martes, 1 de julio de 2008

LA 'ROJA' COMO BÁLSAMO



(Publicado en LA OPINIÓN de Murcia. 01/07/2008)

(Fotografía de la Agencia EFE)

El espectáculo del fútbol es una manifestación más de esa cultura de masas que, en realidad, es
más antigua de lo que creemos. La pasión que despiertan hoy once atletas disfrazados con un uniforme a la caza de un trofeo tiene, según los análisis antropológicos más sesudos, claras connotaciones con el espíritu guerrero que era admirado y ensalzado por los componentes de la tribu. Incluso los términos futbolísticos más comunes (táctica, jugadas de estrategia, ataque, defensa, acoso…), junto con el fin último de este deporte, el cómputo máximo de goles en el fondo de la portería rival, podemos asimilarlos a la guerra y a la pasión que para la tribu o las naciones enfrascadas en un conflicto despertarían las noticias de las hazañas bélicas de sus soldados. Siguiendo con otro símil, en los antiguos estadios griegos y romanos se ensalzaban y vitoreaban las gestas de los atletas, quienes, asimilados a guerreros, se preparaban largamente (como hoy nuestros futbolistas), ante el escrutinio de sus respectivas tribus (hoy, los seguidores de cualquier equipo, convenientemente aleccionados por los medios de comunicación). Los jugadores de fútbol, como los atletas clásicos, cuentan ahora también con el apoyo de sus seguidores, ataviados de ropas, pinturas y cánticos de batalla y, así, todos juntos, acuden al encuentro del adversario. Todo vale hasta conseguir la derrota del enemigo. La inicial apelación del ‘fair play’ (juego limpio), cuando nació este deporte en el siglo XIX, se ha perdido actualmente en parte. El equipo arbitral, antes vestido solemnemente de negro, se encarga de poner cierto orden en el fragor de un combate que, como en el Coliseo romano, tiene como fin la derrota y humillación del oponente.

Incluso remontándonos más en la noche de los tiempos el deporte del fútbol tiene claras connotaciones con la actividad humana de la caza. Rastreando en Internet análisis antropológicos sobre el último campeonato mundial de fútbol, he encontrado esta cita sobre el particular de Peter Sloterdijk (Der Spiegel, 3/06/2006). En resumen, este autor viene a decirnos que en el fútbol moderno lo que se pone en escena es el cazador reprimido que todos llevamos dentro. No hay ningún otro deporte que imite con tal precisión el sentimiento protoartillero del cazador humano. El asedio, el rodeo, el cercar a la presa -el portero, la portería-, fijan la trama del juego. Después se le apunta y se le dispara con un objeto balístico, el balón. Esa suerte de orgasmo colectivo que sigue a la consumación del éxito -el gol- sólo es concebible si un poderoso atavismo ha quedado liberado. Tal vez se trata, en efecto, del atavismo más antiguo del éxito: cuando el cazador ha acertado a su presa con una pieza balística.

Hoy, las grandes manifestaciones deportivas necesitan, para su reproducción, de la asistencia masiva del público a los estadios o a los circuitos automovilísticos. En España, la pasión visceral que ha desatado el equipo nacional de fútbol pone en evidencia, además de esa especial fascinación atávica del ser humano por el riesgo del héroe y por la competición, que este gran evento deportivo ha servido para canalizar y suavizar el descontento, reforzar los lazos de identidad de la población, acrecentar el españolismo cuestionado por algunos territorios del Estado y, al tiempo, con la asistencia de los miembros de la familia real a los estadios de fútbol, insuflar un balón de oxígeno a la imagen de la monarquía en España. Todos recordamos el triunfo de Argentina en el Mundial de 1978. La copa conseguida en ese campeonato por la selección albiceleste logró acallar las posibles críticas ante las atrocidades de la Dictadura militar.

España y Europa están sumidas hoy en una seria crisis económica. Pero, durante unos días, la atención ha estado centrada en el campeonato de fútbol organizado por la UEFA. La identificación popular masiva con los triunfos de la Selección Española de Fútbol (la “roja”) demuestra que ésta ha actuado de bálsamo ante los problemas que a todos nos afectan. La preocupación por la crisis puede esperar.


Diego Jiménez didac_mur@yahoo.es

2 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Esto es una vergüenza. Una de las mayores tasas de paro de la Europa civilizada, y el gobierno y la oposición mayoritaria, hablando de 11 individuos en pantalón corto. Y mejor no hablar del uso cutre, salchichero, malintencionado y maldito de la bandera de España. Cualquier día pido asilo política en cualquier república independiente sin su casa. Una vergüenza.

Anónimo dijo...

Estamos repitiendo lo de siempre, baños, pan y circo para la plebe.. todo esto me recuerda a la pelicula "gladiator" cuando el emperador comodo decia "dadles espectaculo y sangre y quitadles su libertad y seguiran rugiendo..."
Lamentablemente dos mil años despues de los que escenifica esta pelicula no hemos aprendido nada, a la "plebe" nos la siguen "metiendo doblada" cuando quieren y como quieren, nos ponen partidos de futbol, cerveza y una dosis de banderas de españa y nacionalismo barato en los medios de "incomunicacion" y ya estamos todos entontecidos y con la boca abierta y para mas inri, nos vamos de borrachera y de celebracion,.. ¿celebrar que? ¿que muchas familias ya estan pasando necesidad por culpa del pelotazo y de la especulacion de unos pocos? ¿celebrar que "los idolos" de españa se van ahora de vacaciones, con sus grandes sueldos que una persona normal no podria ni soñar, con sus coches y casas de lujo...? Mientras que los "españolitos" de a pie, seguimos trabajando dia tras dia para llevar el pan a casa, pan que cada vez cuesta ganar mas y da para menos...?? ¡¡pero en que estamos pensando?? nos estamos convirtiendo en un pais idiotizado que vemos como 11 tios que trabajan 2 horas al dia y ganan 20 veces mas que nosotros y a la familia real (de la que ignoro que hacen para ganarse el suculento sueldo que ganan) y encima que nos quedamos mirandolos, si hay alguna voz disidente, que se calle, que es un antipatriota, ya esto es lo ultimo a lo que se llega, besar la mano que te ahoga y te saca la sangre y encima darle las gracias...
Desgraciadamente si nadie lo remedia vamos a volver otra vez a los tiempos de la españa negra...