El profesor de la UMU J. García del Toro propone la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del yacimiento.
Diego Jiménez/Murcia.- Las catas arqueológicas que la empresa responsable del proyectado aparcamiento de San Esteban, en Murcia, empezó a realizar hace unos meses han dado como resultado el descubrimiento, en pleno centro de Murcia, de un arrabal de la ciudad musulmana, que un Informe reciente encargado por la Dirección General de Bellas Artes de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia lo sitúa correspondiente al siglo XIII, es decir, a la época de la presencia de los almohades en la Península, sin descartar que, en niveles inferiores, puedan datarse restos del siglo XII, época de los almorávides del reino musulmán de Murcia en que se dio el brillante reinado del rey Lobo.
Inmediatamente, ha estallado la polémica entre quienes dicen pretender la conservación del yacimiento, pero que no renuncian a la construcción del citado aparcamiento, esto es la Administración municipal, y un significativo sector de la sociedad civil murciana que exige, a toda costa, la conservación, in situ, del mismo.
Los hallazgos
Los restos encontrados responden, como se ha dicho, a un arrabal de la Murcia musulmana correspondiente al siglo XIII. Los informes técnicos admiten la existencia de este arrabal periférico de la ciudad y Enrique Ujaldón, Director General de Bellas Artes de la Comunidad Autónoma de Murcia, ha dado un plazo de tres meses más para proseguir las excavaciones, aunque declara que, para preservar debidamente las cimentaciones del Palacio de San Esteban, actual sede del Gobierno regional y antiguo colegio de la Compañía de Jesús, desde el siglo XVI hasta 1767, fecha de la expulsión de dicha congregación religiosa, y para evitar que la humedad y otras circunstancias pudieran afectar a los mismos, sería conveniente elevar dicho yacimiento a cota cero, a nivel de la calle, dado que los restos se encuentran ahora a tres medio y medio de profundidad. Dicha pretensión ha suscitado la polémica en la sociedad murciana, que ya prepara acciones adecuadas para frenar dicha pretensión. Así, a la hora de redactar esta información, nos consta que arquitectos, intelectuales y artistas locales se disponen a redactar un Manifiesto para exigir la preservación, “in situ”, de dicho yacimiento, descartando, pues, la idea de la construcción del proyectado aparcamiento, que podría ubicarse en otro lugar.
En días pasados, Javier García del Toro, profesor titular de Arqueología de la Universidad de Murcia, reunió en las inmediaciones de un conocido centro comercial de Murcia a más de doscientas personas a las que, a pesar de tener vedado el acceso a la zona del yacimiento, dio todo tipo de detalles de lo que en el mismo se ha encontrado. Del Toro explicó que nos encontramos ante un peculiar arrabal de la Murcia de época almohade (siglo XIII). En el solar, que ocupa unos 10.000 metros cuadrados y que, como se dijo arriba, se ubica en el jardín de San Esteban, a tres metros y medio de profundidad, ha aparecido todo un conjunto urbano en el que son visibles los restos de unos diez palacios, dos calles amplias, con un trazado similar al de una ciudad romana, restos de alcantarillado y de conducciones de agua por tuberías de plomo, una antigua mezquita, con su minarete, un cementerio anexo y casas con patios árabes, así como jardines.
Del Toro acudió al encuentro provisto de velas, que repartió entre el público asistente, así como de rosas rojas, del color rojo Cartagena, seguramente las mismas plantas que adornarían esos jardines. Reconoció que ese día todo lo veía menos negro, pues las autoridades habían decidido prolongar las excavaciones tres meses más, para añadir, a continuación, que era preciso el esfuerzo y la presión de la sociedad civil murciana, con la que dijo haberse reconciliado, para evitar cualquier actuación que no pase por la preservación, in situ, de este hallazgo, al que calificó como de los más importantes de España y Europa para conocer más de cerca nuestro pasado musulmán. Y ante la exhibición, por una de las personas presentes, de una fotografía de los antiguos baños árabes de Murcia, que fueron desmantelados en 1953 de su ubicación en la calle Madre de Dios de Murcia para construir la actual Gran Vía, Del Toro abogó por luchar para evitar que se consolide hoy un latrocinio similar.
El profesor, que en un momento dado reconoció que su actuación en la calle respondía a su deseo de consolidar una Universidad Popular (sic), emplazó a las personas asistentes y a quienes quieran sumarse a concentrarse todos los domingos, a partir de las cinco de la tarde, en el mismo lugar, acción con la que pretende la recogida de firmas tendente a la sensibilización ciudadana para lograr que los restos de San Esteban puedan llegar a catalogarse de Bien de Interés Cultural (BIC), pues, según este profesor, tienen más interés que otros, como los que se pueden ver en ciudades de pasado musulmán como Sevilla.
Despojo de los restos
En la noche del jueves, las personas que acudieron a la reunión que varios intelectuales, artistas y arquitectos habian convocado para la redacción de un Manifiesto por la preservación 'in situ' de los restos se enteraron de que, durante todo el día, varios camiones habían estado desmontando restos de fábrica de los muros del yacimiento que, convenientemente cargados en palés, estaban siendo trasladados del lugar. Dicha acción, ilegal y contraria a la Ley del Patrimonio Artístico, motivó que dichas personas acudieran al cuartel de la Guardia Civil de Murcia para interponer la correspondiente denuncia.
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