Jóvenes, gentes maduras y mayores se entremezclaron en las calles de esta población al son de la música popular de cuadrillas llegadas de todos los puntos del Sureste español.
Diego Jiménez. Murcia.- Cada año, llegado el último fin de semana del mes de enero, en la pequeña pedanía caravaqueña de Barranda (Murcia) se obra el milagro de que una población con unos escasos 900 habitantes logre concitar el interés de miles de personas ávidas de disfrutar de la música popular de raíz campesina interpretada por cuadrillas llegadas de todos los puntos de la Región, de Andalucía y de Castilla-La Mancha.
Los actos de este año se han prolongado a lo largo del fin de semana. Pero fue en la jornada dominical cuando, quizás porque se conmemoraba el 30 aniversario de la puesta en marcha de este certamen, más de 20.000 personas (según datos que pudimos extraer de la Policía Local), llegadas de todos los puntos de la Región y de las comunidades autónomas vecinas, se desparramaron por las calles de la población, dando color a una fiesta que, esta vez sí, respetó la meteorología, tras la suspensión del festejo del pasado año por la ola de frío polar que atravesó la Región. Participación espontánea en la música y las danzas de las cuadrillas, junto con el tributo obligado a Baco, desgustando los buenos vinos de la tierra acompañados de embutidos, migas y gachasmigas fueron la imagen del día.
LOS AGUILANDEROS DE BARRANDA, RESPONSABLES DEL EVENTO
El certamen hunde sus raíces en el intento de preservar la identidad y las raíces populares campesinas a cargo del grupo de los aguilanderos de Barranda. La palabra murciano “aguilando”, versión local autóctona de la palabra castellana “aguinaldo”, hace alusión a la costumbre ancestral, que se remonta al siglo XVII, de grupos de cuadrillas que recorrían las calles de la población reclamando de los vecinos viandas a cambio del sonido de sus instrumentos de percusión y de cuerda. En el Museo de Música Étnica de Barranda se conserva uno de ellos, un guitarro de cinco órdenes débiles, junto a la colección Blanco Fadol, que alberga más de tres mil instrumentos de este musicólogo recogidos en los cinco continentes y en más de 130 países.
LOS COMIENZOS
Corría el año 1979. El párroco Ramón García y el maestro Jesús María García idearon realizar en Barranda el entonces denominado Festival Comarcal de Cuerda. Pronto apoyaron la idea los mayordomos encargados de las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Candelaria. El certamen tuvo unos inicios modestos, pero pronto contaron con el apoyo de la Consejería de Cultura de la Comunidad Autónoma de Murcia, del Ayuntamiento de Caravaca, así como de la prensa local y regional. Pero la fiesta fue posible, sobre todo, porque en ella se volcó el pueblo de Barranda.
A los pocos años, fueron los aguilanderos de Barranda quienes se encargaron de su organización. Pronto, desde sus comienzos, se vio que el Festival tenía su vida propia, recibiendo cada vez más el apoyo de músicos y público, lo que le ha llevado a ser declarada, en 1999, Fiesta de Interés Turístico Regional, convirtiéndose en uno de los festivales de música de raíz más antiguo y de carácter más genuino de cuantos surgen en España. La propia existencia de este Festival hizo que cuadrillas de toda la Región, que hacía tiempo languidecían, cobraran fuerza, incorporando a ellas, tras la secular presencia masculina que las alimentaba, la presencia de la mujer, junto con jóvenes que, hoy en día, son la garantía de la pervivencia de esta peculiar manifestación de cultura popular y campesina.
FESTIVIDAD ATÍPICA
En una época de indudable armonización de las pautas culturales en todo el mundo, por la llamada globalización, lo curioso del certamen de Barranda es que esa supuesta adscripción de las gentes a diversas formas de divertirse y de tomarse un asueto, derivada de la edad, parece no cumplirse. En Barranda podemos ver a jóvenes ‘alternativos’ mezclados con personas de toda edad y condición. El célebre esquema que encasilla a los niños en jardines de infancia y colegios, a los jóvenes tomando la calle o junto a la consola y a los mayores en torno a la mesa de juegos de cualquier cantina o frente al televisor, se rompe por un día en esta pedanía caravaqueña. La música, la gastronomía y los más variados puestos de venta, colocados a lo largo de la calle Mayor y de la carretera que conduce a la Puebla de Don Fadrique garantizaron el divertimento y la sana mezcla intercultural e intergeneracional que sólo este certamen hace posible. En efecto, en cuanto a los reclamos para el consumo, en Barranda pudimos ver vendedores de abalorios, puestos de churros que, pese a no ser una jornada excesivamente fría, agradecía nuestro estómago, puestos de embutidos, de miel y otras golosinas, de macetas y flores…Toda una fiesta para los sentidos, que acompañaba el indudable y grato ambiente que la música, que sonó por calles y plazas a lo largo de todo el día, hacía posible.
LOS ACTOS DE ESTE AÑO
Pero el certamen de cuadrillas de Barranda no es sólo una expresión de la música popular y de raíz, con ser esto por sí solo ya meritorio. A lo largo del fin de semana se han dado toda una serie de manifestaciones culturales que resumimos, tras su presentación en Madrid, el pasado día 10 de enero, en el restaurante-asador el Frontón; en Murcia, el pasado martes, 15, en el Palacio de Pacheco, de la Plaza Fontes, y en Caravaca, ese mismo día, en el Ayuntamiento.
El sábado, 19 de enero, fue el día de la presentación del Disco-libro conmemorativo del 30 aniversario, en la Iglesia de Barranda, a cargo de José Miguel Noguera, Director general de Bellas Artes, Domingo Aranda, alcalde de Caravaca, Joaquín Gris, coordinador de esa publicación, Antonio Narejos, vicerrector del Conservatorio de Murcia y Andrés Martínez, presidente de los aguilanderos. Ese día, se contó, además con un concierto dirigido por Llorenç Barber, mientras que el sábado 26 se celebró una Mesa redonda sobre “La música de tradición oral y su difusión en los medios informativos”, que contó con periodistas de la SER, Canal Sur, RNE3, TV3, El Mundo y El País, entre otras personas.
Las jornadas festivas finales habían arrancado, sin embargo, el viernes 25 de enero, con la participación, dentro del certamen Barranda Folk, de los grupos ‘Aljibe’ (Folk madrileño) y del cantautor David Andreu (flamenco-fusión).
El sábado 26, en el Salón social de la pedanía, sonó la música de Awen Magic Land (Folk Atlántico), grupo liderado por un ex miembro del grupo Celtas Cortos, y La Jambre (Folk Andaluz).
En la jornada dominical, las cuadrillas invitadas fueron las de los Animeros de Caravaca, la cuadrilla de Aledo, la de Zarcilla de Ramos (Lorca), la Panda de Verdiales Santón Pitar, la cuadrilla de la Marina de Cope (Águilas), los Animeros del Campo de San Juan, El Sabinar y El Calar (Moratalla), la Ronda de Los Llanos (Albacete), la cuadrilla de Purias (Lorca), junto a las de Zarzadilla de Totana, el Raiguero, y los grupos Ronda de la Mota del Cuervo (Cuenca), Animeros de Cañada de la Cruz (Moratalla) y los anfitriones, los Aguilanderos de Barranda.
Al caer la tarde, la fiesta siguió en el Salón social del pueblo, fiesta en la que el baile y la música, junto con improvisaciones teatrales, ponen colofón a un grato día de jolgorio y diversión. A esperar al próximo año. No se pierdan este peculiar evento.
Diego Jiménez. Murcia.- Cada año, llegado el último fin de semana del mes de enero, en la pequeña pedanía caravaqueña de Barranda (Murcia) se obra el milagro de que una población con unos escasos 900 habitantes logre concitar el interés de miles de personas ávidas de disfrutar de la música popular de raíz campesina interpretada por cuadrillas llegadas de todos los puntos de la Región, de Andalucía y de Castilla-La Mancha.
Los actos de este año se han prolongado a lo largo del fin de semana. Pero fue en la jornada dominical cuando, quizás porque se conmemoraba el 30 aniversario de la puesta en marcha de este certamen, más de 20.000 personas (según datos que pudimos extraer de la Policía Local), llegadas de todos los puntos de la Región y de las comunidades autónomas vecinas, se desparramaron por las calles de la población, dando color a una fiesta que, esta vez sí, respetó la meteorología, tras la suspensión del festejo del pasado año por la ola de frío polar que atravesó la Región. Participación espontánea en la música y las danzas de las cuadrillas, junto con el tributo obligado a Baco, desgustando los buenos vinos de la tierra acompañados de embutidos, migas y gachasmigas fueron la imagen del día.
LOS AGUILANDEROS DE BARRANDA, RESPONSABLES DEL EVENTO
El certamen hunde sus raíces en el intento de preservar la identidad y las raíces populares campesinas a cargo del grupo de los aguilanderos de Barranda. La palabra murciano “aguilando”, versión local autóctona de la palabra castellana “aguinaldo”, hace alusión a la costumbre ancestral, que se remonta al siglo XVII, de grupos de cuadrillas que recorrían las calles de la población reclamando de los vecinos viandas a cambio del sonido de sus instrumentos de percusión y de cuerda. En el Museo de Música Étnica de Barranda se conserva uno de ellos, un guitarro de cinco órdenes débiles, junto a la colección Blanco Fadol, que alberga más de tres mil instrumentos de este musicólogo recogidos en los cinco continentes y en más de 130 países.
LOS COMIENZOS
Corría el año 1979. El párroco Ramón García y el maestro Jesús María García idearon realizar en Barranda el entonces denominado Festival Comarcal de Cuerda. Pronto apoyaron la idea los mayordomos encargados de las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Candelaria. El certamen tuvo unos inicios modestos, pero pronto contaron con el apoyo de la Consejería de Cultura de la Comunidad Autónoma de Murcia, del Ayuntamiento de Caravaca, así como de la prensa local y regional. Pero la fiesta fue posible, sobre todo, porque en ella se volcó el pueblo de Barranda.
A los pocos años, fueron los aguilanderos de Barranda quienes se encargaron de su organización. Pronto, desde sus comienzos, se vio que el Festival tenía su vida propia, recibiendo cada vez más el apoyo de músicos y público, lo que le ha llevado a ser declarada, en 1999, Fiesta de Interés Turístico Regional, convirtiéndose en uno de los festivales de música de raíz más antiguo y de carácter más genuino de cuantos surgen en España. La propia existencia de este Festival hizo que cuadrillas de toda la Región, que hacía tiempo languidecían, cobraran fuerza, incorporando a ellas, tras la secular presencia masculina que las alimentaba, la presencia de la mujer, junto con jóvenes que, hoy en día, son la garantía de la pervivencia de esta peculiar manifestación de cultura popular y campesina.
FESTIVIDAD ATÍPICA
En una época de indudable armonización de las pautas culturales en todo el mundo, por la llamada globalización, lo curioso del certamen de Barranda es que esa supuesta adscripción de las gentes a diversas formas de divertirse y de tomarse un asueto, derivada de la edad, parece no cumplirse. En Barranda podemos ver a jóvenes ‘alternativos’ mezclados con personas de toda edad y condición. El célebre esquema que encasilla a los niños en jardines de infancia y colegios, a los jóvenes tomando la calle o junto a la consola y a los mayores en torno a la mesa de juegos de cualquier cantina o frente al televisor, se rompe por un día en esta pedanía caravaqueña. La música, la gastronomía y los más variados puestos de venta, colocados a lo largo de la calle Mayor y de la carretera que conduce a la Puebla de Don Fadrique garantizaron el divertimento y la sana mezcla intercultural e intergeneracional que sólo este certamen hace posible. En efecto, en cuanto a los reclamos para el consumo, en Barranda pudimos ver vendedores de abalorios, puestos de churros que, pese a no ser una jornada excesivamente fría, agradecía nuestro estómago, puestos de embutidos, de miel y otras golosinas, de macetas y flores…Toda una fiesta para los sentidos, que acompañaba el indudable y grato ambiente que la música, que sonó por calles y plazas a lo largo de todo el día, hacía posible.
LOS ACTOS DE ESTE AÑO
Pero el certamen de cuadrillas de Barranda no es sólo una expresión de la música popular y de raíz, con ser esto por sí solo ya meritorio. A lo largo del fin de semana se han dado toda una serie de manifestaciones culturales que resumimos, tras su presentación en Madrid, el pasado día 10 de enero, en el restaurante-asador el Frontón; en Murcia, el pasado martes, 15, en el Palacio de Pacheco, de la Plaza Fontes, y en Caravaca, ese mismo día, en el Ayuntamiento.
El sábado, 19 de enero, fue el día de la presentación del Disco-libro conmemorativo del 30 aniversario, en la Iglesia de Barranda, a cargo de José Miguel Noguera, Director general de Bellas Artes, Domingo Aranda, alcalde de Caravaca, Joaquín Gris, coordinador de esa publicación, Antonio Narejos, vicerrector del Conservatorio de Murcia y Andrés Martínez, presidente de los aguilanderos. Ese día, se contó, además con un concierto dirigido por Llorenç Barber, mientras que el sábado 26 se celebró una Mesa redonda sobre “La música de tradición oral y su difusión en los medios informativos”, que contó con periodistas de la SER, Canal Sur, RNE3, TV3, El Mundo y El País, entre otras personas.
Las jornadas festivas finales habían arrancado, sin embargo, el viernes 25 de enero, con la participación, dentro del certamen Barranda Folk, de los grupos ‘Aljibe’ (Folk madrileño) y del cantautor David Andreu (flamenco-fusión).
El sábado 26, en el Salón social de la pedanía, sonó la música de Awen Magic Land (Folk Atlántico), grupo liderado por un ex miembro del grupo Celtas Cortos, y La Jambre (Folk Andaluz).
En la jornada dominical, las cuadrillas invitadas fueron las de los Animeros de Caravaca, la cuadrilla de Aledo, la de Zarcilla de Ramos (Lorca), la Panda de Verdiales Santón Pitar, la cuadrilla de la Marina de Cope (Águilas), los Animeros del Campo de San Juan, El Sabinar y El Calar (Moratalla), la Ronda de Los Llanos (Albacete), la cuadrilla de Purias (Lorca), junto a las de Zarzadilla de Totana, el Raiguero, y los grupos Ronda de la Mota del Cuervo (Cuenca), Animeros de Cañada de la Cruz (Moratalla) y los anfitriones, los Aguilanderos de Barranda.
Al caer la tarde, la fiesta siguió en el Salón social del pueblo, fiesta en la que el baile y la música, junto con improvisaciones teatrales, ponen colofón a un grato día de jolgorio y diversión. A esperar al próximo año. No se pierdan este peculiar evento.
1 comentario:
hola os vi este pasado enero en barranda y tengo varis videos vuestros me gustaria mandaoslos sois geniales
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