miércoles, 19 de mayo de 2010

ZAPATERO SE EQUIVOCA *



Las últimas propuestas de Zapatero para contener el déficit público han desatado la alarma social, hasta el punto de que los sindicatos han decidido convocar un paro en la Función Pública para el próximo ocho de junio.

Para entender el contexto de esa alarma social, hay que decir que, aunque desde hace algo más de un año, se viene dando cumplida información sobre la crisis financiera -que en España se ha solapado, además, con el fin del ciclo del “capitalismo popular inmobiliario”, al decir de algunos analistas-, poco se informa, mediáticamente, de las verdaderas razones de aquélla, a escala global y estatal. Voy a tratar de exponer, telegráficamente, algunas de las claves.

Para empezar, el actual ciclo depresivo de la economía mundial se ha producido, paradójicamente, en un contexto de excesiva liquidez, lo que ha permitido que el capital especulativo se haya impuesto sobre la economía real. En estos dos años de crisis, han predominado las inversiones de capital ligadas a la financiación de la deuda de los Estados (inversiones en renta fija) con los flujos de capital invertidos en renta variable (Bolsa). Además, todo ello se ha dado en un contexto de la debilidad del dólar con respecto al euro, algo que venía favoreciendo las exportaciones de EE UU a todo el mundo. Han bastado las alarmas desatadas por las fluctuaciones de la moneda europea, que perjudican al dólar, para que mediaran las llamadas de Obama a varios gobiernos del Viejo Continente (entre ellos al español) para la adopción de severas medidas de ajuste estructural. Ello explica la rapidez con la que Zapatero ha reaccionado, plegándose, además, a los dictados de Bruselas para, desdiciéndose de anteriores compromisos, poner en marcha un paquete de medidas antisociales que suponen un ataque en toda regla al magro Estado del Bienestar español, al afectar de lleno a los sueldos de los empleados y empleadas del Estado, a las pensiones y a los fondos destinados a las personas dependientes.

El Presidente del Gobierno español ha cedido, pues, no sólo a las presiones de los poderes financieros externos, sino también a los del propio país, como lo demuestra el hecho del aplauso a sus medidas de la patronal CEOE y de la Banca española. Pero Zapatero se equivoca. Es un error contener el déficit público con políticas restrictivas de la demanda, pues ello, a corto y medio plazo, va a afectar, sin duda, a la capacidad recaudadora del Estado. Por el contario, habría que aplicar políticas tendentes a una redistribución de las rentas, lo que haría posible el incremento de la capacidad adquisitiva de las clases populares, el aumento de la demanda y la recaudación y, de paso, una expansión del gasto público para generar empleo. Así lo entendió el presidente norteamericano Franklin Delano Rossevelt, quien, mediante el ‘New Deal’, atajó la severa crisis originada por el crack bursátil de 1929.

Pero es que, además, Zapatero se equivoca haciendo recaer el peso de la crisis sobre los sectores sociales más desfavorecidos, porque, incluso en épocas de crisis, es posible aumentar la recaudación del Estado con soluciones menos drásticas. Expongo telegráficamente algunas. 1) Restauración del Impuesto sobre el Patrimonio, lo que permitiría ingresar en las arcas públicas unos 2.200 millones de euros; 2) aumento de un 5% del Impuesto de Sociedades; 3) medidas para hacer aflorar los billetes de 500 euros, instrumento privilegiado para el mantenimiento de la economía sumergida; 4) actuaciones para la erradicación de ésta; 5) Persecución del fraude fiscal; 6) reforma de la fiscalidad de las SICAV (que tributan sólo al 1%); 7) equiparación de la tributación de los deportistas de élite a la del resto de ciudadanos con iguales niveles de renta e ingresos; 8) imposición de un IVA del 25% para artículos de lujo, joyas, abrigos de piel, aeronaves y embarcaciones deportivas…; 9) elevación del tramo del tipo impositivo marginal del IRPF del 43 al 50%; 10) equiparación de la tributación fiscal entre las rentas del capital y del trabajo…

Como ven, son posibles otras medidas. Los sacrificios que nos exige Zapatero habría que repartirlos más equitativamente.

* Artículo publicado en La Opinión de Murcia el 19/05/2010

2 comentarios:

Ernesto dijo...

Suscribo literalmente todas y cada una de las soluciones propuestas, a las que añadiría el recorte, o por qué no la supresión, de las subvenciones a la iglesia católica, la pérdida de los beneficios fiscales que aún mantienen de la misma, la supresión de subvenciones a organizaciones empresariales y a numerosas ONGs y Fundaciones que creo se les otorgan con una excesiva liberalidad.

un abrazo, Diego.

Diego J. dijo...

Las limitaciones de espacio de un artículo de Opinión, amigo Ernesto, me obligaron a seleccionar un decálogo con las alternativas más llamativas. Hubiera añadido alguna otra, además de las que tú me apuntas, como la salida de las tropas españolas de Afganistán y otros escenarios bélicos.
Gracias por tu comentario. Un abrazo.