martes, 24 de abril de 2018

Médicos y medicinas de Cub Vs misiles bonitos

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2018/04/24/medicos-medicinas-cuba-vs-misiles/916350.html


La guerra que devasta Siria, que según la ONU ha destruido el 90% del país y ciudades como Alepo, hoy un montón de escombros,  es una consecuencia directa,  y a su vez una continuación, de la desmembración de Iraq y Libia, hoy Estados fallidos como consecuencia del juego de intereses cruzados de carácter geoestratégico por parte de las grandes potencias, fundamentalmente EEUU y Rusia, que dilucidan en estos escenarios de Oriente Próximo su rivalidad sin llegar al enfrentamiento directo. Estamos, pues, en lo que muchos analistas, a la vista de la multitud de conflictos bélicos que se libran en esa zona del mundo y en el continente africano, consideran una tercera guerra mundial solapada.  

Empecemos con la guerra de Siria. La simplificación que de la misma se viene haciendo frecuentemente, achacando la responsabilidad directa a la maldad intrínseca del régimen de Bachar Al Asad, no se sostiene. Aunque bien es cierto que el conflicto tuvo su punto de arranque en la ‘primavera árabe siria’, allá por el 2011, en la guerra que asola este país, otrora estable, próspero y de los más aperturistas del mundo árabe, se dan cita, como en un partido de fútbol, dos equipos: en el de EEUU (con sus aliados europeos de la OTAN) juegan claramente Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, con Israel cerca, ‘viéndolas venir’, pero para el que su preocupación máxima sigue siendo aplastar a los palestinos. 

En el de Rusia, como es sabido, se alinean Al Asad, Irán, Iraq y Hezbolá. Otros actores en la zona son los kurdos, que han venido luchando contra el ISIS pero que, a su vez, han sido atacados por Turquía. Este país se mueve entre dos bandos: potencial aliado de Occidente, por su pertenencia a la OTAN y por su carácter de Estado ‘gendarme’ encargado de controlar el flujo de refugiados sirios, ha venido beneficiándose, hasta ahora, del petróleo de contrabando que venía extrayéndose de los campos controlados por el Estado Islámico en Siria y NW de Iraq. El cinismo en estado puro. 

Hay, además, en este conflicto, actuaciones que rozan la paranoia, como el indisimulado apoyo que ha venido prestando el wahabismo saudí, de raíz suní, a los yihadistas combatientes en territorio sirio, autores, no lo olvidemos, de los salvajes atentados en suelo europeo, y la asistencia sanitaria de hospitales israelíes a combatientes fundamentalistas cercanos a la frontera de Siria con el Líbano. 
Por si el avispero sirio no fuera suficiente, otro conflicto de la zona, el del Yemen, la convierten en un polvorín. Y como en el caso sirio, chocan los intereses cruzados de Arabia Saudí e Irán, pues los saudíes y sus aliados consideran vital la victoria en Yemen para contrarrestar la creciente influencia iraní. El frente de guerra apenas se ha movido unos 100 kilómetros en estos últimos años, y las tropas gubernamentales yemeníes están expuestas a los ataques de los rebeldes huthíes, que cuentan con el apoyo de las monarquías petroleras del Golfo, mientras la población agoniza entre enfermedades y falta de alimentos. 

Las consecuencias de estos conflictos son aterradoras. En Yemen, el número de personas que pasa hambre ha aumentado un 68% y alcanza casi los 18 millones, pues los alimentos que llegan son cada vez más caros. En Siria, y según cifras de Telesur, han fallecido ya 400.000 personas, contándose con 11 millones de desplazadas, 6 millones internamente y 5 millones de refugiadas en otros países, siendo las mujeres y niños/as las principales víctimas. 

En este contexto bélico, la responsabilidad occidental es evidente. Pero dejemos de lado, por ahora, a Trump, un estadista de cuya capacidad mental hay que dudar cada día. Hablemos de España. La ONG Oxfam nos alerta de que entre 2015 y 2017 nuestro país ha autorizado 202 licencias de exportación de armas a Arabia Saudí, Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Marruecos y Qatar, miembros de la coalición que bombardea el Yemen. Por otro lado, está la reciente la visita a España de Mohammed bin Salman, heredero saudí, que firmó con el Gobierno un total de cinco acuerdos, entre ellos el que da cobertura a la compra de cinco corbetas a fabricar en los astilleros públicos de Navantia de Ferrol y Cádiz por un importe de 2.000 millones de euros. Acuerdo al que acompaña otro por el que la Armada española se encargará de formar e instruir a 700 marinos saudíes. 

Y como reflexión final, el ‘regalo’ con el que Trump,  Theresa May y Macron obsequiaron al pueblo sirio: esos misiles bonitos e inteligentes que contribuyeron a aumentar la evidente devastación del país. Dejando de lado la autoría del ataque con armas químicas, y si éstas –como ya ocurriera con las armas de destrucción masiva de Sadam Husein-  existen o no y están en poder de Al Asad o de los grupos rebeldes, lo cierto es que la perversión y manipulación del lenguaje, y más cuando se está tratando de temas bélicos, hacen que el horror se constituya en un mal menor justificable. Sobre todo, cuando éste parte de Occidente. 

Empero, nada se dice de que el denostado, por dictatorial, gobierno cubano ha establecido relaciones de cooperación con el gobierno sirio para la provisión de medicinas y ayuda personal. Desde 2016, y sobre todo desde los últimos ataques con misiles, esa ayuda se ha concretado en lo siguiente: 2.000 médicos cubanos, 1.680 enfermeras/os, 35 técnicos de laboratorio, 2.000 toneladas de medicamentos y más de 25.000 dosis de vacunas, pues más de 11 millones de personas precisan hoy de ayuda humanitaria. Pero, tras la reciente elección de Miguel Díaz-Canel como presidente de Cuba, se seguirá tildando de dictadura el régimen de ese país. Una dictadura que provee ayuda humanitaria. Eso se omite interesadamente. Porque nos quieren convencer de que la democracia se defiende mejor con bombas.
Diego Jiménez  @didacMur

domingo, 15 de abril de 2018

El Ateneo Republicano de Murcia y asociaciones memorialistas de la Región homenajean, ante el Pabellón de los Caídos por la Libertad del cementerio de Espinardo, a las personas fusiladas por el franquismo


Se tributó también un homenaje a las Brigadas Internacionales, ante el pabellón existente en dicho cementerio

Diego Jiménez/ Murcia.  Como viene siendo habitual desde hace 23 años, el pasado día 14 de abril de 2018,  en el que se conmemoraba el 87 aniversario del advenimiento de la Segunda República Española, asociaciones memorialistas de algunos puntos de la Región se dieron cita en el cementerio de Espinardo para, ante el Pabellón de los Caídos por la Libertad, rendir un homenaje a las personas fusiladas por el régimen franquista. 

Panteón de los Caídos por la Libertad
 

Pepe Sánchez, presidente del Ateneo, presenta el acto.


Ante el monolito erigido en la fosa que alberga los restos de casi cuatrocientas personas represaliadas se congregaron personas de Murcia, Archena, Molina de Segura, Alhama de Murcia, Mazarrón…, que acompañaron a familiares de algunos represaliados que se hallaban presentes en el acto y depositaron ramos de flores con los colores de la bandera republicana. Al lugar concurrió una amplia representación de la Asociación de Memoria Histórica de Murcia (MHMU-Tenemos Memoria), cuyas personas integrantes recorrieron a pie, esa mañana, el trayecto que media entre la Cárcel Vieja y el cementerio.Las distintas personas intervinientes en el mismo fueron presentadas por Pepe Sánchez, presidente del recientemente constituido Ateneo Republicano de Murcia. 

 
María Jesús, presidenta de MHMU
María Jesús, presidenta de MHMU-Tenemos Memoria, dio la bienvenida a las personas asistentes y se congratuló de que cada año sean más las personas que se adhieren a esta celebración. Por su parte, Floren Dimas, representante de AGE (Archivo, Guerra y Exilio), hizo un repaso a la génesis de ese pabellón, surgido de la voluntad de los familiares de las víctimas de impedir que los restos de éstas fueran a parar a un osario común. Lamentó la ausencia en esta celebración de los sindicatos de clase y se congratuló de la receptividad que empiezan a mostrar hacia las reivindicaciones memorialistas las formaciones políticas de izquierda de la Región, tras años en que las mismas parecían no figurar en sus agendas.  José Luis Álvarez-Castellanos, coordinador de IU Verdes de la Región de Murcia, y Josetxu Durán, secretario general del PCE de la Región de Murcia, dirigieron unas palabras a las personas asistentes.   




Se vivieron momentos muy emotivos, como cuando Antonio Sánchez recordó a Marcos Ana, el preso político que más tiempo permaneció en las cárceles franquistas, con la lectura de un poema de su libro Decidme cómo es un árbol


Floren Dimas, representante de AGE
Así mismo, la intervención de Manuel López Ruiz, hijo del republicano fusilado Pío López Rubio en 1941, cuando él tenía sólo cuatro años, fue un momento especialmente emotivo. Con lágrimas en los ojos, Manuel pudo explicar cómo ese hecho marcó su vida y la de su familia. Especialmente duro fue el momento en que recordó su expulsión del colegio por no querer vestir la camisa azul falangista. 


 Antonio Martínez, familiar de otro de los fusilados de la fosa de Espinardo, su tío abuelo, se enteró de los actos del cementerio de Espinardo a través de su contacto con MHMU-Tenemos Memoria, y se desplazó desde Villajoyosa (Alicante) para colocar una foto de su familiar en el monolito que recuerda a los Caídos por la Libertad. 


Hubo palabras de recuerdo y agradecimiento a los republicanos murcianos recientemente fallecidos José Fuentes Yepes y José Castaño, que, meses antes de morir, fue homenajeado en Murcia por el Colegio que lleva su nombre. Ambos habían recibido de manos de la Asociación de Memoria Histórica de Murcia sendas copias de sus expedientes de condena y prisión, extraídas del Archivo General de la Región de Murcia.


Intervinieron también Diego Jiménez, miembro de MHMU-Tenemos Memoria y del Ateneo Republicano de Murcia, y Joaquín López, también integrante de MHMU y secretario de la Federación Regional de Asociaciones memorialistas. Jiménez recordó su visita en el pasado mes de julio a Paco Griéguez, uno de los dos supervivientes murcianos de Mauthausen (el otro es Juan Aznar, de Barranda), en su domicilio en Gardanne (sureste francés), en el transcurso de la cual abrió el paquete que contenía la placa homenaje remitida desde Murcia por Tenemos Memoria, encuentro que calificó de histórico, al tiempo que reivindicó el cumplimiento del acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de Murcia para erigir un monolito a los 85 murcianos del municipio deportados a los campos de exterminio nazis, reivindicación que hizo extensiva  asimismo a la Asamblea Regional para el merecido homenaje a los más de 500 personas de la Región que penaron en dichos campos de la muerte. 


Por su parte, Joaquín López dio lectura a una emotiva carta remitida desde Gardanne, el domicilio de Paco Griéguez, por Juana, su compañera, agradeciendo vivamente la recepción de la placa-homenaje arriba citada. Dicha carta, que había sido escrita en francés, fue traducida al español por una compañera de MHMU-Tenemos Memoria.

Las personas asistentes posan, al finalizar el acto, ante el Panteón de los Caídos por la Liertad.


Tras los actos ante el Pabellón de los Caídos por la Libertad, las personas asistentes se trasladaron al de las Brigadas Internaciones, donde depositaron también ramos de flores con los colores de la enseña republicana. Posteriormente, la comida de confraternización puso fin a los actos de esa mañana. 

Panteón de las Brigadas Internacionales


En Murcia capital la manifestación de esa tarde convocada por PCE Región de Murcia, IU Verdes y las JJ. Comunistas puso el broche a una semana de celebraciones republicanas, que ha contado con actos en muchos municipios de la Región: Cartagena, Mazarrón, Archena, Molina de Segura, Cieza, Calasparra, Fortuna…


En la capital,  organizadas por MHMU-Tenemos Memoria, el Ateneo Republicano de Murcia y la Federación Regional de Asociaciones de Memoria Histórica, la Semana Republicana contó con las intervenciones de Pedro María Egea Bruno, que disertó sobre la Segunda República en Murcia; con Juan Eladio Palmis, que presentó su libro Blanca de Guerra; con Antoñio Viñao, que disertó sobre Una lectura actual de la Educación en la Segunda República, y con la charla final de Fuensanta Escudero, sobre la Mujer murciana en ese periodo histórico. 

(Nota. Todas las fotos están extraídas del muro de Facebook de José Luis López Mesas)




martes, 10 de abril de 2018

¿Qué más tiene que ocurrir? República ya

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2018/04/10/ocurrir/912391.html

"La imagen de cuatro ministros del PP, junto a curas y militares, en la procesión de los legionarios de Málaga, entonando el himno fascista El novio de la muerte dice muy a las claras, amén del tufo de nacionalcatolicismo con olor a sacristía y espíritu cuartelario, en manos de quiénes estamos".



 
Dicen algunas personas que son fieles a mi cita quincenal con LA OPINIÓN que valoran de mis escritos el tono respetuoso, comedido, nada rayano en el insulto, pero, a su vez, no exento de contundencia y de vehemencia cuando es necesario. Hoy voy a continuar en esa línea de vehemencia, pero con una alta dosis de cabreo. En mi columna de hace quince días hablaba de la deriva autoritaria del Estado, aportando hechos concretos como el recorte de las libertades ciudadanas, la ¿sólo torpeza? con que magistrados, fiscales y el Gobierno están conduciendo el tema catalán, y la inhibición del Ejecutivo para dar cumplimiento a lo estipulado en la Ley de Memoria Histórica. Los hechos acaecidos estos últimos días me han dado la razón y vienen a acrecentar la sensación de que, cada vez más, vivimos en un Estado fallido. 

Empecemos por el affaire de Cristina Cifuentes. A las muchas irregularidades que se van conociendo sobre el máster que nunca debió obtener se suma la última denuncia del medio que ha destapado todo el asunto, eldiario.es: la todavía presidenta de la Comunidad de Madrid sacó tres sobresalientes y dos notables en asignaturas impartidas antes de que ella se matriculara en las mismas. Una de sus profesoras, además, ha confesado que el tribunal de ese máster era un fraude. Y la situación es grave porque este fraude y los innumerables casos de corrupción que salpican al PP demuestran que este partido, una banda de amiguetes organizada para delinquir, ha hecho del engaño, la triquiñuela, el desprecio a la ciudadanía y la patrimonialización de lo público su forma de medrar en política, subsistir y aferrarse al poder. 

Otro asunto. La imagen de cuatro ministros del PP, junto a curas y militares, en la procesión de los legionarios de Málaga, entonando el himno fascista El novio de la muerte dice muy a las claras, amén del tufo de nacionalcatolicismo con olor a sacristía y espíritu cuartelario, en manos de quiénes estamos. No sé ustedes, pero la sensación de bochorno y vergüenza que sentí al enterarme de la noticia sólo fue superada por la indignación que, como ciudadano de un país civilizado, me produjo tan impúdica exhibición de adhesión a unos valores militaristas rancios y trasnochados que creíamos del pasado. Porque si hay un cuerpo militar que personifica más nítidamente los esquemas machistas, autoritarios y retrógrados, ése es la Legión. La misma que, a las órdenes de Franco, aplastara en octubre de 1934, a sangre y fuego, la revuelta asturiana. La misma que hace de la apología de la muerte su razón de ser. 

Ministros cantando el himno de la Legión; banderas ondeando a media asta por la muerte de Cristo en estos pasados días de Semana Santa; profusión y empacho de información sobre los desfiles bíblico-pasionales en la TV pública; indisimulada profesión de fe de los miembros de la Familia Real en actividades que, en todo caso, debieran revestir el carácter de privadas; inmatriculaciones por la Iglesia de parte del patrimonio que debiera ser público; aumento de los conciertos educativos a colegios de religiosos y religiosas que siguen segregando por sexo, etc. Hay, en efecto, un regreso al nacionalcatolicismo más rancio, sutilmente introducido en nuestra vida cotidiana por estos delincuentes disfrazados de políticos a los que aún permitimos (¿por cuánto tiempo?) que lleven las riendas del país.

En otro orden de cosas, el ridículo que, a escala europea, están protagonizando el Gobierno, nuestro sistema judicial y la Fiscalía del Estado, como inductora de unas acusaciones sobre los dirigentes del procés que no son vistas con la misma gravedad por los magistrados de Bélgica y Alemania, debiera llevarnos a la conclusión de que esta concatenación de hechos y la especial saña que se ha proyectado sobre esos políticos roza ya lo permisible a un Gobierno que ha venido practicando la 'catalonofobia' como granero de votos. Quien siembra, cosecha: las gravísimas declaraciones de Federico Jiménez Losantos alentando el terrorismo (esta vez sin castigo) son producto del clima belicista desatado contra Cataluña. 

Acabo de regresar de una estancia fugaz en la bella ciudad de Barcelona y lo que he detectado en las gentes es un deseo de seguir adelante, conscientes de que los sucesivos resbalones del Estado central con respecto al tema catalán coexisten (yo no lo pongo en duda) con un cierto proceso rupturista del que una buena parte de la sociedad catalana participa. Porque que los árboles no nos impidan ver el bosque: las movilizaciones de octubre en Cataluña y las que están por venir anticipan, quizás, una quiebra ya más que evidente del Estado de la Transición, de la que Cataluña ha constituido una avanzadilla. 

Si a estos hechos sumamos el deterioro de la imagen de la monarquía borbónica, por los roces, nada disimulados estos días, entre la reina actual y la emérita, junto a la reactivación de las movilizaciones sociales, como las Mareas, el despertar de la lucha por la igualdad efectiva de derechos de la mujer con el hombre, y las reivindicaciones de los pensionistas podemos colegir que todos estas situaciones están abriendo brechas en un Régimen de la Transición que hoy está haciendo aguas por todas partes. 

Si este Régimen resiste es debido a que el partido mayoritario de la oposición, el PSOE, en lugar de encabezar valientemente una alternativa de cambio, se está escudando en una posición acomodaticia haciendo causa común con quienes sienten aversión a modificar el statu quo. Por ello, cuando van a cumplirse 87 años del advenimiento de la Segunda República Española, quienes pensamos que esta situación es insostenible debemos empujar en la búsqueda de una alternativa rupturista, con la apertura de un proceso constituyente en clave republicana. Porque ¿qué más tiene que ocurrir para que éste cristalice?