jueves, 28 de mayo de 2015

Patriomonio histórico: desprecio y veleidades privatizadoras

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2015/05/28/patrimonio-historico-desprecio-veleidades/650820.html

A principios de los 80, giré una visita a Holanda, ese país que, como reza un dicho popular de allí («Dios hizo al mundo, y a Holanda, los holandeses»), fue construido artificialmente en gran parte de su territorio, pero que mostraba —y muestra— un celoso respeto por su pasado. Si usted viaja allí, además de la obligada visita a Amsterdam, no debe perderse la entrada al Madurodam de La Haya, una pequeña ciudad en miniatura con edificios representativos de toda Holanda realizados a escala. También es recomendable un paseo por el excelente museo al aire libre de los Países Bajos, una maravilla museística representativa de las construcciones, los usos y tradiciones de ese país instalada en las afueras de la ciudad de Arnhem, la que quedara parcialmente destruida en la II Guerra Mundial. En ese viaje, pude comprobar, in situ, ya entonces, la enorme distancia que nos separaba de aquellos pacíficos y organizados neerlandeses.
Viene esto a colación por el gran desprecio que, en nuestro país y particularmente en nuestra Región, han mostrado hacia la conservación de nuestro patrimonio quienes nos han gobernado estos últimos años. Voy a citar sólo algunos casos.
Cartagena.
El monasterio de San Ginés de la Jara y las ermitas del Monte Miral son exponentes de esa desidia. Este eremitorio del siglo XIII, y que a finales del siglo XV fue sede del patronato del Marquesado de los Vélez, fue ampliado y mejorado en los siglos XVII y XVIII, llegando a albergar incluso un órgano, hoy desparecido, y un rico huerto Fue desamortizado por los liberales en 1835. Hoy, la empresa Hansa Urbana se ha desentendido de su custodia.
Otro ejemplo: las baterías de costa. Según denuncia el investigador Floren Dimas, los conjuntos artilleros de Castillitos, Jorel y Atalayas —ubicados al SE de la ciudad y que contribuyeron a hacer inexpugnable la Base Naval, protagonistas de hechos destacados como el levantamiento casadista de primeros de marzo de 1939— se encuentran abandonados. La batería de Atalayas tiene difícil acceso, y en la de Jorel se ha hecho una operación ‘cosmética’, consistente en pintar sus cañones.
¿Y qué decir de los molinos de viento del Campo de Cartagena? En tiempos, sus velas movían la maquinaria que permitía extraer agua de las entrañas de la tierra o moler el grano para su transformación en harina. Hoy, según algunas fuentes, de los trescientos catalogados, más de doscientos molinos han desaparecido o están a punto de perderse definitivamente.
Murcia.
En la capital de la Región, los ejemplos de abandono y desprecio por nuestro patrimonio son incontables. El yacimiento de San Esteban, un conjunto arquitectónico de los siglos XII y XIII que, en su día, se ubicó al norte de la bella ciudad musulmana de Murcia (la que encandilara al mismísimo infante don Alfonso), se encuentra en un estado de conservación lamentable, una vez paralizado, por la presión ciudadana, el intento de construir en esa plaza-jardín un aparcamiento privado. No menos sangrante es el destino de la iglesia anexa. Ese templo del siglo XVI, desacralizado en su día para convertirlo en sala de exposiciones, se encuentra hoy cerrado y, por lo que me cuentan, en estado de total abandono también.
La antigua cárcel vieja, un edificio declarado BIC, está pidiendo a gritos unas obras que integren el edificio en el entorno urbano, previos los trabajos conducentes a que sea un lugar de usos múltiples para el disfrute de toda la ciudadanía.
Pero si hay algo que nos resulta intolerable ha sido la desafectación del colegio del Carmen y que, previo acuerdo del pleno municipal, el PP ha entregado para su uso a la Archicofradía del Cristo de la Sangre, los ‘coloraos’. Un edificio que fue la primera sede de la Universidad de Murcia —cuyo centenario celebramos ahora— hubiera merecido otro tratamiento. Por ejemplo, el barrio de El Carmen necesita un centro público de Educación Infantil, pero el PP ha preferido privatizar ese histórico edificio.
En los últimos días, hemos conocido los intentos del obispado por hacerse con el seminario de San Fulgencio, el que alberga la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza (ESAD). La Comunidad no ha respondido a esa oferta, quizás porque se produjo en fechas electorales, pero es significativo que Cultura se haya negado, hasta la fecha, a catalogar como BIC el conjunto arquitectónico formado por el Palacio Episcopal, el IES Licenciado Cascales y el edificio que alberga hoy la ESAD.
Lorca.
La oposición en la Asamblea Regional ha venido denunciando que, además de las casas solariegas de esa ciudad, otros inmuebles considerados BIC como el depósito municipal, la cárcel vieja, el archivo histórico, el barrio medieval y otros muchos monumentos que forman parte del patrimonio cultural y arqueológico del municipio no están siendo cuidados como se merecen.

Son sólo unos ejemplos. Escribo estas líneas en la jornada de reflexión electoral. Esperemos que las urnas hablen, se produzca un cambio de ciclo en esta Región y que surja un nuevo Gobierno que muestre más respeto por nuestro patrimonio y menos veleidades privatizadoras.

miércoles, 13 de mayo de 2015

TRAS LOS PACTOS DEL MONEO

Artículo publicado en la edición impresa de La Opinión de Murcia en fecha 12-05-15

Con la que está cayendo, el último sondeo del CIS para la Región de Murcia dibuja un panorama desalentador para quienes esperábamos un cambio de ciclo político en nuestra tierra. El PP, el partido hegemónico en la Región en los últimos 20 años y responsable por tanto de la situación de colapso en que estamos, aun perdiendo la mayoría absoluta, obtendría de 21 a 22 escaños; el PSRM-PSOE, de 11 a 12; Ciudadanos y Podemos, 6, mientras que Ganar la Región podría quedarse incluso sin representación parlamentaria. Nada de cambio,  pues. Si se consolidan esos resultados, es fácil colegir qué apoyos puede tener el PP. Se lo ha puesto fácil la izquierda murciana, un sector de la cual ha venido expresando claramente sus reticencias a consolidar un frente común. Por ello, en este contexto hay que darle el valor que se merece a los intentos de la sociedad civil de situarse por encima de la pugna partidista para intentar sacar a esta Región del marasmo en que se encuentra.

Por iniciativa del Foro Ciudadano,  casi todos los partidos que concurren a los próximos comicios del 24 de mayo suscribieron hace unos días el Pacto del Moneo, esto es,  un acuerdo general para regenerar la vida política, con unos compromisos concretos: reformar la ley electoral regional, rechazar los pactos con formaciones políticas que mantengan imputados en sus listas,  y regular la Acción Legislativa Popular.

Sólo unos días después, y esta vez por iniciativa de los colectivos que integran la Marea Blanca, el Moneo fue también el marco en el que la casi totalidad de las formaciones políticas de la Región sellaron con su firma el compromiso, adoptado días atrás, de llevar a la práctica las propuestas de la Marea Blanca si logran formar Gobierno. Acuerdo que está justificado en la caída del gasto sanitario autonómico en un 22,4%, por encima del 20,3% de la media nacional, según datos de la Fundación BBVA.

Estos Pactos, que se han negado a suscribir tanto el PP como Ciudadanos, contienen unas propuestas novedosas, aunque de mínimos. Tras el 24M, habría que complementarlas con otras actuaciones:   establecer  mecanismos de dación de cuentas de los representantes electos, la revocabilidad de éstos a requerimiento ciudadano, revisión de la financiación de los partidos… Pero, además de que echamos en falta un pacto por la mejora de la Educación, hay situaciones dramáticas que exigen una inmediata respuesta a partir del 25 de mayo.

Un tema lacerante: el de la pobreza.  Según el último Informe sobre el Estado de la Pobreza en España, de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), más de 500.000 personas  se encuentran, al día de hoy, en esa situación.  Entre 2009 y 2013, la tasa de pobreza (en todas sus modalidades) pasó en la Región del 33,3% en ese primer año al 34,1% en 2013. Al finalizar éste, uno de los colectivos más afectados era el de los jóvenes entre 16 y 30 años. Especialmente lacerante es el hecho de que uno de cada tres niños convive a diario con esa lacra. Urge, pues, aprobar un plan de choque contra la pobreza. Hay que diseñar políticas activas de empleo y consolidar un nuevo modelo productivo con una apuesta decidida por la Educación y la inversión en I+D+i. Es precisa una reforma fiscal que genere los recursos necesarios para invertir la tendencia actual…

Un asunto que, en gran medida está relacionado con el anterior, es el de los recortes que se han venido dando en las prestaciones por la dependencia. La pobreza que viene afectando a un importante número de personas dependientes tiene relación directa con la suspensión o disminución de esas prestaciones.

No menos urgentes es legislar para impedir que el derecho básico a la vivienda venga siendo conculcado sistemáticamente por las entidades bancarias. Los desahucios son también, al día de hoy, un tema lacerante y que exigen una solución inmediata. Según el Consejo General del Poder Judicial, la Región de Murcia, con un 17 por mil  de ejecuciones hipotecarias en el periodo 2008-2013 (media estatal del 10,6 por mil) comparte el ‘honor’ de situarse en los puestos de cabeza de todo el Estado, sólo por detrás de Almería, Tarragona, Alicante, Castellón y Girona (nótese que esas provincias coinciden con la geografía del ‘pelotazo’ urbanístico). Y según el Instituto Nacional de Estadística, sólo en el primer trimestre de 2014 el número de ejecuciones hipotecarias sobre fincas urbanas registradas en la Región ascendía a 926.

En resumen. Es loable que la mayor parte de los partidos democráticos de esta Región haya dado el paso de sanear la vida pública y de defender el sistema sanitario. Pero, como hemos visto, quedan otros muchos asuntos pendientes. Sólo la presión de la sociedad civil, con mecanismos de fiscalización y control,  podrá conducirnos a un nuevo modelo de Región en la que el protagonismo, al margen del resultado de las urnas, resida en la ciudadanía.