https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2019/12/31/trasvase-cero-mar-menor-modelo/1079661.html
En el comienzo de 2020 se nos anuncia el
reinicio de la nunca cerrada 'guerra del agua' en la Región de Murcia y
en las comunidades de regantes de las vecinas Alicante y Almería. En
nuestra Región, la decisión del ministerio para la Transición Ecológica
de decretar para este mes de diciembre un trasvase cero, con sólo 7,5
Hm3 para abastecimiento humano, a la vista de la situación terminal del
Mar Menor, ha soliviantado a los partidos de la oposición de derechas,
al Sindicato Central de Regantes (SCRATS) y a las organizaciones
agrarias, que acusan al Gobierno central de querer liquidar la
infraestructura del Trasvase Tajo-Segura.
En
el ámbito político, el gran beneficiado por la polémica ha sido la
formación ultraderechista Vox, que tiene bien atados a un partido
devenido irrelevante en el conjunto del Estado, Ciudadanos, si bien es
cierto que conserva la vicepresidencia regional, y a un PP cuyo
presidente, López Miras, se nos muestra bastante infradotado e inmaduro
políticamente.
Empero,
en política, todo vale, hasta la mentira y también la desmemoria, para
atacar y ensañarse con el adversario. Empecemos por varias evidencias.
Primera. Entre mayo de 2017 y marzo de 2018, o sea, casi durante once
meses consecutivos, con el Gobierno de Mariano Rajoy y con García
Tejerina en el ministerio, el Tajo estuvo cerrado al Trasvase, según nos
recordaba en artículo reciente Hugo Morán, secretario de Estado de
Medio Ambiente y sobre el cual se carga toda la responsabilidad. La
decisión de decretar el trasvase cero quizás no haya sido la más
acertada políticamente, pero bien es cierto que, como recordaba Morán
hace unos meses, el final del Trasvase Tajo-Segura va a venir dado por
la meteorología. El pasado verano, las Cortes castellano-manchegas ya
alertaban de que, de no mediar precipitaciones abundantes, en octubre
sería imposible trasvasar agua hacia el Levante.
Segunda
evidencia: la disponibilidad de agua a finales de año en los embalses
cedentes, Entrepeñas y Buendía, excedía de los 400 Hm3, límite fijado
por el Memorando del Tajo-Segura aprobado en 2014 por el Gobierno del PP
y las comunidades de Castilla-La Mancha, Murcia, Valencia, Madrid y
Extremadura. Con fecha 26 de diciembre, según el portal
www.embalses,net, esos pantanos embalsaban 528 Hm3, unos 82 Hm3 más que
la semana anterior, pero de cuyo volumen de agua hay que descontar las
cantidades destinadas a mantener el caudal ecológico del Tajo y las
transferencias a la cuenca del Guadiana, para salvar, en no pocas
ocasiones, el humedal de las Tablas de Daimiel.
Y
tercera y no menos importante evidencia: lo que esta derecha
cavernícola que tenemos la desgracia de soportar en esta Región y el
lobby empresarial agrario (que, como indica su denominación, presiona y
condiciona al poder político) quieren obviar y ocultar es que este
modelo agrícola que, en contra de declaraciones demasiado optimistas del
presidente regional, sólo contribuye a un 10% del PIB regional, es el
responsable del certificado de defunción de nuestra albufera litoral del
Mar Menor.
Modelo agrícola de
regadío que, por desgracia, está siendo 'exportado' al interior de
nuestra Región, como en los secanos de zonas de Lorca y Caravaca. Se
impone implantar una agricultura sostenible y ecológica, que pase por
revitalizar el secano (la almendra y el pistacho son dos ejemplos de
productos con expectativas de buenos mercados) y unos regadíos adaptados
a las posibilidades hídricas reales de esta Región, con recursos
propios y de la desalación.
Porque
la sequía estructural que padecemos y la dependencia de recursos
hídricos foráneos es insostenible. Aun así, el pasado mes de junio LA
OPINIÓN daba cuenta de que el volumen exportador de frutas y hortalizas
creció en la Región un 43% desde 2008 a 2018, pasando de los 1,7
millones de toneladas a 2,5 millones entre esos años, frutas y
hortalizas destinadas a proveer los mercados de Alemania, Reino Unido y
Francia. Son datos de Proexport, que se ufana de que la Región de Murcia
lidera la exportación española de lechuga, brócoli, apio, limón, melón y
uva de mesa. Pero la voracidad del lobby empresarial agroexportador no
tiene en cuenta el interés social y desprecia la contaminación difusa
que las prácticas agrícolas, algunas ilegales, como esas casi dos mil
hectáreas sin licencia de riego que todo el mundo parece ignorar, están
afectando al Campo de Cartagena. En su subsuelo se acumulan hasta
300.000 toneladas de nitratos procedentes de la agricultura intensiva,
que, sumados a un acuífero muy superficial, hacen que gran parte de esos
nitratos vayan a parar al fondo de nuestra otrora bella albufera
litoral.
Por eso la aprobación
el pasado día 26 del decreto ley para el Mar Menor, con tibias medidas
que a casi nadie satisfacen y sin contar con el necesario consenso
social, parecen decirnos muy a las claras quién parte el bacalao en esta
Región. Con las decisiones adoptadas y las carencias que abajo comento,
está claro que se pretende salvar a lo más granado del gran
empresariado agrícola, pero condenando al ostracismo al pequeño
agricultor y a unos sectores turístico y pesquero que a nadie parecen
importar.
Para terminar, tomo
de los colectivos sociales y ecologistas las principales carencias del
decreto ley citado, que el Gobierno regional ha decidido ignorar:
1.
La creación de un cinturón verde de al menos dos kilómetros en torno
al Mar Menor (el decreto habla de 500 metros), con la prohibición de
todo tipo de fertilizantes alrededor de la albufera.
2. Reducir a
tres años, y no a cinco, el plazo para elaborar el Plan de Ordenación
Territorial del Mar Menor, en el que debe estar incluida toda su cuenca.
3. Regular toda la explotación ganadera, con prohibición de nuevas
explotaciones hasta que no esté redactado el Plan de Ordenación
Territorial.
4. Así mismo, y hasta que no esté redactado ese Plan,
impedir nuevos desarrollos urbanísticos fuera del suelo urbano y
consolidado.
5. Garantizar la independencia y autonomía del comité científico y dotarlo de autonomía e iniciativa propias.
6. Suspender la construcción de nuevos invernaderos e impedir la ampliación de puertos deportivos.
7.
Elaborar un programa de control y mejora de las redes de aguas
pluviales, de saneamiento y depuradoras en un plazo de seis meses, para
evitar vertidos al Mar Menor.
8. Garantizar dotación presupuestaria del decreto-ley para su cumplimiento.