viernes, 27 de noviembre de 2020

REFLEXIÓN DE URGENCIA A TENOR DE LA APROBACIÓN DE LOS PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO

. Con sus limitaciones, diferencias de criterio y, a veces, contradicciones, lo cierto es que el Gobierno parece haberle ganado el pulso a la derecha extrema y la extrema derecha: por fin se van a superar los PGE de Montoro y tendremos unas cuentas públicas más ajustadas a las demandas populares. Se ha consolidado el bloque progresista que aupó a Pedro Sánchez a La Moncloa.
Quedan retos pendientes: las previstas disposiciones antidesahucios; una política más decidida en los necesarios avances hacia la laicidad del Estado, con una denuncia o, al menos, renegociación de los Acuerdos de 1979 con el Vaticano; la derogación de la reforma laboral y de la Ley Mordaza; una posición más nítida en el apoyo, en el contencioso del Sáhara Occidental, a las legítimas aspiraciones de autodeterminación del Pueblo saharaui, lo que supone mirar menos hacia Marruecos... Pero no todo hay que fiarlo a las actuaciones del primer Gobierno de coalición tras la Segunda República. Es necesario ir acumulando fuerzas para consolidar un proceso neoconstituyente que avance hacia la superación del actual régimen monárquico con vistas a la llegada de un inevitable régimen republicano que permita articular unas relaciones de federalidad solidaria con todos los territorios del Estado. En ese camino, las fuerzas que se definen como socialistas y republicanas han de aunar esfuerzos con la izquierda periférica, nacionalista o no nacionalista. Parte del camino ya está recorrido. Es preciso reforzarlo.