sábado, 25 de febrero de 2012

CENTENARIO DE ANTONIO MARTÍNEZ ENDIQUE

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/02/27/centenario-antonio-martinez-endique/388161.html

En la nómina de autores destacados de la generación literaria de 1927 no están todos. Habría que incluir al murciano Antonio Martínez Endique, cuyo nombre alguien intentó que quedara borrado para siempre. Los desvelos de su nieto político, Juan Romero, por rehabilitar su memoria le han llevado a localizar la partida de nacimiento, aunque, como me cuenta, “a la hoja le falta un trozo inferior sin que aparezcan las firmas del padre ni del juez. Además, por los lados está en forma de sierra y no se distingue el número de la hoja, presunción evidente de que una mano negra quiso hacer desaparecer la ficha”. J. Romero me dice que le costó dos años de intentos vanos obtener, por fax y burofax, la partida de nacimiento de su abuelo, que ‘milagrosamente’ ha aparecido.

Una mano invisible, pues, se encargó de intentar eliminarlo del registro civil murciano una vez acabada la Guerra Civil Española. En su demérito, haber sido militante destacado republicano, esto es, de los ‘perdedores’. La perseverancia y el empeño de su nieto político en que alguien, en el centenario de su nacimiento, haga llegar a la sociedad murciana siquiera unas líneas que no condenen al olvido para siempre a una figura destacada de las letras murcianas me llevan a hacer, en esta columna, una apresurada reseña sobre ese autor.

Antonio Martínez Endique, nacido en el murciano barrio de El Carmen el 25 de febrero de 1912, fue militante de los sindicatos UGT y CNT. Ostentó, además, los cargos de secretario general de Izquierda Murciana, partido afín en la Región de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña. Militó, además, en el Partido Socialista Unificado y en el Partido Comunista. Fue jefe del órgano de prensa de la UGT y de Radio Sur-Partido Comunista de Murcia, y colaborador, entre otros, de los periódicos El Liberal y La Región. No obstante su adscripción a partidos de izquierdas, Martínez Endique fue un hombre tolerante, por lo que tuvo amistad con señalados intelectuales y artistas, tales como Vicente Medina, Nicomedes Gómez, el pintor Falgas, etc. Aun así, condenado en Consejo de Guerra en 1940 a 20 años, cumplió una condena de 7 años, dos meses y siete días. Una vez en libertad condicional, de 1944 a 1945 trabajó en los periódicos Hoja del Lunes y Línea, entre otros.

Su polifacética actividad le llevó al campo de la composición musical. En 1955 nos consta que registró en la SGAE las composiciones, compartidas con el maestro Manuel Massotti Littel, Ay, Crevillente, De la arboleda a la Luna, Coplas Murcianas, Habanera Divina, Cuando tú no estás, Mujer Murciana y Nocturno a Murcia.

Para reivindicar su figura, hace unos años, se inició una campaña publicitaria en los diarios regionales, con cuñas publicitarias. En ese momento, hubo testimonios de adhesión a la memoria de Martínez Endique por parte, entre otras personas, del fallecido secretario general de UGT en Murcia, Antonio López Baños, así como del ex secretario general federal de CCOO, José María Fidalgo, y otras destacadas personalidades de la Región, destacando el apoyo a dicha campaña de la familia del compositor Massotti Littel, con quien M. Endique colaboró como letrista.

En 1962 escribió sobre acepciones de palabras alternativas a las aceptadas por la Real Academia Española de la Lengua –a la que se dirigió a tal fin- tales como orbinauta, selenauta y helionauta. En 1964 fue Vicesecretario del Orfeón murciano Fernández Caballero, en cuya directiva estaba su amigo personal, el escultor murciano Antonio Garrigós Giner. El 14 de agosto de 1977 -año en el que también murieron los cantantes Elvis Presley y Antonio Machín- falleció en Barcelona, en el humilde barrio del Raval en el que se había recluido.

Hoy, día 25 de febrero se cumple, pues, el primer centenario de su nacimiento en Murcia, sin que ninguna institución política ni cultural se haya dignado a tributar un reconocido homenaje póstumo a la vida y obra de este autor murciano. La sociedad murciana sigue teniendo, pues, una deuda pendiente con la memoria de Antonio Martínez Endique.

miércoles, 15 de febrero de 2012

ES HORA DE LA REBELIÓN SOCIAL

La asquerosa y denigrante situación que soportamos, con el ataque brutal a los derechos laborales -que nos retrotrae a los inicios de la Revolución Industrial-, la parálisis y recortes de las prestaciones sociales, el renacimiento de un nacionalcatolicismo de viejo cuño, la ficción del mantenimiento de una división de poderes que, en realidad, enmascara la hegemonía y el dominio del capital financiero sobre las instituciones y asociaciones de la sociedad civil... harían necesaria no ya una simple respuesta movilizadora sino, lo que creo que es más urgente, una rebelión ciudadana en toda regla, que debería incluir acciones contundentes de desobediencia civil.

El problema es que el actual partido que dicen tiene la ¿responsabilidad de Gobierno?, con una aplastante mayoría, se presenta dotado de la legitimidad que le han otorgado las urnas para practicar uno y otro dislate sin fin. Ante ello, ¿percibís, como yo, una especie de sumisión ciudadana y una aceptación de las políticas que practica el PP, en la convicción que las mismas vienen dadas por las prácticas de ZP, por lo que parece que "todo vale"? ¿Ayuda, para invertir tal estado de cosas, la tibia respuesta sindical ante los ataques sin fin a los derechos laborales largamente conquistados? ¿Es hora de que, como en Grecia, intensifiquemos todos los esfuerzos para consolidar una necesaria, por olvidada, lucha de clases?

EL ROTO Y LA LUCHA DE CLASES

jueves, 9 de febrero de 2012

PONER EN VALOR NUESTRO HÁBITAT RURAL

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/02/09/poner-habitat-rural/384172.html

DIEGO JIMÉNEZ

Hubo un tiempo en nuestro país en el que la mayor parte de la población activa dependía del campo. Los habitantes de las zonas rurales mantenían su vinculación a la tierra de sus antepasados como algo inherente a su peculiar cultura y cosmovisión. La ciudad aparecía como un ente lejano cuando no hostil. El proceso que condujo al éxodo acelerado del campo a la ciudad tuvo mucho que ver, en nuestro país, con las consecuencias del Plan de Estabilización de 1959, en pleno franquismo. Con la industrialización, millones de personas, muchas de ellas dedicadas durante años al trabajo agrícola, a la silvicultura, al pastoreo o a la producción artesanal, fueron empujadas a una emigración forzada al extranjero, a las zonas industriales de Cataluña y Euskadi y a las zonas turísticas emergentes (Mallorca), sin olvidar la enorme atracción que ejercía la capital, Madrid, que vio crecer exponencialmente su población a partir de la década de los 60 del pasado siglo.

Esa huída del campo a la ciudad tuvo también su expresión concreta en el interior de cada una de las regiones de España, que contemplaron el enorme crecimiento de ciudades llamadas a constituirse en centros regionales de primer orden (Zaragoza, Sevilla, Málaga, Valencia, Valladolid, Bilbao, Vigo, Murcia…), lo que implicó también un notable crecimiento poblacional de éstas. Estos hechos contribuyeron al gradual vacío de las zonas rurales, de tal modo que hoy el porcentaje de población activa dedicado a la agricultura ha descendido considerablemente.                                    
                                                                                   Cuadrilla de Cañada de la Cruz, en su actuación en las fiestas de Inazares


Y en ello no solamente han influido la dureza de las condiciones laborales en el medio rural y la indudable atracción que, para muchas familias campesinas, ofrecía la ciudad, espacio con servicios y ventajas comparativas no disponibles en el hábitat rural. La realidad es que se ha ido consolidando el olvido sistemático del campo por parte de las diferentes administraciones, a lo que se añade una política agrícola común (PAC), en el seno de la UE, que privilegia a ciertos mercados en detrimento de los nuestros. Muchos habitantes de nuestras aldeas y pueblos percibieron enseguida que la agricultura tradicional no era rentable ni les garantizaba su supervivencia.

En nuestra Región, el vacío poblacional es constatable hoy en zonas como el Noroeste, la comarca Oriental y el Altiplano. Núcleos en los que, hace unos años, había una población estable de varios centenares de habitantes cuentan hoy con unas pocas decenas de vecinos. En el Noroeste, nombres como los de Inazares, El Hornico, Los Odres, El Moral, Cañada de la Cruz, Calar de la Santa, El Sabinar, Benizar… nos suenan estos días de invierno cuando la nieve se deja ver en esos parajes. Pero el resto del año sólo un turismo rural —afectado, como tantos otros sectores, por la crisis— logra mantener cierta apariencia de actividad en algunos de dichos núcleos rurales. Y lo cierto es que, dejando al margen una visión excesivamente idílica de estos lugares con indudable encanto paisajístico, esas olvidadas aldeas y pueblos del interior de la Región podrían dar más de sí. El abandono al que se han visto sometidos podría revertirse hoy, precisamente cuando la crisis económica que sufrimos condena a muchos habitantes de zonas urbanas a rozar los límites de la mera subsistencia.

La crisis económica no debería ser un obstáculo, sino un acicate, para políticas públicas tendentes a la puesta en valor de estos espacios rurales. Dichas medidas de revalorización del ámbito rural podrían consistir en subvenciones para la rehabilitación de viviendas, ayudas para el fomento del cooperativismo agrario (con el impulso a producción ecológica de productos tradicionales de secano y árboles frutales), la ganadería y la actividad artesanal. Y todo ello sin olvidar el fomento de un turismo rural, hoy en cierto declive por la crisis, respetuoso con el entorno, que tendría más sentido con unos núcleos poblados y activos que no en aldeas y pueblos que pierden atractivo cuando son abandonados por sus moradores.

En la medida en que no es sostenible que en esta Región más de dos tercios de la población habitemos en las comarcas de Cartagena-Mar Menor y Murcia (más de un tercio, en el área metropolitana de la capital), es preciso recuperar esas aldeas y pueblos abandonados. Como decía arriba, sería deseable poner en valor esos espacios de nuestra Región hoy vacíos. El debate está servido.

martes, 7 de febrero de 2012

CAERSE DEL GUINDO[S]

"Caerse del Guindo" es, según la RAE , "caer en la cuenta o enterarse de algo obvio".

Si el año 2007 usted hubiera invertido 1.000 € en Fortis, siguiendo los consejos del hoy ministro de Economía Luis de Guindos, hoy tendría 39 euros.

Si ese mismo año 2007 y siguiendo otra vez los consejos del ministro usted hubiera invertido 1.000 € en acciones del Royal Bank of Scotland, hoy tendría 29 euros.

Si en el año 2008 usted le hubiera comprado directamente a Luis de Guindos alguna de sus acciones de Lehman Brothers por un importe de 1.000 euros, hoy tendría 0 euros.

Y si el año 2009 usted hubiera mantenido su confianza en el que fue un gran asesor financiero, e invertido 1.000 euros en Cuotas Participativas de la CAM , hoy tendría 0 euros.

Pero si en el año 2007 en vez de confiar en los consejos de su asesor financiero, usted hubiera comprado vino, de La Rioja , de la Ribera del Duero, o simplemente de Jumilla (y me refiero a comprar vino, vino,  no acciones de los bodegueros), también por un valor de 1.000 € y luego se hubiera bebido ese vino, tranquilamente, hasta la última gota, hoy, con la venta de los envases vacíos, tendría 69 €.

Moraleja:

Tal como están las cosas y dada la solvencia de los consejos del nuevo ministro de economía del Gobierno de España, más vale dedicarse a beber con moderación, pero con alegría, e intentar olvidar en manos de quien está ahora la economía del país.