miércoles, 17 de junio de 2015

La Asociación de Memoria Histórica de Murcia (MHMU-Tenemos Memoria) cerró el curso con un acto reivindicativo en el Moneo contra la anti-memoria institucional

Las personas invitadas denunciaron la inutilidad  de la actual Ley de Memoria Histórica y propugnaron acciones contra el olvido de las víctimas de la barbarie franquista.

Diego Jiménez/Murcia.-  Si hubo algún detalle que pusiera en evidencia la oportunidad de una jornada memorialista en Murcia, para denunciar el olvido de la represión y la barbarie fascistas en nuestro país y en la Región de Murcia en particular, fue el cálido aplauso que el numeroso público asistente al Moneo tributó al veterano luchador socialista José Fuentes Yepes, que está próximo a cumplir el siglo de vida y que se hallaba presente en la sala. El acto fue organizado el pasado martes, día 16, por la Asociación para la Recuperación y Defensa de la Memoria Histórica de Murcia (Tenemos-Memoria), y conducido con notable agilidad y acierto por la vicepresidenta de este colectivo, María Jesús García Ruiz.

En la mesa se encontraban Josefa Martínez López, de la Asociación de Memoria Histórica de Cartagena; Pedro María Egea Bruno, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Murcia; Floren Dimas, pionero en la investigación memorialista en la Región de Murcia;  Víctor Peñalver, joven investigador de la represión franquista en el Noroeste murciano (concretamente de los prisioneros que trabajaron en el embalse del Cenajo), y Juan Enrique Serrano, profesor asociado de Ciencias Políticas y doctorado por la Universidad París I Panthéon-Sorbonne.

En la mesa, de izquierda a derecha, Juan Enrique Serrano, Víctor Peñalver, Pedro Mª Egea Bruno, María Jesús García (moderadora), Josefa Martínez y Floren Dimas.







Turno de intervenciones

Tomó la palabra en primer lugar Josefa  Martínez, quien, tras afirmar que las asociaciones memorialistas existen porque son necesarias,  enfatizó que  “hijos e hijas de represaliados por el franquismo tienen aún hoy los labios sellados por el miedo a la represión”, mientras que los  nietos y nietas de esas personas represaliadas “sienten vergüenza”. Las raíces de muchas de esas personas han sido borradas por el franquismo, mientras que los “verdugos de ayer tienen en sus descendientes a los cancerberos de la Historia”.  Tras exponer los fines que persigue la asociación memorialista cartagenera, dijo que este colectivo está conectando con los centros de Secundaria para intentar introducir actividades memorialistas en el currículo escolar. Terminó postulando la necesidad de la coordinación de las asociaciones memorialistas de la Región.

El investigador Floren Dimas recalcó que existe una “amnesia social” sobre la Memoria republicana, favorecida por un Estado que, con todas sus herramientas, “silencia, oculta, tergiversa” el relato histórico de la lucha por la democracia en el siglo XX. Tras recordar que en otros países de Europa que sufrieron el fascismo y el nazismo “no hay leyes de Memoria histórica, porque son innecesarias”, dijo que en España se han realizado “políticas anti-memoria”, con el afán de las instituciones de que ésta quede recluida en el ámbito estrictamente familiar. Por ello advirtió que las asociaciones memorialistas, si no cuentan con el apoyo institucional, “lo tienen difícil” y deben de huir de reducir su actividad exclusivamente a esos ámbitos familiares. Afirmó que “la impunidad en España está conectada con el presente”, mientras que en países como Alemania y Francia están siendo juzgadas por crímenes de lesa humanidad personas de más de 90 años.

Arremetió duramente contra las dos leyes que mantienen en la impunidad a los autores de crímenes fascistas, la de Amnistía, de 1977, y la Ley de Memoria Histórica de 2007, de Zapatero, a la que calificó de “ley de beneficencia”, y que hoy se halla incluso sin consignación presupuestaria. Ambos textos, en opinión de Floren Dimas, dejan sin efecto los principios de Justicia Universal.

El catedrático Pedro María Egea centró su intervención en las investigaciones que aún están por realizarse, como los 14.000 sumarios existentes en el Archivo Naval de Cartagena. Sugirió que las asociaciones memorialistas creen grupos de trabajo y de investigación, pues hay muchos temas pendientes: cárceles, hambre, bombardeos, la represión sobre las mujeres, los conventos de Murcia convertidos en campos de concentración y que albergaron a 4.000 presos… Su afirmación de que “hay que borrar de las calles la sucia basura fascista” y su propuesta de una “jornada popular de limpieza de estos símbolos fascistas” provocaron aplausos del auditorio.

Egea Bruno denunció la complicidad del obispado con el terror franquista así como la desaparición del archivo del Gobierno Civil, por parte de la propia Universidad franquista.

Terminó proponiendo una larga lista de tareas a realizar por las asociaciones memorialistas: el papel desempeñado por las Brigadas Internacionales en Murcia; los esclavos del franquismo; las sentencias del TOP, que afectan a 176 murcianos; los niños robados del franquismo; las persecuciones a colectivos como los gitanos, los gays y los insumisos; recopilación de  las fuentes orales… Informó de que las universidades de Extremadura y Santiago ya están impulsando proyectos de investigación sobre la memoria histórica.


Público asistente, en notable número, al acto

Por su parte, Víctor Peñalver, que empezó afirmando la utilidad del estudio de los expedientes de Responsabilidades Políticas, pues son fuentes de primera mano para acercarse al conocimiento de la realidad sociopolítica del momento, denunció las “estratagemas” que hay que utilizar para abordar el estudio de estos temas sobre la Memoria. A título de ejemplo, dijo que el estudio de la represión ejercida sobre los prisioneros políticos en la construcción del Cenajo hubo de abordarla como un trabajo sobre las infraestructuras hidráulicas de España. Se preguntó por qué sigue ahí la placa conmemorativa de la inauguración por el dictador de esa presa en el año 1963. Citó los lamentables comentarios en contra de las víctimas del franquismo vertidos por  algunos dirigentes del PP  (como Rafael Hernando, actual portavoz), que no merecieron en su día el revuelo mediático que ha acompañado el caso del concejal madrileño Zapata. Para terminar, propuso erigir un monolito en la capital de la Región a los 420 murcianos fallecidos en el Holocausto y dijo que “más que de Memoria Histórica hemos de hablar de reivindicación de la Justicia”.

Juan Enrique Serrano puso fin al turno de intervinientes de la Mesa. Este joven politólogo afirmó que la “Ley de la Memoria Histórica es un recurso político muy peligroso”, pensada para “apuntalar el régimen de 1978 y el bipartidismo”. Serrano cree que se da una “convergencia real PP-PSOE” sobre estos temas, pero la Ley les ofrece la oportunidad de desempeñar a cada partido un rol distinto, diferenciándose ante el electorado.

Puso en duda de que en países como Alemania y Francia, que sufrieron el nazismo, haya hoy atisbos de que exista algo similar a la Memoria Histórica de aquí, y lanzó una afirmación destinada a levantar la polémica en el auditorio: “No hay una sola Memoria, hay varias”.

Enfatizó que el primer objetivo, hoy, ha de ser derogar la Ley de Amnistía de 1977, tras lo que afirmó que, para trabajar en este campo memorialista, “hay que ser astutos”, abordando asuntos tales como la historia de la discriminación de género, Murcia y los refugiados, homenajes a los militares republicanos que defendieron la legalidad, los deportados de Mauthausen, la cárcel vieja…

Un momento del coloquio 

Terminadas las exposiciones, se dio paso a un animado coloquio.







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