jueves, 26 de noviembre de 2015

El profesor Egea Bruno disertó en Murcia sobre el Hospital Universitario ‘Federica Montseny’, que acogió en su día a las Brigadas Internacionales.

Ubicado en el claustro de la Facultad de Derecho de Murcia, ese centro sanitario de la capital murciana fue un referente en avances médicos y  expresión de la solidaridad internacional con la  Segunda República.

Diego Jiménez/Murcia.- En la noche del pasado miércoles, dia 25, el Salón de Grados de la Facultad de Derecho de Murcia fue, una vez más, el escenario de una actividad memorialista. Pedro María Egea Bruno, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Murcia (UMU) -y a quien tuve el honor de presentar-, expuso una conferencia sobre el Hospital Universitario  ‘Federica Montseny’, que se ubicó en el claustro de la Facultad de Derecho y que fue centro de acogida de las Brigadas Internacionales.   La charla se inscribe en uno de los actos que, durante todo este año 2015,  ha desarrollado la Universidad de Murcia para conmemorar el centenario de esa institución docente y que ha venido coordinando Eva Santos, como responsable de Cultura de la misma.
En la mesa, de izquierda a derecha, Eva Santos, coordinadora de Cultura de la UMU,  un servidor, y Pedro María Egea Bruno, catedrático de Historia Contemporánea de la UMU. (Foto: Rufino Garrido)
Ante una sala ocupada por un público expectante, destacando, entre otras personas, Bruno Moreno, miembro de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, el profesor Antonio Viñao, y miembros de la Asociación de Memoria Histórica de Murcia-Tenemos Memoria, el profesor Egea Bruno nos recordó que, por ese hospital, que fue un referente de avances en la Medicina de tiempos de guerra, sobre todo en lo relativo a técnicas de cirugía, transfusión  y ortopedia, pasaron médicos y personal sanitario de varios países de Europa e incluso de Estados Unidos. 

De espaldas, Bruno Moreno, miembro de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, y que se desplazó desde Madrid para asistir al acto. (Foto: Rufino Garrido)

El público asistente siguió con interés la exposición (Foto: Rufino Garrido)
La actividad desarrollada en ese centro sanitario es también la expresión de la solidaridad internacional con la Segunda República,  en una Murcia que se convirtió, así mismo, en ciudad de acogida para niños/as desplazados por la guerra así como para algunas de las miles de personas que huyeron, en la conocida como "carretera de la muerte", desde Málaga hasta Almería y Levante, tras la caída de aquella ciudad en manos franquistas.

El profesor Egea Bruno nos informó que, tras la ocupación de la ciudad de Murcia,  a finales de marzo de 1939,  por la IV División Navarra, comandada por Camilo Alonso Vega, los avances médicos experimentados en el Federica Montseny se perdieron,  pues muchos de los sanitarios murcianos colaboradores fueron objeto de la dura represión por parte del bando vencedor.

La  amena exposición, apoyada por un montaje audiovisual, dio paso a un a un animado coloquio.

martes, 24 de noviembre de 2015

PREPARÁNDONOS PARA LA GUERRA

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2015/11/24/preparandonos-guerra/694259.html


El novelista británico George Orwell, en su novela distópica ‘1984’, concebida en el año de su publicación como una dura crítica al régimen estalinista, nos muestra una sociedad dominada por el control de los medios de comunicación y del lenguaje y sometida a la voluntad de instancias superiores que anulan la individualidad y que utilizan como herramientas el lavado de cerebro, la supresión del pensamiento y la manipulación. Esta situación tiene muchos paralelismos con la situación actual, al decir de muchos analistas.

El lingüista y politólogo norteamericano Noam Chomsky, en sus conocidas Diez estrategias de manipulación mediática, alude, entre otros,  a hechos como la maniobra de distracción, consistente en desviar la atención pública con información insignificante; la gradualidad en la imposición de medidas radicales e inaceptables, para evitar la rebelión social, y el predominio del pensamiento emocional sobre el pensamiento crítico, con lo que la población queda a merced de ideas, miedos, deseos y comportamientos impulsivos y sin fundamento.

Todas estas reflexiones me vienen a la mente estos días tras los recientes y brutales atentados de París y el tratamiento informativo de los mismos. Lo primero que salta a la vista es la machacona repetición de imágenes que tratan de apelar, precisamente, a esa dimensión emocional a que hace referencia Chomsky, pero alejada del pensamiento crítico y de un análisis de la situación que pondría en cuestión las causas que se esgrimen para entender esa masacre. Causas que  hay que buscarlas estos días fuera de los circuitos informativos convencionales. A título de ejemplo, voy a exponer algunas.

1. El ISIS (o Daesh) ha aludido en un vídeo que Sykes-Picot se ha acabado. Según nos recuerda la periodista Olga Rodríguez, ese acuerdo fue suscrito de forma secreta en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, entre Francia y Reino Unido, para repartirse el control del Oriente Próximo en caso de victoria militar: Francia ejercería el control sobre los actuales Siria y Líbano, y Reino Unido sobre la Transjordania (actuales Jordania y Cisjordania), Palestina e Irak. Primer dato: hay una evidente presencia colonial europea en esa región, que está en el origen de los problemas actuales.   2. Tras el nacimiento del Estado de Israel (1948), Occidente ahogó la posibilidad de que se consolidasen  regímenes árabes moderados (v.gr., el panarabismo de Nasser) dando alas, por el contrario,  al nacimiento de lo que hoy llaman grupos terroristas (Hamás y Hezbollah), precisamente para frenar a aquéllos. Además, Israel ‘amparó’ en los años 70 y 80 a Hamás como contrapeso a los palestinos de Al-Fatah.  3. El apoyo de la CIA, a través de Pakistán, a los grupos de muyaidines (luego, Al Qaeda) que lucharon en Afganistán contra la ocupación soviética fue posible por el dinero procedente de Peshawar,  canalizado a través de los jeques saudíes.  4. El  nacimiento del ISIS es una reacción de los sunitas iraquíes tras la intervención militar del ‘Trío de las Azores’ (Bush, Blair, Aznar) que derribó a Sadam Husein, desmantelando el partido Baaz. Diez años después, los yihadistas del ISIS han establecido su base precisamente en Tikrit, lugar de nacimiento de Sadam Husein.  5. En el derrocamiento de Gadafi, a cargo de la OTAN, tuvo una destacada participación Francia, que vio la oportunidad de ampliar su área de influencia hacia un espacio geográfico de tradicional presencia británica e italiana y con importantes recursos energéticos. Francia y la OTAN no tuvieron inconveniente en apoyar en Libia a organizaciones yihadistas.  6. Es sabido que, a partir de ese momento, hay un flujo de armamento desde Libia hacia Siria, con dinero procedente de Arabia Saudí y Qatar, con entrada por Turquía (país miembro de la OTAN).  7. La crisis de Ucrania ha escenificado el enfrentamiento entre EEUU-UE y Rusia, con el apoyo de Putin al régimen de Al Assad en Siria.  8. Es conocido también el apoyo occidental a los combatientes del Ejército Libre Sirio (FSA) y al Frente de la Victoria para el Pueblo de la Gran Siria  (NUSRA), que coinciden con el ISIS en su deseo de derribar del poder al presidente sirio. 9. Con todo, destacados analistas dudan de que los bombardeos franceses y norteamericanos vayan dirigidos a las posiciones del ISIS, sino a debilitar la infraestructura económica de Irak y Siria, incluyendo fábricas y refinerías de petróleo. 10. Francia, a través de su titular de Defensa,  invocó el artículo 42.7 de la UE para pedir apoyo a los demás países en la lucha contra el ISIS no sólo en Irak y Siria, sino también en operaciones militares exteriores, sobre todo en África. Ello nos introduce en una espiral bélica de impredecibles consecuencias. Como dijo hace unos días Íñigo Sáez de Uriarte, no necesitamos un George Bush francés.


En resumen, manipulando y ocultando la información, se nos está preparando para aceptar como un mal menor la guerra. Nos han dicho que el esfuerzo bélico justificaría el incumplimiento de los techos del déficit público. Lo que no han dicho tan claramente es que el sacrificio que se pide a la población se traduciría claramente en más recortes, en  libertades y en gastos sociales. 

martes, 10 de noviembre de 2015

UN DESTINO PARA LA CÁRCEL VIEJA DE MURCIA

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2015/11/10/destino-carcel-vieja/691014.html

Personas concentradas ante la Cárcel Vieja de Murcia

El pasado miércoles 28 de octubre las puertas de la Cárcel Vieja de Murcia se abrieron de nuevo, tras 35 años cerradas. En acto convocado por la Asociación de Memoria Histórica de Murcia (MHMU)-Tenemos Memoria, un grupo de personas la visitó junto a dos veteranos luchadores antifranquistas próximos a los cien años de edad y que fueron sus ´inquilinos´: José Fuentes Yepes, exoficial del Ejército republicano, y José Castaño, maestro republicano depurado por el franquismo. En la fachada del edificio, se expusieron sendos listados en los que figuraban 282 nombres de personas fusiladas en Murcia así como los de 285 murcianos que murieron en los campos de exterminio nazi de Mauthausen y Gusen 2.  A los pocos días, esos listados fueron arrancados por una mano anónima y, en su lugar, fueron colocadas unas esquelas recordando a algunas de las víctimas de lo que algunos denominan ‘terror rojo’.
MHMU-Tenemos Memoria quiso reivindicar que en la futura remodelación del edificio se destine un espacio para recordar a las víctimas del franquismo que sufrieron y murieron dentro de ese recinto carcelario.  En el Pleno municipal del día 29 de octubre estaba previsto debatirse una Moción en ese sentido, que, auspiciada por esa asociación memorialista, iba a ser defendida por Ahora Murcia, Cambiemos Murcia y PSOE. La posible defensa y votación de una moción alternativa por parte de Ciudadanos y PP motivó la retirada de aquélla por parte de los grupos proponentes. Y es que la derecha sigue alegando varios motivos  para justificar, en la práctica, la no aplicación de Ley de Memoria Histórica de 2007. El primero de ellos, recurrente, es el de no reabrir las heridas del pasado. Pero difícilmente pueden curarse heridas que no han cicatrizado nunca desde que la Transición hiciera borrón y cuenta nueva del ominoso periodo franquista.  
Como es sabido, los requerimientos de la ONU al Estado español para que, de oficio, se exhumen las miles de fosas comunes dispersas por nuestra geografía han sido ignorados por el Gobierno. Una segunda cuestión, también recurrente, tiene que ver con el ya citado ‘terror rojo’. Fruto de la ira popular, la frustración y el secular sentimiento de explotación y opresión del pueblo llano por parte de las clases dirigentes y de algunos sectores de la  Iglesia, es innegable que éste existió. Junto a las matanzas de religiosos y otros elementos afines a los sublevados, el asalto a la cárcel de Murcia el 13 de septiembre de 1936 y el fusilamiento de diez condenados a la última pena en los patios de ese recinto, sin que esas sentencias llegaran a ser cumplimentadas por el Gobierno republicano, es uno de los ejemplos de ello. Como el fusilamiento, el 19 de octubre de 1936, en los muros del cartagenero cementerio de Los Remedios, de 49 personas presas en la cárcel de San Antón (la conocida ‘saca de los 49’), a consecuencia de la ira popular desatada tras uno de los más de 100 bombardeos que la ciudad portuaria hubo de soportar a lo largo de la guerra. Con todo, hay una desproporción evidente, cuantitativamente y en su duración, entre la represión franquista y la practicada por elementos de las milicias durante la Guerra Civil, según aclara Carmen González [1].
Como demostré en mi artículo ‘Cuarenta años de impunidad’, publicado en  LA OPINIÓN el pasado 13 de octubre, las cifras de víctimas del franquismo en Murcia exceden con mucho a las del terror rojo. Fuensanta Escudero Andújar eleva a un total de 543 las ejecuciones registradas en la prisión de Murcia entre 1939-1942 [2], a lo que hay que sumar las violaciones colectivas practicadas en ese recinto por parte de elementos falangistas, las vejaciones, las humillaciones,  y las delaciones por parte de los mismos presos, hasta el extremo que, según Isabel Marín Gómez [3]la prisión provincial de Murcia llegó a constituirse en “uno de los regímenes carcelarios más duros de toda la posguerra española.” El sufrimiento en esa prisión se prolonga más allá de los primeros años de la posguerra. En los años 70, ya en los estertores del franquismo, muchos luchadores antifranquistas dieron con sus huesos en esa cárcel, como lo atestigua el testimonio de mi amigo C.C., preso por un delito de asociación ilícita (organizar el sindicato CCOO en la Región, junto con otros conocidos sindicalistas del momento), tras los informes emitidos en su contra por la Brigada Político Social del régimen.
Por ello, porque es preciso recordar a quienes sufrieron tras los muros de esa prisión, a los murcianos asesinados en Mauthausen  y a los esclavos del franquismo, que sufrieron penalidades sin cuento o perdieron la vida en los campos de concentración de Totana, Albatera, en las  obras del El Cenajo…, la asociación MHMU-Tenemos Memoria no va a cejar en su empeño de que la vieja cárcel de Murcia albergue un espacio para la Memoria Histórica. Algo que es posible y deseable. Hay ya propuestas museísticas diseñadas en ese sentido, como la publicada por Francisco J. Medina Albaladejo,  profesor murciano de la Universidad de Valencia [4].  Sólo es cuestión de voluntad política. Las víctimas del franquismo y sus familias, junto a las del bando sublevado, merecen ser recordadas. Sólo así se cerrarán de verdad las heridas del pasado.

[1] González Martínez, Carmen: Guerra civil en Murcia. Análisis sobre el poder y los comportamientos colectivos. UMU, 1999
[2] Escudero Andújar, Fuensanta: Dictadura y oposición al franquismo en Murcia. Editora Regional-UMU, Murcia, 2007
[3] Marín Gómez, Isabel: El laurel y la retama. 1939-1952, UMU, Murcia, 2004.
[4] Medina Albadalejo, Francisco J: La recuperación y puesta en valor de elementos arquitectónicos de carácter histórico como medio para el enseñar el pasado. El caso específico de la Prisión Provincial de Murcia. Máster en dirección y gestión de recursos histórico-culturales. UMU.