Una treintena de ciclistas recorre así las calles de Murcia para evidenciar la carencia de una política de movilidad sostenible para la capital y para denunciar el predominio del tráfico motorizado.
Diego Jiménez. Murcia, 9 de junio de 2007.- Treinta jóvenes murcianos, con predominio de personas del sexo masculino, pero entre los cuales se dejaban ver también algunas chicas, celebraron de una manera muy peculiar el Día de la Región. La fecha en que se cumplían los 25 años del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de Murcia fue elegida por estas treinta personas para, desnudas a bordo de sus bicicletas, evidenciar las carencias de movilidad urbana sostenible en el municipio de Murcia, al tiempo que demostraban con su gesto la ruptura de tópicos y tabúes relacionados con el desnudo.
A partir de las 11 de la mañana, se fueron congregando lentamente en la Plaza Circular de Murcia, que registraba a esas horas una inusitada expectación, no conseguida con eventos de similares características cuando la protesta se registra con los ciclistas vestidos. Gentes de todas las edades esperaban, entre sorprendidos y con gesto de complicidad, la salida de esta peculiar caravana ciclista, que fue seguida también por un inusual despliegue informativo, tanto de la prensa escrita como de emisoras de radio y TV regionales.
Las bicicletas exhibían carteles reivindicando el carril bici y criticando el predominio del tráfico motorizado. A la vista del calor sofocante de la jornada, las cremas protectoras se aplicaron con profusión en los cuerpos de estas intrépidas personas, que en todo momento dieron muestras de una gran simpatía y naturalidad con quienes se hallaban presentes en la concentración y con quienes les siguieron por las calles murcianas.
Recorrido urbano sin incidentes
La convocatoria tenía un carácter mundial, y en nuestro país fue secundada por una decena de ciudades, por lo que el paseo tenía el carácter de circuito urbano. Concretamente, la caravana ciclista murciana, bien arropada en todo momento por la Policía Local, que fue ordenando el tráfico al paso de la misma, partió de la Plaza Circular para dirigirse a Plaza Díez de Revenga, Avenida de la Libertad y Plaza de la Fuensanta, Gran Vía, Plaza Martínez Tornel, Puente Viejo y Plaza de Camachos, para, junto a la Avenida del Río Segura, hacer una breve parada en el Puente de Hierro, donde esperaban algunos fotógrafos. De ahí, hacia el Ayuntamiento, pasando por la Plaza del Cardenal Belluga, donde las personas que llenaban las terrazas, a la hora del aperitivo, mostraron su incredulidad y sorpresa hacia lo que veían. Los ciclistas pasaron junto al bello imafronte barroco de la catedral de Murcia hacia la Calle Ceballos (Correos) –al final de cuya calle esperaba también un notable número de fotógrafos- en dirección a Plaza de la Merced y Puerta Nueva, para enfilar hacia Alfonso X El Sabio, avenida a la que dieron dos vueltas, para terminar desembocando, de nuevo, en la Plaza Circular. La ‘foto de familia’, tras agradecer los ciclistas la intervención de la Policía Local de Murcia, puso fin a esta simpática nota reivindicativa.
En ningún momento, salvo algún comentario aislado, se produjo gesto alguno de reprobación por parte de las muchas personas que siguieron el acontecimiento desde plazas y aceras. La simpatía y la sorpresa presidían los rostros de quienes, con su aplauso, exteriorizaban la complicidad con la protesta. Sólo en la Plaza del Cardenal Belluga se deslizó algún comentario desagradable, por parte de una persona de cierta edad, pero sin mayores repercusiones.
Apoyo de ‘textiles’
En todo momento los ciclonudistas contaron con el apoyo de una decena de personas más, eso sí, convenientemente dotadas de ropa (‘textiles’, según la alusión de Elías López), que siguieron a prudente distancia a los ciclistas en su periplo urbano.
(Más información en esta web: http://www.ciclonudista.net/ )
A partir de las 11 de la mañana, se fueron congregando lentamente en la Plaza Circular de Murcia, que registraba a esas horas una inusitada expectación, no conseguida con eventos de similares características cuando la protesta se registra con los ciclistas vestidos. Gentes de todas las edades esperaban, entre sorprendidos y con gesto de complicidad, la salida de esta peculiar caravana ciclista, que fue seguida también por un inusual despliegue informativo, tanto de la prensa escrita como de emisoras de radio y TV regionales.
Las bicicletas exhibían carteles reivindicando el carril bici y criticando el predominio del tráfico motorizado. A la vista del calor sofocante de la jornada, las cremas protectoras se aplicaron con profusión en los cuerpos de estas intrépidas personas, que en todo momento dieron muestras de una gran simpatía y naturalidad con quienes se hallaban presentes en la concentración y con quienes les siguieron por las calles murcianas.
Recorrido urbano sin incidentes
La convocatoria tenía un carácter mundial, y en nuestro país fue secundada por una decena de ciudades, por lo que el paseo tenía el carácter de circuito urbano. Concretamente, la caravana ciclista murciana, bien arropada en todo momento por la Policía Local, que fue ordenando el tráfico al paso de la misma, partió de la Plaza Circular para dirigirse a Plaza Díez de Revenga, Avenida de la Libertad y Plaza de la Fuensanta, Gran Vía, Plaza Martínez Tornel, Puente Viejo y Plaza de Camachos, para, junto a la Avenida del Río Segura, hacer una breve parada en el Puente de Hierro, donde esperaban algunos fotógrafos. De ahí, hacia el Ayuntamiento, pasando por la Plaza del Cardenal Belluga, donde las personas que llenaban las terrazas, a la hora del aperitivo, mostraron su incredulidad y sorpresa hacia lo que veían. Los ciclistas pasaron junto al bello imafronte barroco de la catedral de Murcia hacia la Calle Ceballos (Correos) –al final de cuya calle esperaba también un notable número de fotógrafos- en dirección a Plaza de la Merced y Puerta Nueva, para enfilar hacia Alfonso X El Sabio, avenida a la que dieron dos vueltas, para terminar desembocando, de nuevo, en la Plaza Circular. La ‘foto de familia’, tras agradecer los ciclistas la intervención de la Policía Local de Murcia, puso fin a esta simpática nota reivindicativa.
En ningún momento, salvo algún comentario aislado, se produjo gesto alguno de reprobación por parte de las muchas personas que siguieron el acontecimiento desde plazas y aceras. La simpatía y la sorpresa presidían los rostros de quienes, con su aplauso, exteriorizaban la complicidad con la protesta. Sólo en la Plaza del Cardenal Belluga se deslizó algún comentario desagradable, por parte de una persona de cierta edad, pero sin mayores repercusiones.
Apoyo de ‘textiles’
En todo momento los ciclonudistas contaron con el apoyo de una decena de personas más, eso sí, convenientemente dotadas de ropa (‘textiles’, según la alusión de Elías López), que siguieron a prudente distancia a los ciclistas en su periplo urbano.
(Más información en esta web: http://www.ciclonudista.net/ )
