En la película “Complot”, Mel Gibson interpreta el papel de Jerry Fletcher, un taxista de Nueva York obsesionado por la existencia de todo tipo de conspiraciones en el mundo, hasta que, llegado el día en que rescata de una situación delicada a Alice Sutton (Julia Roberts), abogada del Departamento de Justicia de EE UU, la chica le pone al corriente de sus paranoicos temores, sin saber que ambos van a ser objeto de una conspiración real.
Es una película de ficción más, pero en ciertas ocasiones la realidad supera a la ficción. Con todas las reservas que puedan hacérsele a una hipótesis que, las más de las veces, puede estar aquejada de falta de datos realmente contrastables, el periodista venezolano Ernesto Villegas, poniendo en relación el reciente accidente del ‘Airbus’ francés en aguas del Atlántico con otros similares acaecidos en el mundo, contempla la posibilidad de que en dicha tragedia haya algo más que un simple accidente de aviación. El derribo de aviones ha sido una de las acciones preferidas del terrorismo internacional. Posada Carriles, terrorista anticastrista nacionalizado venezolano y actualmente residente en Miami, está detrás no sólo del atentado registrado en 1997 contra un hotel de La Habana, en el que murió un turista italiano, sino que es el principal sospechoso del derribo de una aeronave de Cubana de Aviación cerca de Barbados, en 1976, en el que murieron 73 personas. Es un hecho que repugna a todos los cubanos, salvo a unos pocos exiliados que guardan un silencio cómplice. Había salido de Venezuela y por eso este país reclama su extradición desde 2005. Todos recordamos también el accidente de un avión de la compañía americana Pan Am en Lockerbie (Escocia), en 1988, cuya autoría se atribuyó a los servicios secretos libios y que condujo a la quiebra a dicha compañía aérea.
Recientemente, Villegas da cuenta en su artículo de la suspensión del viaje aéreo de los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales a El Salvador y del siniestro de un helicóptero militar venezolano en la frontera con Colombia, el pasado 3 de mayo, donde murieron sus 18 ocupantes, citando fuentes castrenses que vincularon la caída a tierra del helicóptero con un posible sabotaje electrónico, una interferencia deliberada a distancia para provocar el accidente. Sólo servicios secretos como El Mossad israelí tienen capacidad para ese tipo de acciones, y con el accidente de ese helicóptero de fabricación rusa se intentaría, pues, desacreditar a la industria militar de ese país, en fuerte competencia con la norteamericana. La técnica del sabotaje electrónico, según Villegas, fue utilizada también por la CIA para el derribo del avión en el que murió Samora Machel, presidente de Mozambique entre 1975 y 1986. Desde una base terrestre, se manipularon los sistemas de control del avión, engañando a los pilotos, que condujeron directamente el avión presidencial hacia unas montañas en las que se estrelló. Recientemente, más de 40 expertos norteamericanos, muchos de ellos vinculados al Pentágono y a las Fuerzas Armadas de aquel país, han puesto en duda la versión del atentado islamista sobre las Torres Gemelas de Nueva York. Se habla de manipulación electrónica sobre los GPS de aquellos aviones para dirigirlos directamente sobre esos rascacielos.
Según Ernesto Villegas, la coincidencia entre el incidente del avión presidencial en que viajaban Hugo Chávez y Morales hacia El Salvador y el accidente registrado recientemente en aguas del Atlántico está en el tipo de avión, el Airbus, fabricado por un consorcio europeo en Toulouse (Francia) y en el que el país vecino tiene fuertes inversiones. Da la casualidad que, según datos de la revista digital “El Economista”, la compañía americana Boeing y la europea Airbus compiten duramente por un contrato de más de 7.000 millones de euros con United Airlines para la renovación de la flota de aviones de esta compañía. Habiendo tales cantidades en liza, no es descabellado pensar que a alguien se le esté ocurriendo desacreditar a la firma europea en beneficio de la americana recurriendo, incluso, a estas abominables acciones. ¿No creen?
4 comentarios:
Conspiraciones al poder.
Qué paranoia me ha entrado, amigo Diego. La verdad es que la hipótesis no es descabellada, pero dan escalofríos pensarlo. Y mira, no es descabellada porque si pensamos en la psicopatía de las grandes corporaciones, que no tienen ningún escrúpulo en dejar morir de hambre o de enfermedades a miles de personas en el Tercer Mundo, o embaucar a personas inocentes para vender sus productos (caso de la lactancia materna en África y otros muchos casos), pues no extraña que puedan llegar a estas abyecciones. ¿Qué son doscientas personas para ellos, si están en juego cosas más importantes, como sus beneficios y su lucha territorial?
diego, espero que no, porque si llegamos solo a darle visos de realidad a esa suposicion que otros miles de "experimentos"puede haber por ahi
Pues, amigo Alfonso, yo sí creo que haya mentes retorcidas capaces de acciones de ese tipo. Cito también en mi artículo las sospechas de que hay algo más que la actuación de unos comandos islamistas en la caída de las Torres Gemelas. Desde el primer momento, sin ser analista político, sospeché que había algo raro en la versión oficial que nos dieron.
Respecto de los derribos de aviones, si las multinacionales farmacéuticas son capaces de exportar al Tercer Mundo medicamentos que se retiran del mundo rico; si, como dice Fuensanta, las normas del comercio internacional y otras acciones deleznables están condenando al hambre y a la muerte a millones de personas, no hay por qué atribuir escrúpulos de ningún tipo a un capitalismo depredador preocupado únicamente por sus beneficios. De modo que la hipótesis que planteo en este artículo puede tener visos de verosimilitud.
Saludos
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