Recuerdo que, hace ya unos años -bastante antes de que Cartagena, mi ciudad de origen, comenzase un ciclo que la condujo hacia el declive industrial-, una serie de personas, preocupadas por debatir sobre el futuro de una ciudad que perdía a pasos agigantados protagonismo en el concierto económico regional, nos reunimos en un local de la zona antigua, próximo a la actual iglesia de Santa María la Vieja y el Teatro Romano. En esa reunión estuvo Enrique Escudero, hoy fallecido, el primer alcalde democrático de Cartagena desde 1979 a 1983. Y recuerdo que, en el transcurso de aquel encuentro, Escudero, adelantándose a tiempos peores por venir, afirmó que el futuro de Cartagena estaba en la inteligente explotación turística del inmenso patrimonio arqueológico y cultural de la ciudad. Pasado el tiempo, se ha podido constatar que tenía razón. Y hoy Cartagena puede presumir de ofrecer, a naturales y visitantes, una extensa muestra de su brillante pasado histórico, a través de la oferta de Cartagena, Puerto de Culturas.
Desde hace algunos años, consciente de que esa interesante oferta cultural e histórica de la ciudad merece ser conocida ‘in situ’ por mis alumnos y alumnas, vengo organizando una salida didáctica a Cartagena, dirigida al alumnado de segundo curso de Bachillerato. La última, hace unos días. La subida en el ascensor panorámico al centro de la interpretación de la Historia precedió, en esta ocasión, a la visita a la interesante muestra que nos ofrece el museo del Teatro Romano, notable logro arquitectónico, en lo referente al continente y contenido, surgido de la imaginación de Rafael Moneo. Pero, momentos antes, la contemplación desde el Parque de Torres de las ruinas del anfiteatro romano, y la constatación, avalada por las palabras de la guía turística que nos acompañaba, de que las dificultades presupuestarias y la inacción de todas las administraciones -estatal, regional y local- son las responsables de la parálisis que se registra en la excavación de esos valiosísimos restos, me hizo reflexionar, hasta llegar a la conclusión de que sólo la ceguera cultural de los responsables políticos puede explicar cómo no se libran fondos suficientes (que sí los habrá, probablemente, para el megaproyecto de la ‘Paramount’ y para financiar a la escudería de Fórmula 1 murciana) para sacar a la luz el que probablemente sea uno de los anfiteatros mejor conservados de la cuenca mediterránea. La misma reflexión cuando desembocamos en una de las caveas desde la que nos es dado contemplar, en todo su esplendor, los restos del teatro romano. Aun reconociendo el esfuerzo que se ha realizado por exponer ante naturales y visitantes el que fuera, después de Mérida, el mayor teatro de Hispania, sólo la desidia y el desinterés explican que no continúen las excavaciones en la parte posterior del teatro, la orientada al norte (la porticus post scaenam), zona que en su día estuvo ajardinada y facilitaba el acceso al interior del recinto, además de servir como espacio para el esparcimiento, con sus espléndidos jardines.
Ceguera cultural y desidia institucional. Porque pocas ciudades de la Región, como Cartagena, pueden presumir de reunir muestras de épocas tan variadas de su pasado histórico. Una visita reposada a la que sigue siendo sede de la Capitanía de la Zona Marítima del Mediterráneo nos lleva, sucesivamente, a la antigüedad, con restos púnicos, romanos y visigodos -sin olvidar la cripta del siglo XVI hallada junto a las ruinas de la muralla púnica, indicativa de la gradual recuperación de la ciudad a partir de la Edad Moderna-, a su resurrección con Carlos III, con la valiosa aportación de Sebastián Feringán y Cortés, ingeniero militar español que proyectó y realizó numerosas obras de ingeniería defensiva en la ciudad, al esplendor del modernismo, con edificios como el Ayuntamiento, el Casino, la Casa Llagostera, la Casa Cervantes, la Casa Pedreño, el Palacio de Aguirre, el Gran Hotel….
Cartagena alberga demasiado patrimonio como para no volcar en ella más esfuerzos. Y es que el turismo cultural puede contribuir, también, a la recuperación económica de esta Región.
(*) Artículo publicado en La Opinión de Murcia / 09-03-2010
4 comentarios:
Buena reivindicación!!!
Gracias, amigo. A ver si alguien nos oye.
Referente a "Cartagena Puerto de Culturas" me extraña, amigo Diego, que no hayas comentado nada acerca del precio de entrada a los yacimientos. Cuando no existía el patronato actual, y la gestión era pura y duramente de ámbito municipal, los profesores y profesoras llevábamos a los alumnos y alumnas, de forma gratuita, a conocerlos, haciendo una solicitud a la Concejalía de Educación, que nos proporcionaba una persona que hacía de guía durante la visita. Ahora, en lugar de la gratuidad para estudiantes, se dispone de precios reducidos para grupos, que eso es lo que nos ha traído la privatización.
Desconocía ese dato, amiga Pepa. De todos modos, lo que me interesaba, sobre todo, era destacar el abandono y la desidia para la continuidad de la excavación de esos yacimientos, pues podrían ser un recurso para la recuperación económica de Cartagena y su comarca.
Publicar un comentario