miércoles, 30 de abril de 2014

El pasado día 30 de abril arrancó en Murcia la recogida de firmas de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el Empleo Digno y la Renta Básica

Personas de la Comisión promotora instalaron una mesa a la entrada de la Oficina del SEF (Servicio Regional de Empleo y Formación) en Ronda Norte.

Diego Jiménez/Murcia. 30 abril 2014

En la mañana del pasado 30 de abril se inició en Murcia la recogida de firmas que pretende llevar al Parlamento una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por el Empleo Digno y la Renta Básica, iniciativa de ámbito estatal.  Miembros de la Comisión Promotora, que instalaron una mesa a la entrada del SEF (Servicio Regional de Empleo y Formación), tras leer un comunicado justificativo de la iniciativa, expusieron pliegos de firmas en la puerta de dicha oficina, situada en la céntrica calle Ronda Norte de la capital.



A mediodía, unas cincuenta personas permanecían en dichas dependencias, apoyando la iniciativa, y eran bastantes las que se detenían a interesarse por la misma y estampar su firma.  Al tiempo, muchos automovilistas expresaban el apoyo haciendo sonar el claxon. 

La campaña tiene como soporte el conocido eslogan 'Pan, Trabajo y Techo', el que arropó las Marchas por la Dignidad que confluyeron en Madrid el pasado día 22 de marzo. 

martes, 29 de abril de 2014

RECONOCIMIENTO A NUESTROS ANTEPASADOS MORISCOS

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/04/29/antepasados-moriscos/555058.html


Desde mi picoesquina

Reconocimiento a nuestros antepasados moriscos

Se apellidan Loubaris (de Olivares), Bargachi (de Vargas) Buano (de Bueno), Sordo, Denia, Lucas... y constituyen cientos de familias en Tetuán, en Rabat y en Fez, las ciudades de Marruecos donde, como en la vecina Túnez,  fueron acogidos tras su expulsión. Pronto se constituyeron en la aristocracia urbana. Y hoy, cuando se cumplen los cuatrocientos años de la salida del Reino de Murcia de las últimas familias de  nuestros antepasados moriscos, es justo prestar atención a quienes reivindican el mismo trato que el Gobierno español está dispuesto a otorgar a los descendientes de aquellos judíos sefardíes expulsados de España por decreto de los Reyes Católicos de marzo de 1492. La nueva reforma del Código Civil español permitirá a los sefardíes pedir la nacionalidad española sin que ello suponga renunciar a la suya de origen.  Por ello, Bayib Loubaris, presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes (como en Marruecos se designó a los descendientes de los moriscos), exige  que el Estado español reconozca el mismo derecho para el resto de expulsados, los moriscos; de lo contrario, afirma, “su decisión sería racista".

Como es sabido, los moriscos eran descendientes de las personas que en Al-Andalus profesaban la religión musulmana y fueron bautizados a comienzos del siglo XVI. Con el inicio de la llamada Reconquista, se respetó  -por necesidades económicas en muchos casos-  la religión de la mayoría de los pobladores de Al Andalus (los mudéjares). Las conversiones al cristianismo, forzadas en la mayoría de los casos, se producen después de la conquista del reino de Granada, aunque al comienzo se les había prometido respetar su religión. El cardenal Cisneros, al dejar sin efecto la tendencia a la asimilación religiosa y cultural del arzobispo de Granada Hernando de Talavera, es el artífice de la conversión de los mudéjares granadinos (Pragmática del 14 de febrero de 1502), seguidos de los castellanos y aragoneses. A principios del siglo XVII, España contaba con 325.000 moriscos (4%) sobre un total de 8 millones de habitantes de población (En el reino de Murcia, sobre una población total de 100.000 habitantes,  15.000 eran moriscos, de los cuales 13.500 vivían en el Valle de Ricote).

Esta minoría étnica terminó siendo expulsada en 1609 por el gobierno del duque de Lerma, valido del rey Felipe III, en un número aproximado de 300.000 personas. ¿Cuáles fueron las causas? En realidad, en el decreto  de 1609 puede hablarse de un conjunto de motivaciones, a las que no eran ajenas el temor de que los moriscos se aliaron con el Imperio Otomano para una nueva invasión. Siempre había habido partidarios de la expulsión de la comunidad morisca, quienes encontraron un momento propicio cuando era precisa una victoria moral que compensara la obligada Tregua de los Doce Años (1609) con los rebeldes protestantes holandeses. En ese momento, a pesar de la crisis económica –de la que incluso se acusaba incluso a los moriscos-, el Estado disponía de medios para efectuar esa expulsión. La medida puede ser entendida, además, como un cierto complejo hispano de inferioridad respecto a Europa, que nos consideraba un país de moros y judíos. Las consecuencias económicas de la expulsión fueron indudables: la desaparición de un grupo de personas trabajadoras en la artesanía y en el campo, en zonas de regadío, al afectar a la red de norias, acequias… y en zonas de secano, abandonadas. La nobleza se vio también en parte perjudicada. Al tiempo, los burgueses que tenían censos sobre tierras de moriscos terminaron arruinados.


En lo que respecta a nuestra Región, los representantes del reino de Murcia en las Cortes reivindicaron la permanencia de los moriscos en España, debido a su integración religiosa y social. El monarca hispánico realizó en 1610 una excepción temporal con los murcianos, "por haberse dicho que estaban muy emparentados y unidos con los cristianos viejos y vivían como tales católicos ejemplarmente", según nos expone Antonio Gómez-Guillamón Buendía. Sin embargó,  al decir de este mismo autor, otros informadores acusaban a los moriscos murcianos de falsedad en su conversión al cristianismo y de la práctica a escondidas de la religión islámica. El monarca Felipe III optó definitivamente por su expulsión del reino de Murcia, excepto los menores de ocho años y los ancianos enfermos, mediante la resolución del 4 de marzo de 1613, cosa que está bien documentada a partir de los trabajos de cronistas como Govert Westerveld, Ángel Ríos y Luis Lisón, así con la obra Los últimos moriscos del Valle de Ricote, del profesor Flores Arroyuelo. Los moriscos murcianos marcharon al exilio (Norte de África, Orán, Génova, Liorna y Nápoles) por el puerto de Cartagena, entre diciembre de 1613 y enero de 1614. 

Aunque muchos regresarían años después, hoy, al cumplirse los cuatrocientos años de aquella absurda y, sobre todo, dramática medida, es necesario reivindicar la necesaria reparación, no sólo moral, sino también legal, hacia los descendientes de aquellos nuestros antepasados, de quienes hemos heredado tantas cosas que constituyen parte de nuestra identidad, como españoles y, por supuesto, como murcianos. 

lunes, 28 de abril de 2014

La Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) de Murcia logra paralizar un desahucio

La afectada, una vecina con una hija de once años a su cargo, ya ha recibido en ocasiones anteriores la misma notificación judicial.


Diego Jiménez/Murcia, 28 de abril de 2014.-  Ana Fernández, vecina del murciano barrio de Santa María de Gracia con una niña menor de once años a su cargo, ha podido comprobar en la mañana de hoy la fuerza de la solidaridad humana. El desahucio de su vivienda, previsto para su realización en la mañana de hoy, ha sido paralizado, según la notificación telefónica recibida por la PAH de Murcia. Un notable grupo de personas de apoyo de esta Asociación se hallaban concentradas en la puerta de la vivienda desde primeras horas de la mañana y han recibido con satisfacción y alivio, al igual que la afectada, la notificación.



La situación que atraviesa esta mujer está enquistada. Según fuentes de la Plataforma, después de más de un año de luchas continuadas tanto con la Administración Pública como con la entidad financiera  SUMA INVESTMENT, hasta la fecha no ha sido posible encontrar una solución satisfactoria.

Inicialmente, se intentó contactar con esa entidad financiera, sin embargo, afirman “nos encontramos con una oficina cerrada y una empresa que se negó rotundamente a cualquier tipo de negociación, y cuyo único objetivo era quedarse con la vivienda; una vivienda –situada en el centro de Murcia- que SUMA INVESTMENT reclama a raíz del impago de un préstamo personal concedido a Ana hace cuatro años aproximadamente, y cuya suma ascendía a 30.000 €”. Por ello, “no quedó otra opción que recurrir a la Administración Pública, en esta caso la Consejería de Vivienda, a la que se le solicitó una casa del parque público para que Ana y su hija tuviesen una alternativa habitacional tras el desahucio y pudiera continuar con su vida con unas condiciones mínimas”, pero –denuncian- “la Administración Pública encargada de proteger los intereses y necesidades de los ciudadanos, ha demostrado una vez más su ineficacia e incapacidad de respuesta ante una situación de emergencia, sobre todo teniendo en cuenta que hace ya más de medio año que comenzaron los primeros contactos con la Consejería de Vivienda, cuando señalaron el lanzamiento por quinta vez”. Se intentó también la actuación del Servicio de Mediación Intrajudicial, pero encontraron una “rotunda negativa” al uso de este servicio, pues está condicionado a la “adhesión voluntaria” por parte de la entidad financiera.



La PAH denuncia, además,  el “nulo control” que ejerce la Consejería de Vivienda sobre el parque de viviendas existente (o inexistente) en la Región. Y en el  caso de Ana, tras conseguir un principio de acuerdo en el que la Administración iba a conseguir una vivienda para la familia, “nos encontramos con una demora de seis meses durante los que se suceden tres señalamientos de lanzamiento, a pesar de los contactos existentes entre el Juzgado de Primera Instancia Número 5 de Murcia y la Consejería de Vivienda”, afirman.

Finalmente,  tras el último señalamiento del día 24 de marzo de 2014, la Administración se comprometió a entregar a la afectada  antes de esta fecha una vivienda situada en el Barrio de la Paz .  Toda esta espera se debía, según la Consejería y el Ayuntamiento, al acondicionamiento de una segunda vivienda en Los Ramos, donde se iba a trasladar a la familia que habitaba en la vivienda concedida a Ana. Sin embargo, surge un nuevo problema, y es que a día de hoy  “ninguno de estos dos organismos  han cumplido con su trabajo: Ana sigue sin tener alternativa habitacional”.

La PAH de Murcia concluye que esta sangrante situación responde a “la ineficacia y falta de compromiso por parte de las personas que ocupan los cargos de responsabilidad de la Administración, ignorando una vez más su verdadera función, que es administrar y tratar de gestionar de una manera efectiva los problemas que acucian a la ciudadanía”.




domingo, 27 de abril de 2014

El memorialista Juan Francisco Arenas de Soria cerró los actos de las X Jornadas de Memoria Histórica organizadas por el Ateneo de Archena

Asesor de la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, defendió la recuperación de los hechos históricos que han dado identidad a la comunidad autónoma andaluza, para lo que se está discutiendo un anteproyecto de ley.

Diego Jiménez/Murcia.- Con notable asistencia de público en el salón de actos de la Casa de la Cultura de Archena, Juan Francisco Arenas de Soria, historiador, memorialista y asesor de la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, cerró, en la pasada noche del 26 de abril, los actos de las X Jornadas de Memoria Histórica organizadas por el Ateneo de esa localidad.




Su intervención se centró en la exposición del anteproyecto de ley de Memoria Democrática que está impulsando la Dirección General específicamente creada para ello. Se trata, dijo, de “dar un paso más”, en el sentido de realizar un trabajo transversal en el Gobierno andaluz que recupere, no sólo la Memoria Histórica, sino también los valores democráticos reivindicados por la sociedad andaluza, con la referencia, siempre presente, de la II República. A este respecto, evocó la figura del republicano Blas Infante, como “padre de la identidad andaluza”.

Arenas de Soria recordó la consecución del Estatuto de Autonomía de Andalucía de 1982. Y, como pasos previos, la lucha por la conquista de las libertades en ese territorio, con referencias a los casos de Javier Verdejo, joven almeriense asesinado por las fuerzas de orden público en 1971 cuando escribía en un muro la consigna “Pan, Tierra y…”, sin poder acabar de escribir la palabra libertad, y al asesinato también, en 1977, de Manuel José García Caparrós –para el que la Junta concedió en 2013 el nombramiento, a título póstumo, de ‘Hijo predilecto de Andalucía’-, en el momento en que escalaba la fachada de la Diputación Provincial de Málaga para colocar en la misma una bandera andaluza.

 Verdad, Justicia y Reparación

Francisco José Arenas enmarcó el anteproyecto de ley en discusión en las conclusiones  del ‘Informe Joinet’ (ONU) relativo a la impunidad de los autores de las violaciones de derechos humanos. “Verdad, Justicia y Reparación son los ejes del trabajo”, afirmó,  en un anteproyecto de ley consensuado con los colectivos sociales, y que contempla la realización de actuaciones específicas (censo de víctimas, mapa de localización, la fijación de un día de reconocimiento y homenaje a las víctimas, el 14 de junio), la protección de la Memoria (lugares, símbolos y actos contrarios a ella, inclusión de la misma en el currículo escolar, régimen sancionador…) y la colaboración institucional, con Universidades, Centros de Profesores, entidades locales y órganos administrativos de la Junta.

Mapa de fosas comunes

Juan Francisco Arenas comparó las exhumaciones de fosas comunes realizadas en el periodo 1982-2011, en sólo tres lugares de Andalucía –entre ellos, en el cementerio de Málaga- con la labor impulsada por la Junta en el periodo 2012-2014, con muchísimas más actuaciones. Afirmó que se han localizado 618 fosas comunes, pero que les consta que hay más. Los trabajos se realizan, en su mayor parte, con subvenciones a las asociaciones, pero defendió que aquéllos deben ser responsabilidad del Estado. Calculan en 60.000 las personas enterradas en esas fosas comunes en Andalucía. Informó que se están impulsando ‘rutas y senderos de la Memoria’, con 34 actuaciones en dos años.

El cantaor Manolo Cano cerró las Jornadas






Acompañado a la guitarra por el joven guitarrista Blas Infante Martínez, el cantaor Manolo Cano puso el broche final a estas Jornadas memorialistas de Archena con varios cantes (por seguiriya, soleá, malagueña…) que entusiasmaron al  auditorio. Un vino y unos aperitivos fueron el colofón de estas jornadas de reivindicación y convivencia.






sábado, 26 de abril de 2014

CARLOS JIMÉNEZ VILLAREJO: "EL PASADO FRANQUISTA NO HA PASADO, SIGUE ENTRE NOSOTROS"

El exfiscal anticorrupción presentó en Archena, en el contexto de las X Jornadas de la Memoria Histórica, organizadas por el  Ateneo, su libro “Jueces, pero parciales. La pervivencia del franquismo en el poder judicial” ante un numeroso público expectante.

Diego Jiménez/Murcia.- Abrió el acto la presidenta del Ateneo de la Villa de Archena, Rufina Campuzano, ayudada en la moderación en la mesa por Dolores Murcia. La presentación del ponente corrió a cargo del abogado José Molina, archenero afincado en Barcelona, quien, visiblemente emocionado por una presentación audiovisual que repasaba su trayectoria, pasó a exponer algunas pinceladas de la personalidad de Carlos Jiménez Villarejo.



José Molina destacó de él su gran labor desarrollada en la lucha contra la corrupción y su gran compromiso ético y social en una trayectoria profesional que arranca con su ingreso en la carrera fiscal en 1962, pasando por actuaciones como la querella conjunta con el fiscal José María Mena contra los directivos de Banca Catalana, y culminando con su asunción de la Fiscalía Anticorrupción en 1995, con condenas tan señaladas a personajes como Mario Conde, Roldán y Jesús Gil. En 2004, por razones políticas, el PP lo destituyó, y desde ese momento pasó a asesorar a organizaciones como IU, ATTAC, SOS Racismo y a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona.

Intervención de Carlos Jiménez Villarejo
El exfiscal, que centró su exposición en las tesis expuestas en su libro "Jueces, pero no parciales" (escrito en colaboración con Antonio Donate), inició su intervención congratulándose de la celebración de actos por la II República en Archena, pues aquel régimen constituyó la primera gran esperanza democrática de España. Recordó que la Ley 24/2006, redactada en el setenta aniversario de la Guerra Civil, contiene, en su artículo único, un homenaje a la República. Pero esa contienda aún no ha sido superada, a su parecer, pues, afirmó, “el pasado franquista no ha pasado, sigue entre nosotros”.

Emocionados recuerdos
El conferenciante pasó a recordar a todo un conjunto de víctimas del franquismo: las personas ejecutadas por procedimientos sumarios, extrajudicialmente; las eliminadas por penas de muerte en Consejos de guerra sin garantías judiciales; los presos políticos, nunca debidamente rehabilitados; las personas detenidas y torturadas durante toda la dictadura; los guerrilleros antifranquistas…

No se pueden cerrar en falso las heridas
En contraposición al caso español, afirmó que en Alemania se ha constituido una oficina que investiga los crímenes del nacionalsocialismo y “nadie se echa las manos a la cabeza” por ello. Se refirió a Hanna Arendt, investigadora de regímenes totalitarios, que afirmó que estos no están totalmente vencidos, como se constata en el caso español. Ante la pretensión de muchos de “cerrar las heridas” de aquella guerra,  Jiménez Villarejo hizo suya la expresión de alguien que afirmó que “no se pueden cerrar en falso heridas infectadas”.

Inhibición judicial.
Los poderes públicos y el aparato judicial hacen caso omiso a las peticiones de reparación a las víctimas, como lo demuestra el hecho de que las peticiones de muchas personas ascendientes que acuden a los llamados “juicios de revisión” son sistemáticamente rechazadas. La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha desestimado incluso la petición de la nieta del poeta oriolano Miguel Hernández.

Esa misma inhibición puede detectarse en los casos de las desapariciones forzosas. J. Villarejo hizo alusión a un titular de El País que lo demuestra: “Trece asesinados y ningún juez en Espinosa de los Monteros”. Citó así mismo el caso de una mujer que exhuma en solitario, sin ayuda oficial, un total de 15 fosas en el provincia de Palencia. La situación es tan sangrante que llevó a la denuncia de muchos familiares en 2006, en un proceso que condujo a la condena de Baltasar Garzón y a su salida de la Audiencia Nacional.

Denuncias de organismos internacionales
Jiménez Villarejo citó el Informe de Amnistía Internacional, de mayo de 2012, en el que se denuncia la inhibición española en los casos de desapariciones y torturas, lo que, a juicio de esta organización, ha creado una situación de total desamparo judicial.

Por otro lado, la Comisión de Expertos de la ONU, de visita a España en 2013, comparó la situación de nuestro país en este ámbito a la que se registra en países como Nepal y Siria, por lo que, a juicio de esos expertos, en España “la Justicia está ausente”.  La citada Comisión, pues, aconsejaba la creación de un órgano específico para investigar las desapariciones forzadas, cosa que no se ha hecho.

Idénticas recomendaciones había hecho con anterioridad el Consejo de Europa, en 2006, pidiendo la creación en España de una Comisión de Expertos. Todo ha caído en saco roto, haciendo nuestro país “oídos sordos” a dichos requerimientos. Villarejo enfatizó, por ello: “El abandono de las víctimas del franquismo es un fenómeno insólito”. Para añadir algo más: “El derecho a la Reparación de las víctimas es tan fundamental que si España lo sigue violando debería ser sancionada por los organismos internacionales”.

Inhibición, también, y parcialidad de los jueces
Villarejo documentó la inhibición judicial con varios casos. Citó el de Francisco Echevarría, forense del País Vasco, que investiga sobre fosas comunes en Castilla-León, Navarra y País Vasco, en donde podrían haber 5.000 desaparecidos. “Nunca hubo un juez que estuviera presente en estas investigaciones”, afirmó el ponente.

“Los partidos judiciales archivan los requerimientos de la Audiencia Nacional”, denunció, pues de 47 partidos judiciales a los que se enviaron dichos requerimientos sólo lo hicieron siete u ocho. Ante ello dijo que “es una evidencia que sigue habiendo jueces parciales”, para añadir a continuación que la Ley de Amnistía de octubre de 1977 no puede ser invocada para justificar la impunidad de tantos crímenes del franquismo.

Criticó, además, que hasta diciembre de 2007, en que se aprobó la Ley de la Memoria Histórica, no se derogaron las leyes represivas franquistas, ante lo que se preguntó: “¿Por qué se esperó tanto?”.

Recientemente (enero de 2014) el relator de la ONU incide en que el Estado Español debe dar pasos decididos hacia las reivindicaciones de las asociaciones memorialistas.

Jiménez Villarejo concluyó su intervención, con la afirmación de que necesitamos  “otro modelo de Justicia (pues las víctimas del franquismo son las más invisibles) y otro modelo de Estado”, pues, a su juicio, “estamos en una situación crítica”.

Tras la brillante exposición de este jurista, tuvo lugar un animado coloquio que se prolongó hasta altas horas de la noche. 




martes, 15 de abril de 2014

MAESTRAS DE LA REPÚBLICA



         Maestras de la República

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/04/15/maestras-republica/551965.html?fb_action_ids=745953675417792&fb_action_types=og.recommends&fb_source=aggregation&fb_aggregation_id=288381481237582

El día en que retiraron el tabique de madera que separaba en su escuela a los niños de las niñas y éstos salieron juntos a jugar a la terraza, al mismo tiempo que los muchachos mayores descolgaron de la pared el retrato de Su Majestad, es el recuerdo más nítido que María Salvo, militante antifranquista nacida en Sabadell en 1920, conserva del 14 de abril de 1931. Esta reflexión es recogida por María del Carmen Agulló en el libro Maestras de la República (1), obra que, con el patrocinio, entre otros, de FETE (organización sindical con amplia implantación en la Enseñanza durante la Segunda República) y la Fundación Pablo Iglesias, ha sido adaptada a un documental premiado en los recientes Premios Goya. Ante la imposibilidad material de resumir debidamente el denso contenido de una obra en la que han colaborado diez especialistas del tema, intentaré, no obstante, exponer algunas pinceladas de la misma.

El interés por la Educación fue uno de los elementos distintivos de la República surgida de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. La Constitución de 9 de diciembre de 1931, en sus artículos 48, 49 y 50 establecía las directrices de la educación republicana. Basada en el modelo de escuela única y en el principio de igualdad, se caracterizaba por ser pública, laica y obligatoria y gratuita, propugnando la metodología activa, la libertad de cátedra, la inserción en el medio natural y social y la educación para la solidaridad humana.

El ministro de Instrucción Pública, el republicano Marcelino Domingo, y el director general de Primera Enseñanza, el socialista Rodolfo Llopis, reclamarían de inmediato más escuelas y mejores maestros.

Pusieron en marcha el Plan Profesional, que establecía una sólida formación inicial, la formación continua en los Centros de Colaboración y en las Semanas Pedagógicas, y la organización de cursillos de selección para el acceso del profesorado al funcionariado. Las Escuelas Normales se renovaron pedagógicamente, contando con profesorado masculino y femenino. Los maestros y maestras, influidos en su mayor parte por las ideas de la Institución Libre de Enseñanza y su humanismo krausista, habrían de constituirse en el 'alma de la escuela'.

Carmen García Colmenares nos informa de que, al igual que a sus compañeros masculinos, a las maestras, ciudadanas de pleno derecho con la República, se les encargó la misión de educar en los valores de la libertad, igualdad y solidaridad a los niños y niñas que estudiaban en las escuelas mixtas recién implantadas. También se pusieron al frente y colaboraron en las escuelas de adultas, para combatir el 47,51% de mujeres analfabetas existentes, y que sólo en una década disminuiría hasta el 37,6%.

Maestras que, imbuidas por las ideas pedagógicas de Lorenzo Luzuriaga, fundador y director de la Revista de Pedagogía, se desplazaron a zonas rurales en las que el arma más poderosa fue un sencillo lápiz (Carmen María Sánchez). Según Herminio Lafoz, se les mandaba a los peores destinos, y «aunque muchas veces eran recibidas con dureza, demostraron una convicción en sus ideas que hoy nos sigue emocionando». Maestras intrépidas que contribuyen a desmoronar poco a poco el hermetismo rural masculino y la imposición moral del clero rural femenino. Maestras republicanas que impulsaron y participaron activamente en las Misiones Pedagógicas, surgidas bajo la estela del pedagogo Manuel Bartolomé Cossío. Maestras y psicólogas que potenciaron y participaron en las colonias escolares, en plena Guerra Civil, en número de 159 colonias colectivas y otras 406 en régimen familiar. Aunque, cercano el fin de la guerra, a comienzos de 1939, un total de 33.000 niños y niñas de aquellos centros de acogida, pero, sobre todo, educativos, fueron evacuados a la URSS, Francia, Bélgica, Inglaterra, México, Suiza y Dinamarca.

Y, con el fin de la guerra, vino la represión. La España que se rebeló el 18 de julio de 1936 estaba muy alejada del proyecto republicano de 1931. El Gobierno de Franco pretendió neutralizar todo cuanto había supuesto un avance en el progreso social y cultural del país. Así, se inició un proceso traumático por el que fueron asesinados muchos maestros y maestras. Quienes conservaron la vida, fueron, sin embargo, depurados de sus puestos de trabajo al objeto de ser estudiados para su reingreso en el cargo que venían desempeñando antes de la Guerra Civil (Sara Ramos). La represión en el caso de las maestras se acentuó por el hecho de que en las pequeñas ciudades y en los pueblos no se les perdonó la libertad que mostraron al romper con el modelo tradicional que la sociedad imponía a las mujeres (Carmen García Colmenares).

Hoy, a 83 años de la proclamación de aquella 'República de profesores', se hace visible, al decir de Elena Sánchez de Madariaga, «el papel clave que, como mujeres y como docentes, desempeñaron en unos años cruciales en la Historia de España». Porque «en sus vidas continúa afirmando aúnan dos rasgos del proyecto político de la Segunda República (...) hoy vigentes: la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y por una educación pública y democrática».

(1) Elena Sánchez de Madariaga, Consuelo Flecha García, María del Carmen Agulló Díaz y otros. Las maestras de la República. Ediciones Catarata, Madrid, 2013

sábado, 12 de abril de 2014

En el cementerio de Espinardo de Murcia tuvieron lugar el pasado día 12 de abril los actos de la XIX Jornada para el Recuerdo.

Ramos de flores fueron depositados en las tumbas de los Caídos por la Libertad y en la de las Brigadas Internacionales.

Diego Jiménez/Murcia.- Varias decenas de personas hicimos acto de presencia el pasado sábado, 12 de abril, en el cementerio de Espinardo (Murcia) para, un año más, homenajear a las víctimas del franquismo.



En el pabellón de los ‘Caídos por la Libertad’, flanqueado por banderas republicanas y adornado con varios ramos de flores, el investigador Floren Dimas se dirigió a las personas asistentes comparando la situación de Alemania, donde no existe Ley de Memoria Histórica, con la de España, en la que sigue sin reconocerse la reparación debida a las víctimas del franquismo, pese a la existencia de un texto legal totalmente insuficiente.



Floren afirmó que en Alemania la derrota del nazismo, además de militar, fue moral, y que el sentimiento antinazi está allí muy arraigado, hasta el extremo de que universidades como la de Humboldt tienen una cátedra dedicada a la memoria antifascista, además de que los jóvenes alemanes siguen mostrando interés por estos temas. Por el contrario, afirmó que la ley española es un texto que consolida la impunidad, por lo que postuló  que el final de ella ha de ser una prioridad de los partidos que se denominan de izquierdas.



Tras la intervención de otras personas asistentes, nos desplazamos hasta el Panteón de las Brigadas Internacionales, donde reposan los restos de 150 brigadistas de 35 países (mayoritariamente franceses) así como los de algunos soldados del Ejército regular español. En dicho lugar, en el que figura una lápida identificativa y que tiene grabados los nombres de las personas que dieron su vida por la República,  fue depositado también un ramo de flores. 



jueves, 3 de abril de 2014

“Contra el frío del olvido” fue el último acto de las Jornadas de Memoria Histórica celebradas en Murcia.

Pepa Martínez López y Josefa Pérez, integrantes de la Asociación Memoria Histórica de Cartagena (MHC), fueron las encargadas de cerrar el pasado miércoles, día 2 de abril, con una disertación titulada “Contra el frío del olvido”, las Jornadas de Memoria Histórica que han venido celebrándose en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho desde el pasado mes de marzo.


Diego Jiménez/Murcia.- Con un salón abarrotado de público, como ha venido siendo habitual, y con la participación de Matías García, que cantó poemas de Miguel Hernández, Antonio Machado, Pablo Neruda y Federico García Lorca, se denunció el que hechos como la conquista del Oeste o la Ley Seca han venido siendo tratados reiteradamente en el cine, y que, por el contrario, sobre la Guerra Civil se quiere extender un velo de silencio. 


Y es que la interesada alusión de que “no hay que reabrir heridas” trata de ocultar el hecho de que la represión franquista se cebó sobre más de un millón de personas en todo el Estado, cuando la represión republicana afectó a unas sesenta mil (en la Región de Murcia se dieron cifras de 1.261 y 740 personas respectivamente). “No queremos olvidar –dijeron las ponentes- porque el olvido no es victoria y tratan de burlarse de la Historia”.



Tras afirmar que en el periodo 1939-1945 la represión franquista se cebó en Cartagena sobre cerca de doscientas personas, se hizo alusión a los fines de la MHC, con una reseña de las distintas actividades realizadas desde la constitución de esta Asociación en junio de 2009, entra las que destacan la organización de varias Jornadas desde 2010 hasta el 2013. Otras actividades de la MHC han sido la erección de un Memorial de las víctimas del franquismo en el Cementerio de Santa Lucía, la personación en la querella que se sigue en Argentina contra los crímenes de este aciago periodo de nuestra Historia y la publicación de libros sobre temas memorialistas, tales como la reedición de la “Represión franquista en Cartagena”, de Pedro María Egea Bruno, y, el más reciente, “El Hijo del Herrero”, de Pepa Martínez.

Por último, se hizo una alusión a la campaña “Tejamos una bufanda contra el frío del olvido”, que, con la participación de centenares de personas, concluyó a finales de noviembre de 2012 en la Plaza del Icue, de Cartagena, con la exposición de una bufanda con sesenta y siete motivos alusivos a otras tantas personas represaliadas, y que había sido bordada por familiares de las víctimas.



Con la alusión a la necesidad de constituir próximamente en Murcia una asociación memorialista, concluyó el acto. 

El próximo sábado, día 12 de abril, se celebra en el cementerio de Espinardo, de Murcia, la XIX Jornada para el Recuerdo


El sábado día 12 de abril, a las 11 horas, tendrá lugar ante el Panteón a los Caídos por la Libertad, del cementerio de Padre Jesús de Espinardo, el tradicional acto de homenaje a los Republicanos Murcianos, ejecutados por el franquismo una vez finalizada la guerra civil.

Iniciado en 1995 se trata de un acto en el que participan, junto a los familiares de las víctimas, personas y miembros de organizaciones cívicas, sensibles a la necesidad de la recuperación de la memoria histórica de quienes pagaron con la vida su fidelidad a los ideales encarnados por la II República.


Mas de mil murcianos fueron fusilados en dicho cementerio, a los que hay que unir los que lo fueron en los de Cartagena, Lorca, Caravaca, Totana y Mazarrón. También se recordará a los doscientos treinta y tres republicanos murcianos asesinados en los campos de exterminio nazis y a los ciento cincuenta brigadistas internacionales, cuyos restos reposan en el Panteón de las Brigadas Internacionales, dentro del mismo cementerio de Espinardo.



martes, 1 de abril de 2014

ANA SE HA MARCHADO

Mi artículo de La Opinión de hoy lo dedico a la figura de mi madre. Fallecida el pasado día 23 de marzo, su vida fue un ejemplo de entrega y coraje. Descanse en paz.


http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/04/01/ana-marchado/548205.html



En mi columna de hoy dedicaré unas líneas a una persona aparentemente anónima, pero que ha transitado por la vida dejando una huella indeleble en quienes la queríamos. Voy a hablarles de Ana, mi madre. 

Vino al mundo en el seno de una humilde familia de campesinos sin tierras del Campo de Cartagena el 19 de septiembre de 1923, sólo unos días después de que el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, se ofreciera al rey Alfonso XIII para encabezar un gobierno de salvación que, a la postre, derivó en una dictadura de casi siete años de duración. En su infancia sufrió las limitaciones propias de la difícil época que atravesaba el país. Creció rodeada de once hermanos y hermanas. Su fugaz escolaridad fue interrumpida muy pronto por la necesidad de trabajar en faenas agrícolas varias para compensar la pobre economía familiar. También por la Guerra Civil. La sublevación que acabó con la República le sorprendió cuando aún no había cumplido los trece años. Mis abuelos decidieron que debía de abandonar la escuela, temerosos de que aquellas paredes blancas inmaculadas de los colegios que, con tanto esfuerzo, había levantado la República pudieran constituirse en blanco perfecto para la aviación rebelde italiana y alemana. A partir de ese momento, mi madre sólo conoció la obligación del trabajo, en el campo y en la cocina, pues era una de las encargadas de preparar la comida a mis tíos.

Casada muy joven con mi padre, Diego, viudo con una niña y un niño a su cargo, de ese enlace nacimos cinco hijos más. Y a todos se empeñó en sacarnos adelante, pese a las dificultades de aquellos duros momentos de la no tan lejana posguerra.  Animosa siempre, después del fallecimiento de mi padre hace veinte años, su soledad forzada encontró el estímulo de unas clases de adultos que se impartían en la barriada cartagenera de Vista Alegre, el lugar en donde  crecimos. Su tesón, tenacidad y perseverancia le llevaron a aprender a leer y escribir. El flamante título de Graduado Escolar, que, orgullosa, exhibía en la pared de la casa familiar, testimoniaba la voluntad de superación de una persona que se negó a permanecer sumida en las tinieblas de la ignorancia. Y de esas primeras letras que aprendió a unir y de aquellas palabras que aprendió a separar brotaron, en sus ratos libres, los poemas que siempre había atesorado en su memoria. Unas poesías cargadas, en ocasiones, de pesimismo vital y que reflejan parte de la trayectoria de una mujer que, de haber nacido en otra época, habría, quizás, reorientado su vida en otra dirección. Poesías que, con el Título “Poemas para el recuerdo”, algunos de sus hijos nos encargamos de recopilar, con textos  sencillos  pero tan expresivos como éste, dedicado a su maestra de la escuela de adultos: “Los profesores de adultos/son todos maravillosos/ por tener tanta paciencia/ para enseñarnos a nosotros. / Pero deben de comprender/ que nuestras mentes están viejas/ y no podemos aprender/ como el niño cuando empieza”. 

Por esa afición a la poesía, que improvisaba en esporádicos actos y contactos con el vecindario del barrio, mi madre era conocida como la ‘trovera de Vista Alegre’.  Ese acercamiento, modesto pero tenaz,  a la creación literaria dio origen a una memorias que, con el título ‘Mi familia y yo’, manuscribió, robándole horas al sueño, a mediados de los años 80.  Páginas que conservo con todo cariño, pues fui el encargado de corregir y mecanografiar el texto. Recuerdos que constituyen un claro testimonio de la época difícil que le tocó vivir.

Pero Ana destacaba en otras cosas. De su precoz aprendizaje culinario retuvo unas recetas de comidas típicas murcianas que nos preparaba con el mayor esmero del mundo, en las reuniones familiares con las que tanto disfrutaba. Eso hasta hace unos años. Porque, para nuestro pesar, la enfermedad se ensañó con ella. Una crisis cardiorrespiratoria, que logró superar, dejó en su cansado cuerpo secuelas que, a la postre, han contribuido a que su energía vital fuera languideciendo. Porque mi madre fue una mezcla de entrega y coraje, pero también una persona golpeada por el pesimismo existencial. Motivos no le faltaron: en 1951 asistió, impotente, a la pronta muerte de su hijo Joselín, con cuatro años de edad, el hermano que no llegué a conocer. Por si aquello no fuera suficiente, recientemente mi hermano menor, Ángel, también nos ha abandonado a la edad de 52 años.

Con el despertar de la primavera, estación tantas veces asociada a la alegre eclosión de la vida, se ha apagado la suya. El pasado día 23 de marzo, sólo unas horas después de que los medios de comunicación anunciaran la muerte del expresidente  Adolfo Suárez,  mi madre dejó  de existir. Estas líneas son un merecido tributo a su memoria.


Descanse en paz.