicos, y, por último, el cambio derivado de la asunción, por la sociedad civil, de las reivindicaciones nacionalistas saharauis.

Por su parte, Francisco Matías centró su intervención en una exhaustiva reseña histórica, arrancando de la situación colonial del territorio derivada de la Conferencia de Berlín de 1885. España, en los primeros momentos, no mostró excesivo interés por el mismo, e incluso, afirmó el ponente, “el Sahara era un destino militar no deseado por nuestros soldados”. Citó el proceso de descolonización del continente africano, que se dio a partir de la década de los ’50 del pasado siglo, a instancias de las recomendaciones de la ONU, y cómo tanto España y Portugal hicieron “caso omiso” de dichas recomendaciones, sobre todo –en el caso español- a partir del descubrimiento en el territorio de importantes yacimientos de fosfatos.

Citó el nacimiento, en 1974, del Frente Polisario, impulsado por jóvenes universitarios, que inicia un fuerte movimiento por la independencia. En ese contexto, España conectó con Marruecos y Mauritania para estudiar la forma en que entregaría el Sahara, lo que condujo, con un Franco agonizante, a la firma de los Acuerdos Tripartitos de Madrid (14-XI-1975), por los que se entrego el Sahara a Marruecos y Mauritania, y a la “Marcha Verde”, urdida por Henry Kissinger. La rápida ocupación marroquí del territorio condujo a la retirada gradual del mismo de las tropas españolas, hecho que se consolidó en febrero de 1976. Rápidamente, el Polisario declaró la guerra a Marruecos, un guerra desigual pero con la intención de desgastar a este último país. El conflicto bélico arrastró hacia el exilio argelino a un buena parte de la población saharaui, que fue bombardeada por Francia con napalm y fósforo blanco, mientras parte del territorio era minado.

Según Francisco Matías, esa guerra alcanzó “dimensiones épicas”, pues tan solo 11 ó 12 saharauis casi estuvieron a punto de conquistar Nouatchot, capital de Mauritania. En ese acto murió Luali Mustafa Sayed, fundador del Frente Polisario. Saharauis y mauritanos, sin embargo, tenían muchos puntos en común, desde el punto de vista étnico y cultural. Pronto, pues, Mauritania se retiró de la guerra, lo que dio motivos a Marruecos para ocupar la parte meridional del Sahara Occidental.

En 1991, por los Acuerdos de Houston (Texas), Marruecos acepta la celebración de un referéndum, pero condicionado a la elaboración de un censo, que contaría con la dificultad añadida de la identificación de los verdaderos saharauis. Pero ese referéndum, previsto para el 6 de febrero de 1998, no llegó a celebrarse. El conflicto, enquistado, vio una vía de salida con el “Plan Baker”, que encuentra aceptación por parte del Polisario, aunque Marruecos nunca estuvo dispuesto a ceder en la cuestión de su soberanía sobre el Sahara. A partir del fracaso de las propuestas de Baker, Marruecos ha venido contando con el apoyo diplomático de EE UU y Francia, por consideraciones estratégicas. Los últimos intentos de solución de este conflicto están, como se sabe, protagonizados por Cristopher Ross, mediador de la ONU, que tiene una difícil misión, en la medida en que ni Marruecos ni los saharauis van a renunciar a su respectivas apetencias de soberanía. La opción de la guerra, se abre paso a marchas forzadas.

Tras la intervención de Francisco Matías, tomó de nuevo la palabra Teresa Vicente, quien fue complementando los datos históricos expuestos por aquel con el marco jurídico internacional en que se inscriben esos hechos. Así, con respecto a la libre determinación, Teresa dijo que esta viene avalada por lo contenido en el Capítulo XI de la Carta de la ONU y a partir de la Resolución A/5514, de 1963, de la Asamblea General. Según la ONU, solo queda un país sin descolonizar, el Sahara. Ya la Resolución 1514, de 14 de diciembre de 1960, estipulaba la necesidad de dar pasos hacia la independencia de los países colonizados. Hoy, las sucesivas vulneraciones de Marruecos, reconocidas por la ONU, están planteando un problema, además, a la UE, consciente de las carencias democráticas y de respeto a los Derechos Humanos de la monarquía alauita.

El Comité de Derechos Humanos manifiesta su preocupación por los obstáculos y falta de información por parte de Marruecos; la ONU expresa la misma preocupación, mientras que el Parlamento Europeo, en su Resolución 27-X-2005, exige a ese país que permita las libertades de expresión, asociación, manifestación, etc., al tiempo que le pide explicaciones sobre 500 personas saharauis desaparecidas, exigencia que también plantea Human Rights Watch.

Hoy, y pese a los esfuerzos de Cristopher Ross, seguimos asistiendo a una permanente negativa de Marruecos al establecimiento de un Comité de Vigilancia de la ONU. Y ello pese a los contactos habidos entre las dos partes enfrentadas en los pasados días 8 y 9 de este mes, y del previsto para el próximo año.

Como motivo de fondo para tan persistente negativa por Marruecos está la riqueza de los recursos naturales del territorio saharaui (pesca, fosfatos, petróleo, gas natural…), explotados por empresas extranjeras (básicamente, norteamericanas y francesas). En ese marco, el Consejo de Seguridad sigue considerando que se está incurriendo en una flagrante ilegalidad si no se atienden, de una vez, los intereses y deseos del Pueblo Saharaui.

Teresa Vicente, para concluir, afirmó que no se conoce el contenido de los “Acuerdos secretos” de Madrid, aunque sí el de los “Tripartitos”, enfatizando, además, que la UE hace “caso omiso” a las recomendaciones del Asesor Jurídico de la ONU, quizás porque tras tales reticencias se esconda la dificultad de, al mismo tiempo de exigir responsabilidades a Marruecos, garantizar los Acuerdos pesqueros con este país.

Tras estas brillantes, prolijas e interesantes exposiciones por parte de ambos ponentes, tuvo lugar, como suele ser habitual, un animado coloquio.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Con la presencia del sindicalista francés Patrick Choupaut, quedó constituida en Murcia la Plataforma Ciudadana por los Derechos Sociales










El acto fue arropado por las principales fuerzas sociales y sindicales existentes en la Región.


Diego Jiménez/Murcia.- Un Salón de Grados de la Facultad de Derecho de Murcia abarrotado de público (con la presencia de un buen número de estudiantes universitarios que no quisieron perderse el acto) fue el marco elegido para la constitución, en esa ciudad, en la noche del pasado jueves, día 18 de noviembre, de la Plataforma Ciudadana por los Derechos Sociales, nacida a partir de la anterior Plataforma de apoyo a la huelga general del 29-S, constituida anteriormente, y que sigue estando integrada por la HOAC, la Alianza Regional Contra la Pobreza, Ecologistas en Acción, la Asamblea de Personas Paradas y Afectadas por la Crisis de Molina de Segura, el Foro Ciudadano y el Foro Social de Murcia.

El acto, que contó con la participación y apoyo de los sindicatos CC OO, UGT, STERM-La Intersindical y CGT, fue moderado por Patricio Hernández, presidente del Foro Ciudadano de la Región de Murcia, al que acompañaban en la mesa José Coy, de la Asamblea de Personas Paradas y afectadas por la crisis, de Molina de Segura, Paco Morote, del Foro Social, y Joaquín Sánchez, miembro de la HOAC y, así mismo, del Foro Social.

Tras la presentación de Patricio Hernández, abrió el turno de intervenciones Patrick Choupaut, miembro de la Comisión Internacional del sindicato francés Union Syndicale Solidaires, vinculado a ATTAC-Francia, quien empezó afirmando que Sarkozy gobierna en Francia en nombre de Medef, la principal patronal francesa, lo que explica las fuertes movilizaciones que se han registrado en el país galo. Choupaut aportó cifras de esas movilizaciones -que arrancaron con los más de 1,5 millones de franceses que las secundaron en la jornada de resistencia del pasado día 7 de septiembre- que han tenido su continuidad en las jornadas de los pasados días 12, 16, 19 y 28 de octubre, en la del 6 de noviembre y en la prevista para el próximo día 23 de este mes. Choupaut calificó de “inusual” y de “éxito creciente” estas movilizaciones, en la medida en que, a mediados de octubre, el número de personas movilizadas había pasado a ser de más de tres millones. Esa contestación social fue posible, a su juicio, por dos motivos: el “hartazgo” de la gente ante tantas agresiones antisociales y, además, por la unanimidad de la respuesta sindical, por la incompetencia del Gobierno francés.

Y aunque, como es lógico, esa unanimidad contó con algunas diferencias estratégicas en el ámbito sindical, Choupaut afirmó que su formación, Solidaires, apostaba por lo que denominó la “huelga reconducible”, es decir, decidida por las bases. Eso explica los éxitos de las protestas obreras en sectores claves como los transportes urbanos, ferroviarios, camioneros asalariados, refinerías de petróleo, puertos... Según Choupaut, la confluencia huelguística de los trabajadores y trabajadoras de las refinerías y los de los puertos casi condujo al país al colapso económico, hecho admitido incluso por el ministro de Finanzas francés.

Pese a ello, el Gobierno decidió no ceder, admitiendo, además, que la reforma en la edad de jubilación no es sino el precedente de otras reformas de más hondo calado, como la de la privatización gradual de todo el sistema sanitario, amén de otras que afectan a los derechos laborales. Ante ese panorama, Patrick Choupaut afirmó literalmente que “vamos a tener mucho trabajo los luchadores sociales” y, como dato positivo, expuso que “la gente ha comprobado que tiene su propia fuerza”

Las preguntas del público asistente, la intervención de los líderes sindicales (Daniel Bueno, por CCOO, Eva Nieto, por UGT, J. Pascual Rubio, por CGT y Alicia Poza, por La Intersindical) y un animado coloquio posterior pusieron fin a este acto.

martes, 16 de noviembre de 2010

LIBERTAD PARA EL SAHARA

Desde mi picoesquina

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2010/11/16/libertad-sahara/283582.html

"La postura de Trinidad Jiménez es patética. Mostrando una vergonzosa sumisión a París y Washington, postula una intervención de la ONU, tal vez necesaria. Pero también lo es la asunción por España de sus responsabilidades"

DIEGO JIMÉNEZ

Cuando, estimado lector y estimada lectora, repase estas líneas, se habrán cumplido ya los 35 años del vergonzoso Acuerdo de Madrid, de 14 de noviembre de 1975, con el que, con el dictador Franco agonizante, la diplomacia (por llamarla de algún modo) española se ´cubrió de gloria´ al hacer entrega a Marruecos y Mauritania de la antigua provincia española del Sahara Occidental. Días antes, el 6 de ese mismo mes, el monarca alauita Hassan II había tensado la cuerda al organizar la llamada ´Marcha Verde´, en la que, simultánea a la intervención militar marroquí en el territorio, 350.000 ´civiles´ marroquíes ocuparon el mismo, ante la pasividad forzada del Ejército español destacado en la zona. Los sucesos, cuando asistíamos a los últimos estertores del régimen franquista, se precipitaban. No hay que olvidar que, unos días antes, el 1 de noviembre, el rey Juan Carlos, entonces príncipe heredero, en calidad de jefe del Estado en funciones por la enfermedad de Franco, giró una visita a El Aaiún, comprometiéndose a defender los legítimos derechos del pueblo saharaui. Y que, un año después, al cumplirse el primer aniversario de la Marcha Verde, el 13 de noviembre de 1976, Felipe González, líder indiscutible del nuevo PSOE nacido del congreso de Suresnes, había visitado así mismo la zona para defender los legítimos derechos del pueblo saharaui «hasta la victoria total».

He recordado estos mínimos datos históricos para evidenciar el lacerante silencio que tanto el actual jefe del Estado español como el del Gobierno del PSOE vienen manteniendo sobre los graves sucesos que se suceden estos días en la antigua provincia española del Sahara. Hay que recordar que para la ONU (cuya Resolución 690/1991 estipula una Plan de Paz para la zona, detalla el calendario del plan de apoyo y crea la MINURSO, la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental —referéndum que, previsto para enero de 1992, nunca ha llegado a celebrarse—), España sigue siendo considerada potencia administradora del territorio, por lo que su inhibición ante las graves violaciones de los derechos humanos que se están dando en El Aaiún y sus proximidades es no sólo políticamente reprochable sino indignante. Indignante en la medida en que tanto España como Francia —potencia que, es sabido, diseña sin disimulo desde el Elíseo la política exterior del sátrapa Mohamed VI— no están moviendo ni un solo dedo para exigir el respeto a los derechos humanos en el Sahara. El mismo Zapatero que, con ocasión de la pasada Cumbre de la ONU para la revisión de los siempre incumplidos Objetivos de Desarrollo del Milenio, se entrevistó en Nueva York con el rey de Marruecos, no abordó la problemática del Sahara con el monarca alauita, limitándose a afirmar que éste ya conocía la postura española.

Los acontecimientos que se están produciendo estos días en la antigua provincia española del Sahara Occidental son particularmente graves (muertes, saqueos, incendios, secuestros y desapariciones, prohibición de acceso a la zona de la prensa internacional…), pero, excepto a algunas personas de buena fe sensibilizadas por tanto horror, a nadie parecen importarle.

Particularmente patética es la postura de la nueva ministra de Exteriores del Gobierno español, Trinidad Jiménez, quien, desbordada por la situación y mostrando una vergonzosa sumisión a los dictados de París y Washington, postula como solución de urgencia una intervención de la ONU. Intervención que, seguramente, es necesaria. Pero también la asunción por nuestro país de sus responsabilidades, ante un pueblo, el saharaui, con el que tenemos algo más que vínculos históricos.

En la pasada concentración de apoyo al Sahara, celebrada en la plaza del Cardenal Belluga de Murcia, me preocupó particularmente oír, de boca de ciudadanos saharauis residentes en la Región, la palabra ´guerra´. La indignación y desesperación de un pueblo largamente olvidado y vilipendiado parecen ofrecer esta única salida a la situación, si no se pone en marcha una solución pacífica y negociada al conflicto, siempre bajo los auspicios de las resoluciones de la ONU. De no ser así, habrá que justificar que los vientos de guerra vuelvan a barrer las cálidas arenas del Sahara.

Mientras tanto, algunas personas (no tantas como sería de desear) seguimos defendiendo la libertad para el Sahara.

martes, 9 de noviembre de 2010

Trescientas personas protestan en Murcia por la represión y los crímenes de Marruecos en los territorios ocupados del Sahara Occidental

Se denunció que este país, y su rey Mohamed VI, solo conocen el lenguaje de la violencia, el odio y la violación de los Derechos Humanos.


Diego Jiménez/Murcia.- Convocadas por el conjunto de Asociaciones Solidarias con el Sahara existentes en la Región de Murcia, cerca de trescientas personas (con la presencia de un buen número de ciudadanos y ciudadanas saharauis residentes en la Región) se concentraron, durante más de una hora, en la tarde del pasado día 8 de noviembre, en la plaza del Cardenal Belluga de Murcia para denunciar la brusca irrupción del Ejército y unidades policiales marroquíes en el campamento Gdeim Izik, más conocido como el “Campamento de la Dignidad”, al este de la ciudad saharaui de El Aaiún, así como la actuación de esas fuerzas en la misma ciudad, con el resultado provisional, hasta ahora, según distintas fuentes, de no menos de trece personas muertas, centenares de heridos, e incendios y saqueos en la capital del Sahara Occidental.

En el transcurso de la concentración, se exhibieron banderas saharauis, carteles de denuncia e incluso una representación espontánea de la pasividad de la comunidad internacional ante esos graves sucesos.

En el acto tomaron la palabra, además de representantes de las asociaciones solidarias convocantes, ciudadanos y ciudadanas saharauis, que lograron levantar los ánimos para denunciar uno de los mayores atropellos a los derechos sociales y políticos de la población saharaui ocupada ocurridos en los últimos años, si exceptuamos el periodo dramático del enfrentamiento armado que mantuvieron el Frente Polisario y Marruecos desde la entrega vergonzosa, por parte de España, del Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania, en los Acuerdos de Madrid de noviembre de 1975.

Durante todo el acto, se corearon insistentemente consignas tales como “Marruecos, culpable, España responsable”, “Zapatero, escucha, el Sahara está en lucha”, “Mohamed, capullo, el Sahara no es tuyo”, etc., y se exhibieron fotografías del monarca alauí al que se calificaba de asesino. Además, algunos saharauis residentes en Murcia dieron cuenta, pese a la dificultad de las comunicaciones con la excolonia española, de noticias que alertan de la dramática situación que se vive en la zona.

Lectura de comunicado

Al final del acto, tomó la palabra Jesús Molina, para dar lectura al comunicado conjunto de las asociaciones solidarias con el Sahara de la Región de Murcia, que, consternadas ante los acontecimientos que están sucediendo en El Aaiún, expresan su “más enérgica condena ante la actitud del régimen genocida marroquí, que, una vez más, muestra al mundo entero que solo conoce el lenguaje de la violencia, el odio y la violación de los derechos humanos”, denunciando además que “a pocas horas del inicio de las negociaciones auspiciadas por la ONU y días después de que observadores y periodistas españoles fueran agredidos e insultados por agentes marroquíes, y que parlamentarios/as autonómicos y del propio Parlamento Europeo fueran expulsados de forma ilegal y arbitraria del territorio” se produce “el ataque indiscriminado por parte de unidades militares y policiales contra miles de civiles saharauis que pacíficamente reclamaban sus derechos económicos y sociales”. Se denuncia, además, que “el Estado de Marruecos, con su actitud violenta y antidemocrática, vulnera normas tan básicas como la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, e incluso que Marruecos “ignora su propio texto constitucional”, pues su artículo 9 dice textualmente que “se garantiza a todos los ciudadanos la libertad de circular y establecerse en todas las partes del Reino, la libertad de opinión, la de expresión bajo todas sus formas y la de reunión, asociación y la de afiliarse a cualquier organización social y política”. El comunicado se pregunta: “¿Cuántas personas más tendrán que morir, cuánto horror más habrá que ver para que la Comunidad internacional se decida a proteger a la población civil saharaui?”. Tras constatar la pasividad del Gobierno español en la situación actual, el comunicado exhorta a la Unión Europea, y en especial al propio Gobierno español, a que “si les queda algo de dignidad, hagan un llamamiento al Rey de Marruecos para que ponga fin a esta locura de represión y violencia injustificada, desproporcionada y cruel”.

Concluye el texto con los alegatos de “¡Marruecos fuera del Sahara, ya!” y “¡Paz y libertad para el Pueblo Saharaui!”.







lunes, 8 de noviembre de 2010

martes, 2 de noviembre de 2010

HIPOTECADOS

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2010/11/02/hipotecados/280490.html

Desde mi picoesquina

"Wilson decidió instalarse en Molina de Segura. Su formación técnica en el sector de la construcción sólo le sirvió inicialmente para trabajar como obrero especialista en una de las muchas empresas que atendían, solícitas, las demandas de los promotores"

DIEGO JIMÉNEZ

La falta de expectativas laborales y un destino incierto empujaron a Wilson a abandonar su ciudad natal, Guayaquil, en el Ecuador, en donde consumió 35 años de su vida. Con su título de aparejador, recaló, hace años, en el aeropuerto de Barajas, llevando 300 dólares en el bolsillo y un permiso de turista. Vino a probar suerte. Dirigió sus pasos hacia Murcia, aleccionado por quienes veían ´una mina´ de posibilidades en las múltiples promociones inmobiliarias que, como hongos, crecían en la Región.

Wilson decidió instalarse en Molina de Segura. Su formación técnica en el sector de la construcción sólo le sirvió inicialmente para trabajar como obrero especialista en una de las muchas empresas que atendían, solícitas, las demandas de los promotores. Pronto, esa cualificación profesional le sirvió para trabajar –tras ser uno de los agraciados con el proceso de regularización de emigrantes– como encargado de obra en la misma empresa. La relativa seguridad económica alcanzada le animó a traerse a España a su compañera, Martha, y a su hijo, Klever, y le permitió negociar con un banco un préstamo hipotecario, por valor de 120.000 euros, que cubría el coste de la vivienda que se disponía a comprar en Molina. Años después, sin embargo, Klever atisbó que el negocio de la construcción empezaba a ir en declive. El cierre de tantas y tantas empresas del sector le alcanzó de lleno, y los ingresos del paro –más los que aportaba Martha, que pudo lograr trabajo atendiendo a una pareja de ancianos en régimen de internado– sumieron al matrimonio en los límites de la pobreza, pues no eran suficientes para satisfacer las necesidades vitales mínimas y para atender el pago de los 800 euros mensuales del préstamo hipotecario, que superaba en cuantía al valor real de mercado de su vivienda.

Los sucesivos impagos de la cuota mensual estipulada con la entidad financiera condujeron a un expediente de desahucio. La dramática situación por la que atravesaba la familia era motivo de comentarios en las reuniones de ésta.

Un día, Klever, que ya estaba escolarizado en la ESO, informó a sus padres de que en su instituto, en la asignatura de Educación para la Ciudadanía, se comentó que el artículo 47 de la Constitución Española garantiza el acceso de una vivienda digna «a todos los españoles», por lo que inmediatamente pasó por las mentes de sus progenitores la idea de que quizás no fueran los destinatarios de esos derechos, por su condición de inmigrantes. Pero la realidad era otra. A través de la Plataforma de personas afectadas por las hipotecas (que se había implantado, asimismo, en El Palmar) surgida en su localidad, pudieron saber que eran cientos las familias (también españolas) que se encontraban en su misma situación. Martha y Wilson conocieron la fórmula de la denominada ´dación en pago´, por la que, al igual que en países como EE UU y Suiza, la entidad financiera prestamista aceptaba, como fórmula para saldar la deuda, el quedarse con la vivienda, condonando aquélla y, en algunos casos, permitiendo a la familia deudora disfrutar de la casa en régimen de alquiler. Y lamentaron que los bancos y cajas españoles no fueran receptivos a esa posibilidad.

Pese a ello, a día de hoy, ambos han trocado su actitud inicial de resignación y pesimismo por una postura de militancia activa en defensa de sus derechos. El expediente de desahucio, lento pero inexorable, sigue su curso, aunque el hecho de sentirse arropados por tantas y tantas personas (en la Región, unas 5.000) en su misma situación les ha supuesto una inyección de moral. La lucha por la dignidad personal y por la defensa de sus derechos anima a Martha y Wilson a alejar de sus mentes la imagen de sus enseres personales en la puerta de la casa.

P.S. El caso de Martha, Wilson y Klever es producto de una ficción. Los hechos y personajes descritos no son reales. Pero el drama de los desahucios por impago de hipotecas sí es una triste realidad, actual y cotidiana, en esta Región.